Firmó para los Astros de
Houston en 1965 y se quedó cerca de llegar a la Gran Carpa; en México jugó para
el Águila, Rieleros, Tigres, Córdoba y Ángeles de Puebla, con quienes se retiró
como campeón en 1979
J.L. JERMIDA USCANGA
En la madrugada de ayer 2
de enero de 2025, en su natal Tlacotalpan, Veracruz, a los 80 años de edad
falleció el extraordinario segunda base y jardinero veracruzano Bernardo Calvo
Pérez, quien jugó once temporadas en Liga Mexicana de Beisbol y tuvo la dicha
de ser campeón con los Ángeles de Puebla en 1979, año precisamente en que se
retiró como pelotero activo.
Más tarde, Bernardo, nacido un 16 de noviembre de 1944, se convirtió en manager de los Pericos de Puebla en 1993 en el regreso de la franquicia a la ciudad, y en esta nueva etapa fue en par de ocasiones parte del cuerpo técnico, allá por 2004 y 2007, como coach de bateo trabajando al lado del “Che” Reyes, Mako Oliveras y Gerardo Sánchez, entre otros.
Bernardo comenzó su
carrera desde muy pequeño en su natal Tlacotalpan, Veracruz, pero su paso por
la vida se encuentra ligado a Puebla a donde llegó desde muy joven siguiendo
los pasos de su primo hermano Jesús Calvo que se mudó a la ciudad para estudiar
la carrera de Contador Público.
Desde allí compartieron
ese gusto y su pasión por el beisbol, participando en las categorías juveniles
en Puebla, pero mientras Jesús se adentraba en sus estudios, Bernardo persiguió
sus sueños y fue escauteado por los Astros de Houston, a mediados de los 60
quedándose a un paso de llegar a la Gran Carpa.
Bernardo firmó debutó en
Clase A con la franquicia en ese entonces de la Liga Nacional en 1965 con el
equipo de los Astros en la Liga de La Florida, y al año siguiente ascendió a
AAA con el equipo de Cocoa.
Para 1967 estuvo en
Oklahoma City, pero fue bajado de nuevo a Clase A con el representante de
Ashville.
Al año siguiente (1968)
regresó a México para comenzar su carrera en Liga Mexicana con el Águila de
Veracruz, el equipo de su tierra natal con quienes se mantuvo hasta 1974 y fue
parte de la mudanza de los Rojos a Aguascalientes para convertirse en Rieleros
en 1975.
Pese a que en ese lapso
el Águila fue monarca, concretamente en 1970, esa fue la única campaña que
Bernardo no vio acción con el cuadro rojo, ya que una lesión lo dejó fuera del
equipo durante toda la temporada, aunque desde su trinchera estuvo apoyando a
sus compañeros.
Con Aguascalientes se
mantuvo par de campañas, y sus tres últimas temporadas las disfrutó con tres
equipos diferentes, Tigres (1977), Córdoba (1978) y los Ángeles de Puebla en
1979, donde fue parte de ese equipo magistral equipo campeón dirigido por Jorge
Fitch.
Perseguido por las
lesiones, a los 35 años de edad, Bernardo decidió poner fin a su carrera
profesional para, al paso del tiempo, comenzar su carrera como manager.
En su carrera de once
años, Bernardo disparó 1,306 imparables, entre ellos 117 dobles, 27 triples, 23
jonrones, remolcó 458 carreras y terminó con un porcentaje de bateo de .288.
En Liga Mexicana digirió
entre otros equipos a los Cafeteros de Córdoba, y en 1993 su gran amigo y
compañero en la Universidad Autónoma de Puebla, el contador Rafael Moreno Valle
lo trajo como manager de los Pericos de Puebla, en lo que significó un nuevo
regreso del beisbol a Puebla.
En ese cuerpo técnico,
Bernardo tuvo como hombres de confianza, entre otros a Miguel “Pilo” Gaspar,
Maximino León y a José “Pepe” Bojórquez.
Antes, a principios de
los 90 fue parte de los Bravos de León, donde Manny Cortés aprovechó su
experiencia para ser parte del grupo de cazatalentos del equipo, además dirigir
la sucursal que se encontraba en Lagos de Moreno, Jalisco, donde al igual que el
equipo grande se levantaron con el banderín.
Después de esa prueba con
Puebla, regresó a los Pericos como coach de banca y coach de bateo en esta
nueva etapa del equipo en Puebla, a principios del nuevo milenio.
Tras salir de los
Pericos, Bernardo, agobiado por problemas en la columna y en las rodillas, ya
permaneció por completo en su natal Tlacotalpan bajo el cuidado de su esposa
Reina y de sus hijos, hasta esta madrugada cuando mandó su última señal, hizo
su último lance, disparó su último imparable y cayó el out final.
¡Descanse en paz!
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