LUIS ELOY RAMÍREZ CABRERA:
¿Una
elección con tufo racista?
En
mi opinión absolutamente ¡NO!
Desde
que hice en 2011 mi primer aporte en AL BAT -a petición de Jesús Alberto
Rubio-, mientras estaba inmerso en la escritura de la primera edición de mi
libro “El increíble ascenso de los latinos en las grandes ligas”, he mantenido
siempre la línea recta y en un solo sentido de mí vida: escribir con
honestidad, sinceridad, y con autenticidad.
Disfruto muchísimo “oír” de un lector un
halago o “palmadita en el hombro” -¿ y quién no?- porque es básicamente un
reconocimiento al trabajo hecho con esmero pero igual son bien recibidas por
mí, las divergencias y opiniones
contrarias- a veces muy ácidas- sobre algo en lo que haya textualizado. Y tan
es así que de esas divergencias surgió una de la amistades que más aprecio en
AL BAT: Antonio “Toño” Elizarrarás.
Sin
embargo, he recibo algunas “quejas” (en principio una, ya hoy tres más y mañana
no sé) respecto a mi escrito sobre la recientemente fallida elección al Salón
de la Fama.
Y
es que quienes se tomaron el tiempo de leerlo, confundieron mi opinión respecto
al análisis que hizo el comunicador de ESPN, el dominicano Enrique Rojas, y la
enlazaron con las opiniones de otros colaboradores que luego aparecieron sobre
el supuesto racismo que prevaleció en dicha votación.
Mucho
respeto a quienes en AL BAT, suscribieron esa afirmación como Jesús Alberto,
Juan Emilio Batista y Toño Elizarrarás (sin mencionar a quienes no conozco),
pero no la comparto y por supuesto debo aclararlo aquí pues AL BAT
afortunadamente es leída hasta en la cochinchina, y se me asoció con una tesis
que no comparto, y sorprendió quienes saben de mi postura, pues no es cónsona
ni coherente con lo que he mantenido no sólo en mí libro- y en la segunda
edición actualizada y corregida, lista para salir en febrero próximo- sino también en muchos artículos sobre ese
tema.
Una vez un tercera base negro, Charles Thomas, al
que se le negó la entrada a un hotel, logró entrar luego de que un joven Branch
Rickey persuadió al administrador a permitirle compartir su habitación con
Thomas. En el cuarto, de acuerdo con Rickey, Thomas se restregó las manos y
gritó a su instructor (Rickey) de 21 años de edad, "piel negra, piel
negra, si sólo pudiera hacerla blanca".
Años después, Rickey llorando volvió a contar la
historia y dijo que la misma fue el origen de su cruzada para romper la barrera
de color en las ligas mayores.
Eran
los duros años de la segregación racial en Estados Unidos, no muy lejos estaba
la Jim Crow o Cap Anson pero Rickey se la jugó en 1947, con Jackie Robinson, en
una estrategia bien diseñada.
La
segregación de cualquier tipo, política, religiosa, sexual, étnica o racial, es
rechazada por quien escribe porqué es formación de hogar, pero luego de leer
durante la investigación para mí libro, llegué a la conclusión de que el
beisbol en Estados Unidos está años luz más avanzado en la integración racial
que muchos deportes en el mundo.
Hace
apenas unos días el futbolista venezolano Emilio Rentería, fue hostigado por
aficionados durante un juego, y para colmo el alcalde de la ciudad apoyo la
infamia y esto no fue en Estados Unidos, ¡En Chile hermano!
¿Alguien
olvidó el banano (cambur como decimos en Venezuela), que le fue lanzado entre
otras cosas al futbolista Dani Alves?
El
también futbolista venezolano Salomón Rondón afirma que en Rusia el racismo es insoportable
“pero hay que aguantar para llevar la papa a la casa”. Yo en lo personal jamás
en visto en un partido de las mayores con pancartas “NO AL RACISMO” como sucede
en una Europa muchísima más racista que la estadounidense y el futbol es su
peor reflejo.
Todo
lo contrario, en los parques de beisbol sólo hay que mirar en los partidos a
gente vestida de pandas, o un lugar en Seattle llamada la corte del Rey Félix,
o pancartas donde dan flores y amores a Cano, Abreu o Big Papi. Sólo al visitar
Chicago, San Francisco o Pittsburgh se ven estatuas de astros hispanos, y eso no sucedería en un beisbol
carcomido por el racismo.
El
año pasado tuve el honor de escuchar la entrevista que le hizo en su programa
“Al Duro y Sin Careta” el gran comunicador cubano José “Chamby” Campos a ese
maravilloso hombre llamado Orestes Miñoso. Su memoria excepcional nos puso al
tanto de toda su vida pero en lo personal me llamó la atención que no tocó el
tema racial, por el contrario confirmó lo que en muchas ocasiones dijo “Chico”
Carrasquel: “cuando se mofaban de él, se los vacilaba haciendo de mono y así
les callaba la boca pero en el campo mostraba todo su coraje”.
¿Quién
desconoce la posición protagónica –y valiente- de Roberto Clemente contra la
discriminación y que le trajo tantos críticos estadounidenses en los medios?
Pero está allí en Cooperstown. ¿Quién desconoce la posición política del
“Inmortal” Martín Dihigo a favor del régimen cubano? pero eso importó un pepino
a los electores que lo llevaron a Cooperstown.
Dos
ejemplos más, el boricua Orlando Cepeda y el canadiense Ferguson Jenkins (ambos
negros) fueron encontrados con drogas en su poder pero están en Cooperstown!!
Por
el contrario un jugador estadounidense, blanco y estrella como Pete Rose está
afuera como debía estar Mickey Mantle, según Peter Gammons ambos blancos como
una nevada en Alaska.
Hoy
día los latinos en el beisbol son quienes llevan la batuta y los millones con
apellidos como Cabrera, Pujols, Hernández, Abreu o Cano, y el que más “agarra” se llama Giancarlo
Michael Stanton, Cruz! Esto sin nombrar la millonada que dan a los prospectos
cubanos (los nuevos mimados en el Big Show) dejando a los blancos
universitarios (Harper, Trout, etc.) con salario mínimo.
En
los últimos años hemos sido testigos de hombres como Big Papi, Manny Ramírez o
Miguel Tejada han violado la prohibición del uso de esteroides y sin embargo,
han regresado idolatrados y cobrando millones, más recientemente A-Rod casi
demanda al mismísimo beisbol y su comisionado y pese a ello parece regresará
como si “aquí” nada pasó.
En
mi opinión, la elección falló por lo que como moneda al aire
coincidimos Enrique Rojas y yo, y no es otra cosa que “muchos caciques para
pocos indios”. Perder un voto con tan pocos electores en porcentaje es perder
todo chance, además si es una época tan lejana requiere de investigadores e
historiadores y con todo respeto no de jugadores-electores.
Por
cierto, en la votación estuvieron Rod Carew, Joe Morgan, Ferguson Jenkins, Ozzie
Smith y Bob Watson, negros, de la vieja escuela y que con seguridad recibieron
sus respectivas dosis de racismo, por lo que absolutamente descarto hayan sido
instrumento ciego de intereses como el de la Sra. Anne Gaines, una mexicana
ultra-racista.
Don
Sutton, Jim Bunning y Al Kaline, son reconocidos como caballeros del beisbol y
Pat Gillick, es un hombre del que mucho le debemos los venezolanos y nuestro
beisbol cuando fue el GM de los Azulejos de Toronto.
No
soy ingenuo para creer que no pudiese haber alguien en el grupo de electores
con antipatía hacia los negros y los hispanos pues en países como Francia,
Alemania y Suiza, llamados civilizados o en Brasil y Chile los hay pero
supuesto porcentualmente, que haya alguien no significa el grueso del grupo.
Esta
elección falló no por racismo, falló por la escasa cantidad de electores, y más
aún por no recurrir a quienes saben de esto, no es lo mismo vivir de jugar
beisbol, que vivir de investigar y documentar el beisbol.
Por
ello el título de este escrito, deja mi opinión bien clara…. No hubo racismo en
la elección y es mi posición honesta conmigo mismo.
El
gran Satán del beisbol actual se llama la Era de los Esteroides, y contra ello
es que apunté mis argumentos, no justifico ni me pongo al lado de los
comunicadores que haciendo uso del gran poder mediático que les brindan las
grandes cadenas, utilicen la capacidad de crear matriz en favor de quienes a
base de trampa “engordan” sus números para luego buscar un nicho al lado de
Jackie Robinson, Branch Rickey o Roberto Clemente.
Espero
que esta necesidad de ser honesto conmigo mismo, y con quienes se toman el
tiempo de leernos, en cualquier lugar de la bolita llamada mundo, sirva para
encontrar más coincidencias y respeto mutuo.
Como
dijo Benito Juárez, "Entre
los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".
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