lunes, 11 de agosto de 2014

EL VALOR DE LOS CATCHERS




BERNABÉ LÓPEZ PADILLA:


Muy apreciable Jesús:

 En primer término te agradezco el espacio que me has concedido para mis comentarios, agradezco también al Dr. Carlos Rodríguez Candila, por sus comentarios que me engordan  el ego, los aprecio mucho porque sé que vienen de una persona culta y que conoce de béisbol.


Me ha llamado la atención que de repente en la MLB les dio por cuidar al receptor y hoy fue noticia McCann que recibió un foul en la careta y tuvo que salir del juego y hasta ahora no ha jugado.


Que diría Pilo Gaspar, Jaime Corella, Guillermo Frayde, Beto Palafox, Gregorio Luque, Juan de Dios Villarreal, Lupe Cansino, Paquín Estrada, Sergio Robles  y tantos otros que jugaron muchos años  sin las protecciones que ahora tienen los cátchers.


Y perdón les pido por hablar de mí,  que desde los doce años empecé a catchar sólo con la careta y mi guante, de protección, todavía recuerdo en la prepa recibí un pelotazo en el plexo solar ya que el pitcher no vio que yo estaba dando instrucciones al primera base y lanzó la bola en el momento de calentamiento para empezar la entrada. Allí no hubo médico que me atendiera, me aguanté el dolor y seguí jugando hasta  terminar el juego y nada pasó.


Y así, hasta los 52 años seguí en la receptoría a veces alternando en los jardines o en la tercera base y la verdad no recuerdo que me hayan dado tantos fouls en la careta, pero si me los dieron, nunca salí del juego por eso, me sacaron más seguido por reclamar los conteos a los umpires.


Si consideramos que el beisbol nació en 1839, se tardaron bastante los de la gran carpa en tratar de proteger al cátcher, como ahora lo hacen. Y surge la pregunta: ¿Por qué ahora los catchers reciben tanto golpe en la careta?


Recuerdo que cuando iba a los entrenamientos del equipo donde jugaba uno de mis tíos, el mánager era Raúl Navarro, (cubano que jugó en la Costa del Pacífico y en la Mexicana de verano en los 40 y 50’s), enseñaba a los receptores a poner el guante a la altura de su nariz.


Así les decía:


"No se tapen los ojos con el guante” y así los fouls iban a dar a “la mascota” y  las  “bolas wild” había que pararlas con el pecho o el cuerpo, ya que así  habría menos posibilidades que un mal cálculo con el guante provocará que la pelota se les fuera para atrás.


Otra cosa que recomendaba era cerrar la mano derecha y ponerla atrás para protegerla de un foul y no terminar con los dedos rotos y chuecos como sucedió con Pilo Gaspar.



Otro detalle que recuerdo mucho, es que entre las mañas que les enseñó fue la de que cuando viniera un corredor hacia el home, tirar la careta sobre la raya de tercera y así evitar que el corredor se barriera sobre el plato con toda confianza y eso los frenaba y si al mismo tiempo venía el tiro al cátcher había más probabilidades de ponerlo out.


Obviamente uno como cátcher sabe en qué momento bloquear el home y cuando evitar un encontronazo y evitar salir herido, como aquel caso muy mentado en el que Pete Rose iba rumbo a home y el cátcher sabiendo la clase de competidor que era Pete, prefirió que le anotaran una carrera a su equipo que recibir un mal golpe del troglodita Rose y le gritó al primera base que estaba sobre la loma, ¡córtala, córtala!


Después en el dogout el manager le llamó la atención diciéndole: ¿Por qué le dijiste a la primera que cortara, si el tiro te llega a ti lo hubieras puesto out?


El receptor le respondió: No estés tan seguro, si yo trato de ponerlo out se hubiera lanzado contra mí y me hubiera tumbado la bola, el score estuviera igual que ahorita y yo ya fuera en ambulancia rumbo al hospital y tú no tuvieras a tu cátcher titular.


Esa anécdota se la atribuía el "Kalimán" Robles, pero uno que jugó en la Gran Carpa en  la época de Rose me dijo que eso nunca sucedió y que el cuento se lo atribuían a Ray Fosse quien en el juego de estrellas de 1970 le bloqueó el home plate a Pete y éste como si fuera jugador de futbol americano se fue contra de la humanidad de Ray y le tumbó la pelota para anotar la carrera del gane en la doceava entrada.


Pete Rose salió en hombros como los toreros y Ray Fosse salió con el hombro izquierdo dislocado rumbo al hospital.



Los compañeros de Fosse decían de broma que Ray cuando veía venir a Rose rumbo a home decía lo del cuento; ¡corta el tiro, corta el tiro!


De mis experiencias, una sola vez tuve un encontronazo fuerte que terminó en batalla campal, pero esa historia no interesa, y a  la cama mi niño.


Saludos cordiales para ti y todos tus lectores.

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