Estadio Alfredo Harp Helú
Columna 702.
Crónicas
Beisboleras.
Por Jaime Palau Ranz
La Liga Mexicana de Béisbol vio la luz hace 100 años, inició en
1925, 3 años después fue inaugurado un estadio para la práctica profesional de
este deporte, en 1928 abrió sus puertas en Parque Delta, ubicado en la Colonia
Piedad Narvarte, a un lado de lo que ahora es el viaducto construido sobre el
Río la Piedad, funcionó por casi 3 décadas hasta que fue necesario construir un
estadio más cómodo y funcional.
Para la temporada de 1955 fue inaugurado en esa misma ubicación en
denominado Parque Deportivo del Seguro Social, fue la casa de 2 grandes equipos
que con el tiempo se volvieron rivales y protagonizaban la denominada Guerra
Civil, los Diablos Rojos del México y los Tigres Capitalinos, los pingos
vestían de rojo y los felinos de azul a rayas, los duelos durante décadas
fueron memorables.
Diablos ocupaba la caseta del lado de la primera base y los Tigres
la de tercera, en sus juegos de local mantenía cada uno su lado, las tribunas
de central atrás del home hacia la izquierda se teñían de azul hasta llegar a
la mitad del jardín central y la otra mitad se volvía escarlata, siempre viví
en Oaxaca y desde los 9 años me volví fanático de los Diablos Rojos, cuando iba
al DF siempre convencía a un tío que me llevara.
Desde muy pequeño me bajaba a oscuras al salón donde tenían mis
padres un radio de onda corta, lo prendía, esperaba que calentaran los bulbos y
me daba a la tarea de sintonizar hasta encontrar la transmisión que hacía Óscar
“el rápido” Esquivel, con esa voz especial, grave, un tanto aguardentosa,
narraba describiendo cada jugada con tal precisión y detalle que veías el juego
con la mente, alimentaba tu imaginación.
A cada lanzamiento sacaba esa chispa que tenía, el buen humor, su
ágil mente llena de ocurrencias, decía por ejemplo, “si usted tiene un enemigo,
no lo queme, no lo ahorque, no lo fusile, métalo de ampáyer”, puso apodos
memorables a infinidad de peloteros, y fue quien le llamó a la octava entrada, “la
antesala del infierno”, otro gran narrador de juegos en el Seguro Social fue el
“Mago” Septién.
En el año 2000 cerró para siempre sus puertas el Parque Deportivo
del Seguro Social y tanto Tigres como Diablos se mudaron al Foro Sol, se
acondicionó una parte del autódromo Hermano Rodríguez a manera de estadio,
aprovechando una gran tribuna que estaba construida por donde pasaba la pista
de carreras, obviamente no era cómodo, la tribuna del jardín izquierdo apuntaba
a primera base y no al home.
Los Tigres capitalinos terminaron por irse a jugar a la ciudad de
Puebla convirtiéndose en los Tigres de la Angelópolis, muchos de sus
aficionados de la capital seguían yendo a apoyarlos, aunque no era tan fácil
desplazarse todos los días, empezó el declive de la afición felina, por su
parte los seguidores de los Diablos expresaban que les gustaría tener una casa
propia.
El foro sol se ocupaba para infinidad de espectáculos, deportivos
y musicales, cuando regresaron las carreras de Fórmula 1 a México les pidieron
el inmueble, Alfredo Harp Helú ofreció construir un nuevo parque exclusivo para
el equipo y sus seguidores, en la capital no se había construido en mas de 50
años un estadio deportivo de ninguna especie.
El proyecto era ambicioso y se inició la construcción del nuevo
estadio a partir de 2015, se dejó el Foro Sol y el equipo se mudó a un estadio
pequeño, muy antiguo, el Fray Nano, hubo que remodelarlo para que fuera
funcional, digno de la Liga Mexicana de Béisbol y del equipo más ganador en la
historia de la Liga, ahí jugaron del 2015 al 2018, la afición aguantó sabiendo
que vendrían tiempos mejores.
El Fray Nano empezó a abarrotarse por lo mismo que era pequeño, no
se podía dejar que se perdiera el ánimo o dejara de ser negocio al bajar la
cantidad de asientos vendidos por juego, así que la directiva impulsó que cada
juego fuera una fiesta y que esta no se acabara al caer el último out del
encuentro, en la explanada afuera del estadio se traían grupos populares y
música en vivo, gran baile cada juego.
El ambiente era extraordinario, la gente se quedaba divirtiéndose
hasta más de media noche, las puertas del estadio para acceder a los baños
permanecían abiertas para que nadie sufriera de vejiga llena, aprendieron los
administradores del club que no solo debían tener expertos para manejar el
equipo en cuanto a sus jugadores y todo lo deportivo, también evolucionaron en
el manejo del espectáculo.
La idea no era quedarse tanto tiempo en el Fray Nano sin embargo
el terremoto de septiembre de 2017 retrasó todo, aunque no hay plazo que no se
cumpla y como dicen en mi pueblo, a cada capillita le llega su fiestecita, el
23 de marzo de 2019 se inauguró el flamante estadio Alfredo Harp Helú, desde
los tiempos de Miguel Alemán no había ido un presidente a inaugurar un estadio
y tirar la primera bola de juego.
La rechifla que le dieron al presidente en turno fue monumental,
pena ajena sintieron don Alfredo, su familia y sus socios, pero eso no es su
culpa, cada quien cosecha lo que siembra, el estadio quedó espectacular, se
dijo que el costo fue de tres mil millones de dólares, solo su contador general
puede saberlo, puede que haya sido más pues además no han dejado de mejorarlo
con el tiempo.
El terreno de juego es una mesa de billar, parejito, última
generación de pastos artificiales cuidando las rodillas de los jugadores para
que tengan el máximo de desempeño, su foro es de poco más de 20 mil asientos,
tiene 2 pisos de butacas y entre medio uno de palcos, múltiples secciones para
gente con alguna discapacidad, amplio espacio entre filas para poder salir o
entrar a cada asiento.
Todo perfectamente numerado y señalizado, hay una reja
espectacular diseñada por el difunto artista Francisco Toledo, obras de arte
realizadas por escultores o pintores oaxaqueños de renombre, pantallas led por
todos lados, inmensas, 2 enormes en los jardines y a lo largo de tribunas, dan
información de los lanzadores, de los bateadores, del marcador y muchos más
números estadísticos.
La variedad de comida es enorme, para todos los gustos, desde los
tacos históricos de carnitas, hasta flautas, hotdogs enormes, pizzas, dulces y
mucho más, de beber hay cervezas nacionales o importadas, refrescos, café y lo
que quieras llevar si vas a un palco, los baños son funcionales, hay más de 450
muebles de baño para ambos sexos y enormes mingitorios cual si fueran antiguos
bebederos para caballos.
Pueden acudir a desalojar la vejiga fácilmente 100 hombres al
mismo tiempo y hay al menos unos 6 baños para cada uno de los géneros, la
fiesta ya no es después del juego, es durante todo el juego, nadie para de
bailar y de apoyar a su equipo, la entrada promedio por juego es de casi 15 mil
espectadores con boleto comprado, a los aficionados de los equipos visitantes
se les respeta y se les invita a la fiesta.
El espacio que ocupa todo terreno de juego y sus tribunas por
abajo es estacionamiento, hay más de 500 cajones, solo debes preocuparte por
llegar temprano para asegurar un lugar y 150 pesos para pagarlo, que maravilla,
seguro y cerca de la entrada al estadio, se ha puesto de moda ir a celebrar los
cumpleaños, cada juego dan un listado de decenas de nombres de aficionados
festejados.
Es sorprendente la cantidad de empleos que se generan, seguridad,
vendedores, acomodadores, etc. cada quien sabe cual es su papel y cumplen su
rol a cabalidad, solo queda esperar que el estadio que se está construyendo en
Oaxaca se parezca lo más posible a éste, pues el Lic. Eduardo Vasconcelos ya
está completamente rebasado, es incómodo, no hay espacio para moverse, ya
cumplió me parece.
Si desea contactarme favor escribir a jaime.graficatotal@gmail.com
Facebook: Jaime Palau Ranz
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