Al Bat
Aniversario 76 de
Espino
· Nuestra admiración y reconocimiento al más grande
bateador que ha surgido hasta hoy en el béisbol mexicano.
Por
Jesús Alberto Rubio.
Hoy,
6 de junio, Héctor Espino estaría festejando en grande su aniversario de vida
76.
El
héroe de la pelota mexicana y del Caribe nació el 6 de junio de 1939 en la
ciudad de Chihuahua --calle Justiniani y 34--, siendo el cuarto de ocho hijos
de un transportista de materiales de construcción.
Su
infancia se desarrolló en un ambiente propicio para jugar béisbol, al lado de
sus hermanos, en los campos llaneros de la famosa colonia Dale.
Se
sabe que Héctor, de niño, era “corre bolas” en los equipos donde veían acción
sus hermanos, entre ellos Abel, el mayor de todos, quien veía que conforme
crecía y practicaba, mostraba grandes cualidades para batear, lo que le hizo
llegar a jugar en la segunda y primera fuerza donde mostraba su poder al bat,
pegando frecuentemente ¡dos cuadrangulares por juego!
En
esos días era ya la admiración de la afición del barrio y con más razón cuando
una vez pegó tres jonrones y en otra, ¡cuatro en un juego!, curiosamente los
que nunca logró en un partido en su trayectoria profesional.
Así,
llegó 1959 cuando el manager Memo Garibay impresionado por su poder en el
béisbol amateur lo firmó para que jugara con los Dorados de Chihuahua en lo que
fue la Liga Nacional donde participaban Cd. Juárez, Durango y Aguascalientes.
Y
fue precisamente contra los “Chileros” de Aguascalientes contra quienes debutó
y en su primer turno ¡pegó cuadrangular!
Cuando
Garibay fue llamado de nuevo por los Tigres del México para tomar la dirección,
pretendió llevarse a Espino, pero al directiva no aceptó su propuesta.
Iba
a repetirse esa historia cuando ya demostrando su enorme clase con Naranjeros,
el 10 de noviembre de 1961 el buscador cubano Corito Varona iba a pasarles la
ficha técnica de Espino a los Tigres y de nuevo no lo aceptaron alegando que
tenían material de sobra en una escuela de béisbol que tenían.
Esa
temporada del 59 los Dorados se retiraron del circuito, pero cuando
Aguascalientes visitó a Chihuahua el timón Domingo Santana se dio cuenta del
talento y poder de Espino cuando les conectó un salvaje jonrón, por lo cual lo
invitó para que jugara con Acámbaro, un circuito semiprofesional en la Liga del
Bajío.
A
Santana se le conocía como “El Cerebro Mágico”, mote que años más tarde iba a
tener Benjamín “Cananea” Reyes.
Para
1960, Santana se fue a dirigir a los Tuneros de SLP, sucursal de los Sultanes
de Monterrey y por supuesto que se llevó al joven Espino al equipo.
Ahí,
en 68 juegos, demostró ser un diamante en bruto: promedió .368, con 20
jonrones, igual número de dobles y tres triples.
Domingo
Santana lo llevó ante Anuar Canavati, el magnate de Monterrey, quien en efecto,
se interesó en sus servicios, pero sólo quería pagarle 1,500 pesos al mes, lo
cual rechazó el de Chihuahua porque con los Tuneros ganaba 2,500.
Al
rechazar la oferta, el “buen” Canavati lo castigó y no lo dejó continuar con
San Luis Potosí.
La Invernal de
Sonora
Al
concluir la temporada de verano, Héctor Espino regresó a Chihuahua y ahí
comenzó a escribirse un histórico capítulo donde los protagonistas iban a ser
Mauro Contreras y Germán Liogon:
A
la víspera de la temporada 1960-1961, tercera edición, el horizonte para el
joven y poderoso bateador iba apuntar hacia el béisbol de la Invernal de
Sonora, inaugurada tras el fin de la Liga de la Costa del Pacífico, en la
temporada 1957-1958.
Al
respecto, hay dos versiones sobre cómo llegó a nuestro béisbol del Pacífico:
La
primera, y quizá la más recurrente, fue aquella anécdota de que Mauro, “El
Maistro” Contreras lo firmó en un restaurant de Chihuahua “en una servilleta”.
Al
parecer, Mauro le dio 20 pesos a Espino para que se reportara a prácticas en
Hermosillo. El viaje en transporte costaba 5 pesos desde aquella capital.
La
otra tesis, es de Germán Liogon, a quien entrevisté en Cajeme:
Esa
vez, me dijo, lo conoció en la Liga Central, invitándolo para que jugara con
Cd. Obregón donde su hermano Oscar, entonces principal directivo de los Yaquis,
le envió hasta cinco contratos.
Liogon
jugaba para Aguascalientes y Espino con San Luis Potosí.
Liogon,
acotó:
“Llegó
en un avión de carga al aeropuerto local y de ahí se fue a Frenos del Yaqui, el
taller de nuestra familia. Al siguiente día se fue a entrenamientos, practicó
una semana y luego estuvo listo para jugar en la inauguración”.
En
otra plática telefónica que tuve con Mauro Contreras, quien radica en
Chihuahua, ratificó tal versión, agregando que, él acompañaba a Espino en ese
vuelo y que al hacer escala en Cd. Obregón, “de pronto se me desapareció del
avión”.
Espino,
se había bajado de la nave sin avisarle para trasladarse precisamente al
negocio de los hermanos Liogon donde lo estaban esperando para de ahí llevarlo
al estadio.
Su
primer line up
Lo
cierto es que el prospecto Héctor Espino debutó con los Yaquis de Obregón
el domingo 23 de octubre de 1960 en el
desaparecido estadio “Álvaro Obregón” y
esta fue la alineación:
Ostioneros:
Florencio "Chico" Estrada (9),
Arnoldo "Kiko” Castro (4), Alfredo "Yaqui" Ríos (5), José
“Pasitos” Echeverría (3), Héctor "Mara" Sañudo (7), Andrés
"Aveztruz" Rodríguez (8), Guillermo “Bachichas” Frayde (2), Abundio
Hernández (6) y Emilio "Pollo" Ferrer (1). Manager, Manuel Magallón.
Yaquis:
Agustín Enríquez (4), Guillermo "Huevito" Álvarez (5), Héctor Espino
(9), Roberto "Chamaco" Vea (8), Francisco Luzanilla (7), Gumaro
Corral (3), Nazario Moreno (2), Germán Liogon (6) y Arturo Cacheux (1).
Manager, Guillermo “Huevito” Álvarez.
En
el primero de la doble jornada conectó en la sexta entrada su primer hit, un
doble, a Alejandro “Chicles” Rodelo. En el partido de la tarde, lograría en el
quinto episodio su primer jonrón en este béisbol invernal ante Cliserio
Trujillo.
Más
tarde, Hermosillo reclamaría la pertenencia del prometedor novato y seis días
después pasaría al equipo capitalino en el primer partido de la serie
Yaquis-Naranjeros en el “Fernando M. Ortiz”.
Cambió de dogout
Eradio
Burruel, testigo fiel de ese momento, recuerda que desde el dogout vio cómo
Espino se cambió hacia el de Hermosillo luego de que la directiva del circuito
cotejó la fecha de las firmas hechas por Mauro Contreras y Germán Liogon.
El
presidente de la Liga, Matías Cázarez, constató que primero lo había firmado
Mauro y por lo tanto le concedió la razón a Hermosillo.
“Así,
se cambió hacia nuestro dogout y se puso el nuevo uniforme, con el No. 11, el
cual luego cambió por su eterno 21 durante 24 temporadas”.
Con
Naranjeros debutó el sábado 29 de octubre ante Arturo Cacheux, a quien le pegó
par de imparables; luego, el 13 de noviembre, al “Chicles” Rodelo, de Guaymas,
le iba a conectar su primer cuadrangular con su nueva franela.
Héctor
Espino falleció el 7 de septiembre de 1997 en Monterrey, Nuevo León.
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