* Hechos, realidades y conclusiones.
Por Tomás López
Por el lado que se le
mire, nuevamente la temprana eliminación de los Naranjeros de Hermosillo fue un
fracaso monumental.
Y es que, de un equipo
que viene de un muy mal año, esperas que “eche toda la carne al asador” para
tratar de dejar atrás el trago amargo. Sin embargo la versión 2015-16 de la
escuadra naranja no metió ni las manos y no tuvo siquiera la capacidad de
clasificar a playoffs...por segundo año consecutivo.
Hechos
Después de vivir una campaña
de pesadilla, era el momento de hacer ajustes a todos los niveles, pero tras
analizar lo que no funcionó, la directiva tomó la decisión de jugársela con sus
peloteros jóvenes y Naranjeros fue el único equipo que no realizó ningún cambio
en su plantel previo al arranque de temporada.
De ese tamaño era la
confianza en la nueva camada.
El proceso de
renovación había comenzado.
Para un equipo de estas
características contrataron a Delino DeShields, un manager que ha hecho carrera
en Ligas Menores.
Y si bien DeShields
participó en LMP hace más de 25 años, su conocimiento actual de nuestra pelota
era muy limitado por lo que su designación levanto muchas dudas.
Un punto clave fue que
teniendo el club huecos notables en posiciones muy importantes como el campo corto
y receptoría, no las reforzaron.
Desde la misma
pretemporada las cosas no salieron bien; pasaban las semanas y del nuevo
manager ni sus luces; sin embargo, había la certeza que la situación iba a
mejorar. Pero no fue así, sino todo lo contrario.
Con un arranque
desastroso, la cabeza de DeShields rodó luego de 11 partidos en los que tuvo
marca de 2-9. Para suplirlo llegó el icono del club, José Luis Sandoval, quién
agarro una “papa caliente”.
La llegada del
“Borrego” levantó esperanzas pero en lugar de buscar refuerzos de calidad, trajeron a los “cartuchos” quemados Jesús Cota,
Hernando Arredondo e Iván Terrazas quienes muy poco pudieron aportar a la
causa.
Cuando no fallaba el
bateo era la defensiva o el relevo echaba a perder las ventajas, el caso es que
las derrotas se fueron acumulando de manera exagerada y para antes de finalizar
la primera vuelta ya tenían asegurado el sótano.
Por tal razón cuando
Lorenzo Bundy quedó libre (Mayos) de inmediato le echaron el lazo esperando que
el experimentado timonel levantara el barco.
Con un plantel mejor
reforzado, el norteamericano realizó ajustes que redituaron en victorias y por
momentos parecía que llevaría a Naranjeros a “Tierra Prometida”, sin embargo
con la peor ofensiva de la Liga hacer carreras era todo un suplicio y pese a
que el pitcheo se fajó, terminaron perdiendo tres series de manera consecutiva
con lo que cavaron su propia tumba.
Realidades
Algo que quedó claro
fue que ni DeShields ni Sandoval tuvieron la culpa del mal paso de Naranjeros. Con
un plantel limitado y sin los refuerzos adecuados, simplemente no hubo
capacidad de respuesta.
Siempre se ha dicho que
los extranjeros son un “volado”: este año hubo un desfile de 16 importados y salvo
los viejos conocidos Jerry Owens, Nathan Reed y Barry Enright, los demás no
funcionaron como se esperaba; algunos incluso con actuaciones lamentables, como
Eric Fornataro, Derek Eitel, Manny Corpas, Dan Gamache, Mike Minicozzi y Chris
Nelson.
En el caso de los
novatos, aunque tuvieron chispazos, la mayoría dejó claro que todavía no están
listos para ser titulares en este béisbol.
Sin duda, los Roberto
Ramos, Jasson Atondo, Hiram Martínez, Alejandro Flores, Edgar Torres, Fernando
Miranda y otros, tienen talento para sobresalir pero todavía les falta tiempo y
mucho tendrán que trabajar en sus clubes de verano.
De llamar la atención
el poco progreso de Sebastián Elizalde y Jorge Flores de quienes en su segundo
año como titulares se esperaba mucho; Elizalde volvió a tener un excelente
arranque, pero en noviembre bajó el ritmo y ya en diciembre fue notable su
bajón que incluso lo mando a la banca.
El caso de Flores fue
más desafortunado ya que el ensenadense batalló tanto con el bate como con el
guante al ubicarse como el short stop con más errores(13). Otros como Jesús
Loya y José Cardona tuvieron un marcado retroceso.
En el caso de algunos
veteranos varios ya cumplieron su ciclo y lo mejor sería cambiar de aires o de
plano pensar en el retiro.
Los receptores tuvieron
la más baja efectividad en poner out a corredores en intento de robo con el 33%
al “enfriar” sólo a 28 de 83 intrépidos.
Los veteranos Adán Muñoz(8 de 35) y Mario Iván Santana(12 de 31) sufrieron
enormidades cuando tuvieron hombres en los senderos. El joven Alejandro Flores se salvó de la
quema al exhibir un buen machete atrapando a 7 de 15.
La mayoría de los
bateadores le quedaron a deber al anotador; prácticamente en todos los
departamentos ofensivos fueron los peores, solamente en jonrones superaron a
Mazatlán(34-30).
El equipo careció de
velocidad al estafarse únicamente 12 colchonetas(el 7mo puesto fue para Mayos
quienes se robaron 32 y el líder Mexicali con 70). Y si la ofensiva no carburó,
la defensiva dejó mucho que desear al ubicarse en la séptima posición. Sus 68
errores solo fueron superados por los 72 de los Tomateros.
Los directivos no
pitchan, ni catchan ni batean, ni tampoco ejecutan las jugadas, pero ellos son los encargados de
armar el roster, de diseñar la estrategia a seguir y de contratar extranjeros
entre muchas otras responsabilidades.
En este punto la
directiva equivocó la estrategia y en el pecado llevaron la penitencia cuando
muchos pensamos que Naranjeros no podría tener un año peor que el anterior. Lamentablemente
así lo hicieron al terminar con marca de 27-40 que representa una victoria
menos que el año pasado.
Lo
más rescatable
La actuación del
pitcheo abridor fue sobresaliente toda la campaña. Para la segunda vuelta el
relevo mejoró y se logró ser líderes en
efectividad. El novato Wilmer Ríos fue una grata revelación, Marco Rivas mostró
un gran progreso y junto con Ríos auguran buen futuro a la rotación Naranja.
Para mencionar el resurgir de Edgar González quien tenía tiempo sin lucir y el
más sobresaliente fue José Amador quién puso números para MVP. En cuanto a los
extranjeros nuevamente Enright, Owens y Reed dejaron constancia de su calidad y
deben regresar.
Conclusiones:
Podremos estar o no de
acuerdo en lo expuesto, también podríamos agregar o quitar algunos detalles,
pero lo que no se puede objetar es que Naranjeros están sumergidos en la peor
etapa de su historia.
A nuestro juicio la
estrategia y el plan a seguir no fue el adecuado. La mayoría de los extranjeros
no funcionaron y algunos elementos estuvieron lejos de su nivel. Ese pésimo
arranque que culminó en una primera vuelta desastrosa fue la crónica de una
muerte anunciada.
Estamos de acuerdo que
se vive una etapa de renovación, pero no compartimos la idea de sacrificar una
o dos temporadas en pos de desarrollar jugadores para el futuro.
La LMP es de espectáculo
y de nivel muy exigente; todos esos jóvenes pertenecen a clubes ya sea de
Estados Unidos o de Liga Mexicana y precisamente allá es donde deben de
desarrollar.
Por supuesto que se les
tiene que dar juego para que se vayan curtiendo, pero deben estar sustentados
por peloteros hechos y derechos que no se arrugan en los momentos apremiantes.
Aventarlos al ruedo sin buen respaldo es como mandar soldados a la guerra con
resorteras.
Por todo esto seguimos
sin entender por qué una directiva tan experimentada decidió jugar a la “ruleta
rusa” con tantos elementos inexpertos; alguien debe haberle vendido la idea al
Ing. Enrique Mazón que estos chamacos estaban listos y lamentablemente no fue
así.
Mucho habrá que
trabajar. Se tendrá que replantear la estrategia, realizar cambios importantes
y mejorar el scouteo de extranjeros. La directiva tiene un gran reto, la
afición está muy dolida y en gran parte los considera culpables de la crisis
que vive la franquicia más ganadora no sólo del circuito, sino del béisbol mexicano.
Que tengan un excelente
día.
Hermosillo, Sonora a 7 de enero del 2016.
Dr. Tomas Alonso López
Ríos director de www.solobeisbol.mx
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