jueves, 27 de julio de 2017

SILVIO GARCÍA


Al Bat



Por Jesús Alberto Rubio.

Silvio García fue grande en el invierno como en el verano. Entre 1940 y 1947 fue toda una estrella de las Ligas Negras con los Cuban Stars, New York Cubans; brilló en la Peninsular de Canadá y qué puedo decirle en su natal Cuba, Puerto Rico, México y en República Dominicana.

Llegó en plenitud de sus facultades al béisbol mexicano y fue todo pundonor, enorme bateo, entrega, velocidad… y pronto se convirtió en otro de los grandes ídolos del béisbol.

Tuvo siete formidables campañas en la Liga Mexicana y trascendió especialmente por su pitcheo en su temporada de debut del 38, pero luego fue un consistente y poderoso bateador y excelente campo corto con un poderoso brazo.

Fue todo un gran estelar de la pelota mexicana entre 1938 y 1948.

Campeón con El Águila

Debutó con el Águila de Veracruz en 1938 para ayudarlos a conseguir el bicampeonato y lo curioso fue que lo hizo en calidad de lanzador, única temporada que en nuestro béisbol se le vio en esa función.

Sus números fueron de 10-2, nueve juegos completos, con tres blanqueadas y 1.67 de efectividad, siendo superado en este último renglón por sus compañeros de equipo, Julián “Pajón” Ramírez (1.02) y Martín Dihigo (0.90). 

Fue el tercero en ganados debajo de Dihigo (18) y Chet Brewer (17).

Con Diablos Rojos

Mire lo que hizo el cubano con los Rojos del México en 1941: Jugó de campo corto y segunda base y ¡clase de ofensiva que volvió a demostrar!: .366, siendo líder en hits (159); once triples, 5 de vuelta entera.

En esa campaña impuso marca de más turnos al bat (434) dejando atrás la de 384 que un año antes había establecido Sam Bankhead jugando con los Industriales de Monterrey.

La siguiente temporada bateó .364, el mejor del equipo Rojo que dirigía Ernesto Carmona. El 43 pegó .301 bajo el mando del “Chile” Gómez.

El 44 empezó con el México pero fue cambiado a los Azules y haciendo de nuevo gran pareja con “Chile” Gómez, ayudó a conseguir el tercer banderín al equipo de Jorge Pasquel, evocando lo que juntos habían hecho en 1938 con El Aguila.

Esa vez entre el México y los Azules, promedió .314, tres triples, con 73 anotaciones, siendo líder en robos con 31. Usted dirá la clase de bateador que era el cubano ya que fue segundo en veces al bat (373), tercero en dobles (25) y jonrones (11, empatado con Jesús Vidal) e impulsadas (83). Fue quinto en impulsadas (117).

Para la siguiente campaña, en 1945, le fue mucho mejor: .350, 15 jonrones, 80 impulsadas, 70 anotadas y 40 estafas. Dio 21 dobles y 7 triples.

Los 40 robos de bases superaron el récord de Sam Bankhead, quien en 1940 había logrado 32, así como empatando lo hecho por Agustín Bejerano de ser campeón en esa especialidad en dos años seguidos (38-39).

“Pijini” Bejerano en la temporada del 46 sería el nuevo rey de robos al lograr 46.

Ese año Silvio pegó nueve hits consecutivos, pero a la siguiente temporada Pedro Formental, de los Tuneros de San Luis, apantalló con un formidable 10-10 para la marca de la época.

Pudo haber sido el Jackie Robinson del 47.

En el verano de 1946, Walter O´Malley, el gran magnate de los Dodgers de Brooklyn pidió al gerente del equipo, Branch Rickey, que lo entrevistara en la Habana.

Silvio se encontraba en plenitud de facultades. Y, la idea era ¡invitarlo para que fuera el primero pelotero negro en las Ligas Mayores!, qué cosa, amigo.

Pero, debe saber el por qué buscaban la histórica firma del talentoso cubano quien contaba con extraordinarias facultades para ser un gran jugador de la Gran Carpa.

Por supuesto que en esos años era plenamente conocido por su real valía, talento y capacidad como pelotero. Sus grandes actuaciones en los 30 y 40´s en Cuba, Dominicana, Puerto Rico, México y las Ligas Negras, le daban el crédito suficiente de ser considerado como un viable candidato para tan notable honor histórico.

Inclusive, había visto acción con el Club Sherbrook de la Liga Peninsular de Canadá, donde fue el líder de los bateadores con promedio ofensivo ¡de .395!

Sin embargo, hubo estos factores: Su temperamento no iba a aceptar los insultos de la fanaticada y mismos peloteros y directivos… y quizá algunos cronistas de béisbol.

Incluso, su edad (32) y el idioma, influyeron en la decisión de Rickey; y es que después de todo, Jackie tenía el perfil ideal como candidato si podía mantener su orgullo y temple en orden, algo para lo cual quizá Silvio no estaba preparado.


Pero, de que pudo haber sido el Jackie Robinson que rompió la barrera racial, claro que si. Imagine: ¡un latino y para honra, de Cuba!

miércoles, 19 de julio de 2017

LOS MAGOS DEL GUANTE

ESTRELLAS DEL BÉISBOL

(Capítulo IV)

Por Héctor Barrios Fernández


Éxito como bateadores? Por supuesto que estos jugadores lo tuvieron, por algo jugaron por tantas temporadas en Grandes Ligas. Pero ellos fueron también reconocidos por su trabajo limpio en el campo. Estos son algunos de los jugadores que han brillado a la defensiva dentro del béisbol de Grandes Ligas.

JARDÍN IZQUIERDO: Barry Bonds.



Por supuesto que Barry es conocido por poseer el record de más cuadrangulares en Ligas Mayores en todos los tiempos. Pero Bonds también ganó ocho guantes de oro en un trecho de nueve temporadas en los 1990s jugando para los Piratas de Pittsburgh y los Gigantes de San Francisco, también cuenta con tres títulos de jugador más valioso en los 1990s. También consiguió cuatro nombramientos seguidos de ese calibre de 2001 a 2004.

TERCERA BASE: Brooks Robinson.


Bueno, cuando tu apodo es “La aspiradora humana,” eso habla muy bien de tu persona en términos de jugador de la tercera base. Pocos batazos lograban pasar por la esquina caliente mientras Brooks Robinson estuvo allí. Brooks ganó 16 guantes de oro consecutivamente para probar que era eso, una aspiradora humana. Además fue nombrado el jugador más valioso de la Liga Americana en 1964.

SHORTSTOP: Ozzie Smith.



El hombre conocido como el “Mago de Oz” obviamente pertenece a esta lista de grandes fildeadores. Él impuso records para Grandes Ligas en asistencias y doble plays para un shortstop. También era dueño de una impresionante maroma en el aire y hacia atrás, la cual hacía dentro del terreno de juego en los días de apertura de temporada, juegos de estrellas y cuando se le ocurriera, en lo personal recuerdo haber estado cómodamente sentado en una butaca del Jack Murphy en San Diego, cuando súbitamente sale corriendo del dugout del lado de la primera base Ozzie Smith, iba a tomar su posición en las paradas cortas, por la sorpresa se me quedaron de momento, atorados en la garganta unos cacahuates que me comía, ya que Smith se echó dos maromas en el aire justo atrás de la loma de lanzar, eso solamente lo había visto hacer a los gimnastas. Después de eso era común verlo hacer tales acrobacias.

JARDINERO CENTRAL: Willie Mays.


El “Say Hey Kid” hizo una de las más famosas atrapadas de todos los tiempos en la Serie Mundial de 1954 jugando contra los Indios de Cleveland y Beto Ávila. Atrapó una pelota bateada hacia el jardín central, fue sobre su hombro, manteniendo al corredor en tercera base en un juego empatado a 2 carreras. Sus Gigantes de New York ganaron ese juego y la Serie.

SEGUNDA BASE: Bill Mazeroski.


Ganó la Serie Mundial de 1960 contra los Yankees de New York al conectar de cuadrangular en la novena entrada del séptimo juego. Pero Mazeroski es recordado como uno de los mejores segundas bases que el béisbol jamás haya visto. En 17 años de carrera, todos con los Piratas, dejó un promedio de bateo de .260, con 2016 hits. Además su guante era algo muy parecido a lo mágico.

JARDINERO DERECHO: Roberto Clemente.


Antes de que Roberto usara su escopeta que tenía como brazo para cazar a los corredores en las bases, Clemente fue un excelente lanzador de jabalina en las competencias escolares de pista y campo.
El nativo de Puerto Rico, falleció tragicamente en un accidente aéreo, mientras viajaba para llevar víveres a las víctimas de un terremoto en Nicaragua.

PRIMERA BASE: Keith Hernández.



Keith con bigote y todo, tuvo una pulcra presencia en la primera base jugando para los Cardenales de San Luis y los Mets de New York en los años 70s y 80s, ayudó a cada uno de esos equipos a ganar una Serie Mundial. Ganó el nombramiento de jugador más valioso en 1979, además se llevó 11 guantes de oro por su excelente fildeo.
Si Usted se maravilló viendo jugar la primera base a Steve Garvey, a Don Mattingly u hoy en día a Adrián González. Keith Hernández les decía quítense que ahí voy.
Inició una carrera como comentarista para la televisión en juegos de los Mets en 1999.

RECEPTOR: Johnny Bench.}


Fue nombrado novato del año en 1968, pero eso no era aún nada de lo que veríamos en años por venir. Para la temporada en que se retiró del béisbol, después de 17 temporadas con los Rojos de Cincinnati, él había llevado a la Gran Máquina Roja a ganar cuatro campeonatos de la Liga Nacional y dos Series Mundiales, además para sus números personales, fue nombrado dos veces el jugador más valioso de la temporada. De verdad los corredores la pensaban dos veces al tratar de salir al robo contra Johnny Bench.

LANZADORES: Greg Maddux.


No solamente ganó cuatro premios Cy Young seguidos, esto por haber sido el mejor lanzador de la Liga Nacional, sino que también el angelito se llevó 18 guantes de oro, para ser el jugador de cualquier posición que más guantes de oro ha ganado en su carrera. Maddux jugó en 23 temporadas en Grandes Ligas. En toda su carrera Greg pasó solamente 15 días en las listas de lesionados.
Por lo tanto a mi colega Maddux, (por lo del magisterio) no se le pueden poner peros.

lunes, 17 de julio de 2017

BEISBOL: EVOLUCIONES

ESTRELLAS DEL BÉISBOL


(Parte 3)

Por Héctor Barrios Fernández



Cuando hablamos de las evoluciones del béisbol, hay tantos aspectos que debemos de tomar en cuenta que corremos el riesgo de perdernos. Que si cómo ha cambiado la pelota con la que se juega, las reglas, cómo algunos equipos han mudado de ciudad o ciudades, los uniformes, los guantes, la careta y pechera del receptor, los estadios mismos, los bateadores, los fildeadores, los lanzadores, los grandes corredores, los managers, las estrategias, los umpires, las comidas en los estadios y hasta las cartitas de colección.

Nos toca hoy hablar de algunos de los grandes bateadores de contacto. La lista es mucho más grande y mencionar a todos nos es imposible por el momento. Pero siéntase en la libertad de Usted hacerlo.

Ningún jugador ha bateado más de .400 en una temporada desde que lo hiciera Ted Williams en 1941. Los siguientes muchachos tuvieron su oportunidad y  estuvieron cerca de hacerlo.

Tony Gwynn, jugó entre 1982 y 2001.



El amigable Mr. Padre, casi al final de la temporada bateaba para .396, cuando ésta llegó a su fin, él terminó con .394 en  1994 y nunca bateó menos de .309 después de su temporada de novato. Después de ganar ocho títulos de bateo, fue coach de la Universidad Estatal de San Diego, donde había sido alumno, y también había sido jardinero del equipo de dicha Universidad, además fue un destacado basquetbolista para el equipo de esa institución educativa, tal era su desempeño que fue firmado para jugar básquetbol y béisbol profesional. Basta decir cuál fue su elección.

Roberto Clemente, jugó entre 1955 y 1972.



Un excelente jardinero derecho, con un rifle como brazo y una tremenda velocidad en las bases. Clemente bateó un impresionante .414 para ayudar a los Piratas de Pittsburgh a ganar la Serie Mundial en 1971.
Él está en el selecto club de los jugadores que han alcanzado 3 000 hits o más.
Ganó el título de bateo de la Liga Nacional en cuatro ocasiones, además dos veces superó los 200 imparables en una temporada. Su promedio de bateo en 18 años de carrera fue de .317, en 1969 conectó 12 triples para ser el líder en ese departamento en la Liga Nacional.

Rod Carew jugó entre 1967 y 1985.


Rod, quien acumuló 3 053 hits, fue siete veces campeón de bateo de la Liga Americana y 18 veces seleccionado al juego de estrellas. Bateó para promedio de .350 o más en cinco ocasiones, incluyendo la temporada de 1977 en que fue nombrado el jugador más valioso de la liga, en esa temporada terminó con promedio de .388.

George Brett vio acción de 1973 a 1993.


Pasó sus 21 temporadas en Grandes Ligas con los Royals de Kansas City, alcanzando .390 de porcentaje en 1980, mismo año en que fue nombrado el jugador más valioso de la temporada, también ese año fue una de las 13 veces que fue seleccionado para participar en el juego de estrellas y una de las tres temporadas en que ganó el título de bateo.

Pete Rose jugó entre los años de 1963 y 1986.


Rose no tuvo el swing más poderoso, pero él ganó tres títulos de bateo en la Liga Nacional y se retiró con más hits que ningún jugador en la historia del juego (4 256). En 1989 fue expulsado del béisbol por su hábito de apostar en el juego.

Wade Boggs participó  de 1982 a 1999.


Ejemplo de consistencia. Boggs sobrepasó los .360 de porcentaje de bateo en cuatro diferentes temporadas y alcanzó cuando menos una base en el 80% de los juegos que él jugó en 18 temporadas. Se retiró con 3 010 hits conectados.

Stan Musial 



Vio acción entre los años de 1941 a 1944 y 1946 a 1963.

Stan The Man, como se le conoció, fue líder de bateo de la Liga Nacional en siete ocasiones y bateó para .357 o más en las tres temporadas en que fue nombrado el jugador más valioso.
También encabezó a la liga en hits conectados en seis temporadas y en triples en cinco. Stan Musial siempre se las arreglaba para estar en base.

Pertenecen al club de los que han bateado .400 o más en una temporada en orden cronológico.

1.- Nap Lajoie en 1901.
2.- Ty Cobb en 1911, 1912 y 1922.
3.- Joe “El Descalzo” Jackson en 1911.
4.- George Sisler en 1920 y 1922.
5.- Roger Hornsby en 1922, 1925 y 1924.
6.- Ted Williams en 1941.
                                                                         


domingo, 16 de julio de 2017

ALFREDO "ZURDO" ORTIZ

Al Bat:

Alfredo Ortiz: Zurdo de Oro


Por Jesús Alberto Rubio.

Los Naranjeros y la afición de los 60-70`s de Hermosillo tienen muy presente el recuerdo y las grandes actuaciones del extraordinario pítcher Alfredo Ortiz.

Un notable lanzador nativo de Medellín de Bravo, Veracruz (12 de Enero de 1944), quien se distinguió por ser un excelente pítcher-bateador de gran calidad, además de elegante y amigable dentro y fuera de los diamantes.

Debutó en la temporada 1966-67 ganando doce juegos (12-6), con 92 ponches y 2.70 de efectividad como para decir ¡señores, sólo Veracruz es bello!

Llegó en la campaña en que Hermosillo contrató en lo que fue la Invernal Sonora-Sinaloa a su primer manager/jugador extranjero: Orestes “Minnie” Miñoso.

Un “Charro Negro”, como le gusta llamarse, quien con .344 le arrebató el título de bateo a Héctor Espino cortándole gran racha de seis gallardetes seguidos en esa su especialidad.



Además de lucir efectivo sobre la loma, Alfredo Ortiz demostró que también tenía ojo clínico para saber batear, de tal forma que “como en los buenos viejos tiempos”, cuando no lanzaba podía jugar el jardín, en la inicial o entraba de emergente ¡y pegaba de hit!

El 67-68 tuvo 8-11, pero un efectivísimo 1.83, el mejor porcentaje en sus seis temporadas vistiendo la franela de Hermosillo.

Y para cuando en el 68-69 llegó la Regla del Bateador Designado (BD), el timón Memo Garibay lo tenía más que apuntado en el line up.

En esa histórica temporada –Ligas Mayores adoptó lo de BD hasta 1973– el “Zurdo” Ortiz fue el mejor pítcher de Hermosillo con 10-4 y 2.86, desempeñándose también como BD.

El 69-70 volvió a ser el No. 1 del staff de pitcheo con 9-4 y 3.66.

Alfredo Ortiz y Maximino León, atrás. Al frente, Celerino Sánchez.


Con ello se estaba ganando un lugar como lanzador zurdo en la Novena Ideal de Todos los Tiempos que se dio a conocer en 1990 en el Libro de Oro de los Naranjeros.

Como pitcher derecho quedó Miguel Sotelo y de relevo, Dennis O`Toole. El cátcher, Sergio Robles, Espino (IB), Elliot Wills (2B), Jorge Fitch (SS), Celerino Sánchez (3B), Bob Darwin IJI), Ramón Montoya (JC) y Jerry Hairston (JD). Manager: Benjamín “Cananea” Reyes.


Máxima cifra de triunfos


En el 70-71 llegó otro momento histórico y ahí estaba el zurdo veracruzano logrando su más alta cifra en triunfos (13) en los seis años que vistió la franela de Hermosillo.

Fue en la inolvidable temporada, ya bajo el mando de Maury Wills, en la que registró marca a 13-5 y 2.69 ayudando a que el equipo ganara el campeonato a los Cañeros y de ahí a la primera incursión a Series del Caribe.


 Regresó a Hermosillo el 71-72 pero ya no fue lo mismo (2-7 en 19 jugos y 4.11 de ERA, abanicando a 43 para acumular 447 de por vida con el equipo. (Su total de triunfos y derrotas fue 54-37 y efectividad de 2.81).

Una grata entrevista

Hace algunos años, en el festejo de los 76 años de Lolito Juárez en Cd. Obregón, Ortiz hizo viaje especial desde la capital del país y todos los presentes más que contentos con su grata presencia.

Jesús Robles, Alejo Ahumada, Ortiz y Eleno Cuén.

Obvio, grabadora en mano y en medio de la agradable música de la reunión, charlé con, un notable segundo mejor zurdo ganador (255) en la historia de la Liga Mexicana atrás de Angel Moreno (263). El No. 1 es Ramón Arano (334).

Así, de inicio admitió que en su paso por la pelota profesional las mejores plazas donde jugó fueron Hermosillo, Mazatlán y México, con los Luciferes.

¿Sus grandes momentos?


Recuerda con gran emoción el campeonato de 1970-71 al vencer en el estadio “Fernando M. Ortiz” a los Cañeros y con ello ir con Hermosillo a la primera incursión de un equipo mexicano en una Serie del Caribe.

Cita otro gran momento: El 2 de enero de 1965, lanzando con Navojoa, impuso el récord vigente de 23 ponches en trece innings, perdiendo el partido cuando Miguel “Becerril” Fernández, de los Ostioneros, le conectó cuadrangular al cierre de ese último episodio.

“Ya lo había ponchado tres veces y cuando parecía que se llevaba el cuarto, le tiré una curva y me dio jonrón”.

“El Zurdo” Ortiz había debutado en la Invernal de Sonora el 63-64 con los Mayos (5-8 y 3.73) participando en 23 partidos de lanzador y 30 como bateador, desempeñándose por lo general en la primera base.

Con Maury Wills.

Seguramente Ortiz recuerda lo hecho esa temporada por su compañero Tony Dicochea cuando lanzó 15 episodios ante los Rieleros de Empalme manteniendo el score 0-0 hasta que él mismo al cierre de este último inning conectó un cuadrangular por el jardín central para decidir así la historia del juego.

El doctor Arturo León Lerma cuenta en su libro “¡Arriba Mayos, Arriba! que Ramón “El Diablo” Montoya trató de atrapar la bola corriendo a toda velocidad y estrellándose contra la barda chica.

“El Diablo” dio un gran salto en el último y frustrado intento y quedó colgado sobre el acolchonado de la barda. De ahí fue trasladado a la Clínica Navojoa para recibir atención médica… pero al hora día ya estaba de nuevo en el terreno de juego”.

Alfredo Ortiz volvió el 64-65 a los Mayos (5-11 y 3.61) y de nuevo se caracterizó por subirse a la loma o bien jugar alguna otra posición.

Claro, también entraba de emergente para romper sin hits ni carrera o ganar con sus oportunos batazos juegos de extra innings.



Campeón con Mazatlán

Ortiz recordó cuando fueron campeones los Venados siendo él su manager tras sustituir a Miguel “Pilo” Gaspar:

Fue la temporada 1976-1977: El día de la coronación, Espino, quien junto con Maximino León fue nuestro refuerzo, me dijo: “Yo pensaba poner a Fernando López, de aquí de Cd. Obregón”.

Y luego me pidió que “Mira, mejor lanza tu y que estén listos para el relevo Fernando y Aurelio López”.

Bueno, pues abrí, salí en la doceava con dos outs y vino Aurelio a ponchar a Gabriel Lugo y luego ganamos en la treceava”.

Esa temporada Ortiz dirigió una escuadra en donde brillaron importados como Lyman Bostock, Jeff Leonard, Ron Washington, Mike Dimmel, Rex Hudson y Steve Ontiveros, además de Fernando y Aurelio López, José Elguezabal y Albino Díaz, entre otros.

Sobre este tema, de tomar el mando de un equipo, le pregunté cuál sería su respuesta si le llamaran para de nuevo ser manager:

No, ya no. Hay que estar con la familia, ya somos veteranos, ya anduve mucho”, expresó el nativo de Medellín de Bravo, Veracruz.


 ¿Cómo dimensionas el ayer con el presente en el béisbol profesional de México?

“Antes era muy diferente; había más disciplina y uno respetaba a los managers y coachs; nos entregábamos más a la camiseta. Ahora los muchachos, no todos, pero si la mayoría, como que les da igual ganar o perder. No es igual el béisbol de ahora al de años atrás”.

¿Qué le pides al pelotero actual y en general al béisbol organizado?

Que el jugador sea más honesto, humilde. Y es que muchas veces veo que al estar iniciando su carrera ya se creen estrellas, “caballones”, como decimos en el béisbol. Si se es humilde, logran más carisma y aprecio de la afición.

En cuanto a la otra pregunta, mira: veo que muchos directivos son jóvenes y no vivieron ni saben mucho de béisbol, pero así se lo creen. Aquí en el Pacífico no tanto, pero si la Mexicana.



Por ello no va la gente a los estadios porque les falta realizar un mejor espectáculo, estrategias. Deben poner gente mas penetradas con el béisbol o que lo haya jugado.

¿Tu actual relación con el béisbol profesional?

“Es buena, sólo que no tengo mucho tiempo; radico en el Distrito Federal, ahí tienen su casa; y sí, estoy conectado con el béisbol en televisión, leo los periódicos. Estoy más o menos al tanto de cómo están las cosas en toda la pelota profesional mexicana. Poco asisto al Foro Sol en México porque ya no es como antes, falta el calor que había en el Seguro Social”.

Nací en Medellín, y me siento orgulloso de ser veracruzano, de donde salí y llegué a los 15 años de edad a la ciudad de México, pero nunca olvido mi raíz. Esto nunca se pierde.

En la charla, el colega Oscar Burruel le preguntó con qué receptores trabajó mejor?

Tuve a grandes cátchers, como Beto Palafox, Jaime Corella, “Pilo” Gaspar, “Paquín” Estrada, “Rudy” Sandoval, Juan Lima, Orozco… con todos me sentí bien.

Y fíjate lo que sucedió: después de seis años de mi carrera, trabajaba con ellos ¡sin señas!

¿Y el bateador más difícil al que te enfrentaste?


Por supuesto, Héctor Espino, alguien fuera de Serie. Había otros, porque recuerda que todos lo son con el bat en la mano, cualquiera te puede dar.

¿Y tu mejor lanzamiento?

El control y pinchar pegado.

Los “chavos” de ahora no quieren tirar pegado. No entienden que la mejor pinchada es la recta pegada… y abajito.

¿Tuviste oportunidad de llegar a Ligas Mayores?

Una vez el vicepresidente de los Dodgers, Al Campanis, me dijo que me iba a llevar, pero no se qué paso.

Alfredo Ortiz recuerda que estuvo con los Orioles de Baltimore, casi mes y medio y con él Gonzalo Villalobos y el pítcher Aaron Flores, pero que se regresaron porque vieron que no iban a tener oportunidad de quedarse, “como sucede ahora”.

¿Valió la pena haber jugado béisbol?

En el béisbol siempre se hacen muchas amistades, del ambiente; esto no se olvida”.

“Zurdo de Oro”


Su respuesta última, realmente se quedó corta y fue modesta tomando en cuenta su enorme trayectoria. ¡Por supuesto que valió la pena que haya decidido ser un jugador de béisbol!

La prueba fehaciente es que desde 1993 es miembro del Recinto Sagrado de México con sede en Monterrey por sus enormes logros en los máximos circuitos de pelota profesional donde vio acción.

No por nada en el medio beisbolero fue bautizado con el apodo "El Zurdo de Oro".

La ejemplar trayectoria de Alfredo “Zurdo” Ortiz contiene un rico sustento en la historia del béisbol mexicano.

Vamos envueltos en espíritu y emoción hacia su paso por la pelota profesional donde se ubicó como uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos de México.



Hoy abordaremos sus actuaciones en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), sus notables jornadas con los Diablos Rojos del México y al final sus grandes estadísticas en verano e invierno.

Debutó un domingo con los Diablos Rojos en 1963 y tuvo un instante por demás brillante: Entró al relevo en la octava con caja llena de Sultanes y dos fuera para abanicar el enorme Alonso Perry.

Pero no fue todo: Al cierre del noveno, abanicó a Héctor Espino, Saúl Villegas y Jaime Corella ante la locura en el graderío.

Desafortunadamente, luego de su impresionante relevo, lo enviaron a la mesa de operaciones para recibir una cirugía en el codo, la que resultó exitosa.

Ortiz procedía del equipo Fresnillo, en la Liga Central y el timón rojo, Tomás Herrera, se frotaba las manos al tenerlo en su staff de pitcheo por el potencial que le observaba como joven novato.



En su infancia, Ortiz Uzcanga había jugado como jardinero central, pero cuando llegó a la pelota profesional con el León de la Liga Central, su manager Luis “Molinero” Montes de Oca lo hizo lanzador.

Debido a su operación, aquella temporada de 1963 solo tuvo 2-1 en ganados y perdidos, con 3.86 en trece partidos.

Esa campaña del 63 quedó admirado del poder de Miguel “Becerril” Fernández, quien el 16 de abril conectó tres cuadrangulares, ¡dos de ellos en un mismo inning!, en la victoria de los Diablos sobre Reynosa al son de 20-9.

Disfruta su primer banderín

Pero regresó en plan grande en 1964 para ayudar con 15-6, 3.71 y 108 K para que los Luciferes ganaran su segundo gallardete en la Liga Mexicana, con un Tomás Herrera pasando a ser su primer timón mexicano en guiarlo a un título.

Había sido Lázaro Salazar el primero en llevarlos al banderín en 1955 contando con soberbias actuaciones de Alonso Perry y Panchillo Ramírez ganando cada quien las triples coronas de bateo y pitcheo.

Gran regalo a mamá

Aquel año, exactamente el 10 de mayo, Ortiz vivió un momento que nunca olvida.

Sucedió en lo que fue el primer partido de un doble juego a siete entradas ante 20 mil aficionados en el Parque del Seguro Social contra los Tigres todavía dirigidos por Memo Garibay.


Ese domingo soleado relevó 6 2/3 y fue él quien decidió épica batalla que se extendió a trece entradas ante Pepe Peña al conectarle un triple contra la barda del jardín izquierdo para ser paseado en hombros por la fanaticada… preciosos instantes en que seguramente Alfredo se los dedicaba como gran regalo a su amada madre.

A un strike de la gloria

Al “Zurdo” Ortiz le llegó otro día glorioso el 17 de julio de 1966 cuando estuvo a un strike de lanzar un juego sin hit ni carrera contra los Tigres.

El hecho fue en el segundo partido de una doble cartelera dominical en el mismo escenario después de que los Tigres con Vicente Romo los habían derrotado 1-0, perdiendo Felipe Leal.

El juego favorecía a los Pingos 7-0 al llegar al séptimo y último episodio en medio de la expectación y Alfredo Ortiz lanzando candela al plato.

Primero dominó a Armando Murillo con elevado a Luis Peralta en el derecho; dio base a Manuel Ponce, pero enseguida abanicó a Ramiro Rubio…. ¡estaba a un out del no hit no carrera!

Llegó al bat Sergio “África” González, un novato bateador derecho que parecía “pan comido” para el zurdo veracruzano y después de una visita a la loma de Tomas Herrera para tranquilizarlo y dar indicaciones a los jardineros, se dispuso a buscar concluir la joya de pitcheo.

Pronto, puso al “África” en dos strikes y cuando lanzó lo que parecía el tercero, el ampayer Fernando “Gordo” Guerrero cantó bola afuera; siguiente tiro al plato, ¡rola de hit entre primera y segunda y adiós! al sin hit… ¡clase de drama y lo cierto es que las porras de ambos equipos los pasearon en hombros tras caer el tercer out!



En 1966 registró 17-12 y 3.00 con 134 abanicados y el 67, 16-9, 2.50 y 128K.

El 68, con 11-12, 3.74 y 87 ponches, contribuyó para que los Diablos fueran campeones al vencer 1-0 a Reynosa en el último juego del rol con pitcheo de Ramón Arano y cuadrangular del Paquín Estrada.

Primer zurdo con 20 o más triunfos

El 18 de julio de 1969, serán ya 40 años, Ortiz se convirtió en el primer zurdo mexicano en ganar 20 partidos en el circuito veraniego, concluyendo la campaña con 23-9, 2.26 y 129 ponches.

El registro lo hizo ante Puebla al que venció 3-2. Con los 23 triunfos empataba la marca para un pítcher zurdo en poder del cubano Agapito Mayor.

En el mes de mayo (23), Ortiz estuvo en plan grande durante 14 entradas para ganarle el juego 2-1 a los Pericos de Puebla.

Ese año el también lucifer, Ramón Montoya, llegó el 16 de julio a los mil hits, el primero en el equipo en lograr esa hazaña.


Primeras 100 victorias

El 70 ya no estuvo Tommy Herrera en el timón Escarlata al irse a dirigir a Saltillo y el zurdo Ortiz, tras su enorme temporada, pidió un aumento salarial.

Recuerda que ganaba 6 mil pesos mensuales, por lo que proyectó pedir el doble de esa cantidad; sin embargo el Club sólo le ofreció ¡aumentar 500 pesos más a su sueldo!

Molesto, en ese invierno le habló por teléfono a David Yunai, propietario de los Cardenales de Sabinas en la Liga Norte de Coahuila y éste le contrató ¡por 50 mil pesos mensuales! para lanzar dos juegos por semana.

Obviamente, se fue a jugar con Sabinas y ahí estuvo cuatro meses ayudando al equipo a ser campeón donde también brillaron Rogelio Jiménez, Andrés “Avestruz” Rivera, Guillermo Murillo, Orlando Lugo, Sergio Aguirre. Fidel “Gallego” Álvarez fue el manager.

Volvió ese año a los Pingos ahora bajo el mando de José “Zacatillo” Guerrero para registrar 10-3 en ganados y perdidos. Esa temporada Ramón Arano alcanzó sus primeras cien victorias de por vida en la Mexicana.

El 71, con 18-12, Ortiz también logró la centena de triunfos; el primero el llegar el 7 de junio de 1947 a esa cantidad con los Diablos había sido Theolic Smith).

Arturo Orozco y sus 2 jonrones ¡en un inning!




En 1972 tuvo hasta el 24 de abril a Ernesto “Natas” García como timón, siendo sustituido por Wilfredo Calviño.

Ese año tuvo 15-13, 3.72 y 132K, siendo testigo de una heroicidad del joven cátcher de 22 años Arturo Orozco quien el 9 de mayo pegó ¡dos jonrones en un inning!

El suceso se vio en el Parque del Seguro Social ante los Piratas de Sabinas a quienes los Pingos vapulearon 23-3.

En el 73 los Diablos consiguieron ante Saltillo su cuarto campeonato con Calviño teniendo gran ayuda de Miguelillo Suárez (.323 y líder en triples (13) en el circuito.

Pero fue el factor pitcheo lo más decisivo: el cubano Pedro Ramos (14-4, 2.36), el boricua Julio Navarro (9-9, 2.77) y Alfredo Ortiz (12-18, 2.98 y 103K), trabajaron abajo del 3.00 de efectividad.



También brillaron Enrique Romo (11-9), Alejo Ahumada (12-11) y Aurelio López (12-10)… todos ellos junto con Abelardo Vega, Adolfo Phillip, Ramón “Abulón” Hernández, “Diablo” Montoya, Rafael Barrón, Antonio Villaescusa, Ricardo Joseph, José Herrera, Antonio Rubio, Armando Ortiz, entre otros.

La siguiente temporada volvieron a ser campeones al vencer en la final al Unión Laguna con el debut en el equipo del mánager “Cananea” Reyes y Sergio “Kalimán” Robles; Ortiz tuvo 17-9, 2.64 y 104 ponches; Enrique Romo ganó también 17 y Aurelio López salvó 20 juegos y tuvo 20 triunfos.

En 1975 Pat Bourque con .372 se unió a Burnis “Will Bill” Wright, Lorenzo Cabrera, Alonso Perry y Al Pinkston en la lista de campeones bateadores de los Luciferes y el zurdo Ortiz tuvo 15-11.

Sexto banderín y Enrique Romo

Enrique Romo nunca olvidará la temporada de 1976, en la que impresionó a todo mundo: 20-4, con 230 abanicados, el líder en ambas especialidades en la liga. También se unió a los Panchillo, Theolic Smith y Alfredo Ortiz en ganar mínimo 20 juegos en la historia de la franquicia.

Los Diablos Rojos se coronaron de nuevo ante los Algodoneros de Unión Laguna. Ortiz sólo consiguió seis victorias.

El zurdo Ortiz ya iba de salida; el 77 ganó 9, el 83 repitió la cifra; el 78 se fue a Tabasco (2-13; y luego a Nuevo Laredo (16-10). Volvió a Tabasco en 1980 para ganar en tres años acreditarse 24 triunfos.

¡200 victorias!

Alfredo Ortiz retornó a los Diablos Rojos en 1983 y el 23 de julio al blanquear 3-0 a Poza Rica ¡llegó a 200 victorias! Ese año logró 9-7.

El 84 empezó con el equipo capitalino (3-3) pero se fue al Águila, Córdoba y Yucatán hasta el 86. Finalmente se retiró con Puebla en 1987.

Con los Diablos Rojos dejó récord de 203-143, 3.21 y 1,430 ponches. En los mismos 16 años, se distinguió al bat con .250, 14 jonrones y 166 producidas.

Como manager

Alfredo Ortiz también incursionó en la función de manager en la LMB:

Su debut fue en 1978 con Tabasco y luego manejó al mencionado Córdoba, al Águila de Veracruz en 1986; a Tigres de 87 a 89, Aguascalientes de 89 a 91, Campeche en 1993, Oaxaca en 1996 y Minatitlán en 1997.

En el invierno, recordemos, había llevado al campeonato y a la Serie del Caribe a los Venados de Mazatlán en 1977 luego de que en 1971 con Hermosillo se convirtió en el primer lanzador mexicano en abrir un juego en esos clásicos latinos (0-1).

¡Qué alto honor…!



Grandes, grandes registros

Son muchas las estadísticas de veracruzano en la LMB, especialmente con los Luciferes donde dejó notables marcas de liderazgo en sus 16 años con la franquicia.

Sólo le diré diez de ellas:

1.- Más innings lanzados: 2,809.
2.- Juegos completos de por vida; 190.
3.- Juegos completos en un año: 27.
4.- Blanqueadas de por vida: 35.
5.- Efectividad: 3.21.
6.- Triunfos de por vida: 203.
7.- Triunfos en una temporada: 23.
8.- Blanqueadas a un equipo: 8 a Poza Rica.
9.- Blanqueadas de 1-0 en todos los tiempos: 9
10.- Más ponches de por vida: 1,430.

Ganador por excelencia

En la Liga Mexicana obtuvo 255 triunfos contra 210 derrotas. Lanzó 3 mil 841 innings, ponchó a 1,824 bateadores, dio 51 cierres y su promedio de carreras limpias fue de 3.13, con .548 en ganados y perdidos.

Y Al Bat, no se quedó atrás: 1,425 veces al bate, 350 hits, 204 producidas para un porcentaje de .246.

En la Liga Mexicana del Pacífico, como lanzador, ganó 105 juegos y perdió 98; abanicó a 936, dio 13 cierres y su efectividad fue de 2.99. Jugó con Mazatlán, Navojoa, Hermosillo, Los Mochis y Mexicali.

Alfredo Ortiz Uzcanga, un extraordinario zurdo lanzador como lo anoté al principio. Un miembro honorable y distinguido del Salón de la Fama (desde 1993) de muy alta alcurnia.


Una vida, un libro abierto en la historia del béisbol profesional de México. Mis respetos al orgullo de Medellín de Bravo. Mis respetos y admiración.