jueves, 10 de septiembre de 2015

UN DESPIDO MUY CRITICADO




Por Jesús Alberto Rubio.

No lo había comentado, pero lo que se vio con Tigres de Quintana Roo, del todo negativo para el béisbol-espectáculo.

En relación a antecedentes de esa naturaleza, en el béisbol de Ligas Mayores existe un antecedente que ocurrió en la Serie Mundial de 1973:

El segunda base de Oakland, Mike Andrews, dejó ir un roletazo por entre las piernas en el inning 12 del segundo juego, cuando había dos outs y ese error permitió tres carreras sucias en derrota de los Atléticos de 10-7 ante los Mets, con quienes jugaría por última vez el legendario Willie Mays.

El día siguiente, el furioso dueño del equipo, Charles O'Finley quería sustituir a Andrews, de quién decía estaba lesionado, con Manny Trillo, pero el Comisionado Bowie Kuhn no lo permitió.

El mánager de los Atléticos, Dick Williams, no obstante el triunfo en esta Serie, renunció inmediatamente después. Se dijo que estaba cansado de la presencia de Finley, quién pretendía dirigir los juegos por teléfono.

Ahora se vio en nuestra pelota.

Y mire qué descaro: el propietario de los Tigres, Carlos Peralta Quintero, acaba de reconocer (vía Twitter) que despidió al jardinero dominicano Francisco Peguero después del costoso error que cometió en el quinto juego de la serie contra los Lenes de Yucatán en el Estadio ‘Beto Ávila’ de Cancún.

Peguero fue separado del equipo y la directiva y el manager Roberto Vizcarra manejaron ante la prensa que Peguero “ya no quería jugar y se quiso ir a Dominicana”

El hijo de Alejo, así lo escribió: “A Peguero lo mandé despedir yo por su pésima actuación al provocar con su gran ‘error’ la pérdida del partido”.

Gulp!

“Hijo de tigre, pintito”, pues, en esos menesteres.

Mal, mal y mal.

Por algo los peloteros ´de la LMB reaccionaron, convocaron y se movilizaron en los 80´s para formar la Anabe en abierta lucha por sus derechos laborales como trabajadores del béisbol.


Por: David Braverman.

Cancún, QR.- Vaya polémica la que se armó tras el twitter del propietario de los Tigres, Carlos Peralta, acerca del despido del dominicano Francisco Peguero por aquel error que les dio vida a los Leones de Yucatán en la final sureña. Varios jugadores felinos me externaron su descontento por la forma en que se trato este asunto, además de lo mal parados que ese twitt dejó a varios directivos del equipo.

Mi Columna

Por: Roberto Riveros

PERALTA, INTOLERANTE

Una vez más, el dueño de los Tigres de Quintana Roo, Carlos Peralta, mostró ser muy poco tolerante.

Furioso por el error de Francisco Peguero, que le costó a los Tigres perder el quinto juego de la serie, Peralta separó del equipo, al jardinero dominicano.

De acuerdo a los Tigres, Peguero abandonó a la novena, por su propia cuenta.

Pero Peralta, en su cuenta de twitter dio a conocer otra versión:
“A Peguero lo mandé despedir yo por su pésima actuación, al provocar con su gran error, la pérdida del partido”.

No es la primera vez que el hijo del legendario Alejo Peralta, exhibe su intolerancia y prepotencia.

En la temporada 2001, Bernie Tatis fue despedido como manager de los Diablos Rojos del México, después de una acalorada discusión, con Peralta.

El incidente se originó, cuando Peralta aterrizó en su avioneta en el Foro Sol, cuando los Diablos se encontraban entrenando.
Exaltado, Peralta amenazó con retirar a su equipo de la liga, si no despedían al piloto de los Diablos.

Obviamente, Peralta se salió con la suya.

Tatis se fue, aunque regresó al año siguiente, para darle a la novena escarlata, su primero de dos títulos consecutivos.

Zona de Contacto

La prepotencia de Carlos Peralta

Por: Fernando Ballesteros

CANCÚN._ Carlos Peralta Quintero se equivocó en el fondo y en las formas.

El dueño de los Tigres de Quintana Roo no sólo se exhibió el martes como un tipo intolerante y prepotente, sino que ahora es el modelo de lo que nunca debe hacer un directivo en el beisbol mexicano y en cualquier actividad de la vida profesional.

Pareciera que Peralta desconoce que el único que no comete errores es quien no juega. Y no, no fue el primer yerro de ese calibre de un pelotero ni será el último que se dará en cualquier nivel de pelota.
Por eso lo que hizo Peralta con el dominicano Francisco Peguero fue humillante, vergonzoso, ridículo.

Un jugador todo pundonor, quien dio 16 jonrones y produjo 79 carreras en la temporada para ayudar a que el equipo avanzara a los playoffs. Un pelotero que jugó 98 encuentros para que el dueño de un club no solo te corra por un error sino para que además lo presuma ante las masas con un “lo mandé despedir yo”.

¿Cuál es el mensaje que se le manda al resto del equipo? ¿cuándo se sabrá si un error es motivo para un despido? ¿dónde está la unión de los peloteros?

Qué lástima que la cabeza de un equipo actúe sin clase, cuando su gente de oficina es todo lo contrario a él en el trato con los peloteros y si hacen movimientos injustos es porque vienen desde mero arriba. Me refiero a Cuauhtémoc Chito’ Rodríguez y ‘El Pollo’ Minjares.

Lo de Peralta lastima al beisbol.


Y en verdad qué lástima por el legado que le dejó su padre Alejo Peralta.

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