Caposehua.
¿Se está deshumanizando el beisbol?
Por Bernabé López
Padilla
De pie, alta la frente/
el pecho sano/ en estética postura, arrogante,/ del animal distínguese el
humano.
Versos de un poema del
Profesor Marcial Ordoñez Ibañez +; que le dedicó al alcohol, y con él, como
instrumento didáctico, nos enseñaba a los niños que fuimos sus alumnos, del
daño que provocan las bebidas alcohólicas.
Lo cito, porque se
habla del humano, de usted, de mi, del hombre, considerando en esa palabra el género
masculino y el femenino; y por lo tanto a la persona humana, que a veces hace
cosas tan odiosas que decimos que es inhumano lo que hizo: se deshumanizó.
Pues bien, la MLB, la
gran carpa, adoptó la tecnología de punta, para aplicarla en algunas jugadas
del beisbol donde el criterio del ampáyer deja ciertas dudas, las cuales a lo
largo de más de un siglo de existencia del beisbol se han considerado parte del
juego y, millones de decisiones de los ampáyeres han cambiado el curso de un
partido y por supuesto, que por consecuencia, se han armado discusiones que a
veces han terminado con los aficionados maltratando a los hombres de negro y
tirándole objetos al campo de juego.
Recuerdo uno en la liga
de la Costa del Pacífico en que los cojines, que rentaban al aficionado para
que el cemento no lastimara mucho a sus “posaderas”, volaron de las gradas al
campo de juego y yo, un niñito entonces, me carcajeaba de ver que los adultos
jugaban de esa manera.
Una mala decisión del
ampayita a veces le valía que le recordaran a su santa madrecita, o por lo
menos que le gritaran: ¡burro!
Recientemente en las
grandes ligas, una mala decisión de un ampáyer hizo que un pitcher perdiera la oportunidad
de lanzar un juego PERFECTO. Si entonces, 1º. de junio de 2010 como ahora, el
manager hubiera pedido la revisión de la jugada, ese lanzador tuviera en su
record un juego perfecto.
La tecnología probó,
(la TV), que la jugada marcada “safe” fue “out” y en conclusión, el pitcher
tiró un juego perfecto y tuvo que sacar 28 outs. Obviamente en los records, fue
juego de un jit para el lanzador.
Los medios de
comunicación criticaron duramente al ampáyer que se equivocó y el rostro del
ampáyer fue exhibido por todos los medios durante dias en todo el mundo.
Armando Galarraga,
pitcher venezolano pasará a la historia por haber lanzado un juego perfecto de
28 outs y no aparecer en los registros.
Al final de la novena entrada,
con 2 outs, Jason Donald bateó un rodado que el primera base recogió. Tiró a
primera donde el pitcher recibió justo a
tiempo para sacar el out 27 y concretar el juego perfecto, sin embargo, el
umpire Jim Joyce marcó “quieto” en primera y con esto, rompió la joya”. Claramente
fue out. Sólo que el ampáyer tuvo fracciones de segundos para calificar la
jugada, decidir y expresar su decisión. Errare, humanum, est.
Cuando se han jugado 47
partidos de la temporada 2014, casi todos los equipos han solicitado la revisión
de las jugadas y al parecer el resultado ha favorecido a los ampáyeres, y
antier me tocó ver una en la que el pitcher reviró a segunda base y el ampáyer
marcó “safe” y Ron Washington, manager del equipo al campo pidió la revisión de
la jugada.
Al principio como que
no querían darle el gusto y le dijeron ¿crees que pudiste ver mejor la jugada
desde el dogout, que nuestro compañero que estaba a centímetros de ella?.. Ronnie
les respondió: ¡Sí!. Los ampáyeres pidieron la revisión y después de unos minutos
los especialistas de las grandes ligas que revisaron, dijeron es ¡out!. Y en
efecto, antes de que los ampáyeres marcaran oficialmente el “out”, todo mundo
habíamos visto por la TV y en la pantalla del
estadio que se podía
apreciar con cierta claridad el out.Perdieron los ampáyeres y el que marcó la jugada
fue seguido un buen rato por las cámaras y tuvo sus minutos de “gloria en la
TV”.
Con esto podemos ver
que la tecnología, ha suplido al humano, las maquinas que tanto criticó Charles
Chaplin en su película “Tiempos Modernos” están relegando la inteligencia del
ser humano y el criterio humano se suple por lo inhumano.
Hay quienes dicen, el
beisbol ha dado un paso gigantesco hacia adelante, tal vez porque en otros deportes
ya se ha utilizado la tecnología para dar decisiones más certeras, pero le
quita la esencia
Anoche en un juego
Yankees VS Astros, un batazo fue marcado por el ampáyer como bueno a pesar de haber
pegado en la raya del jardín izquierdo, lejos de donde él estaba viendo la
jugada. La repetición por la TV demostró que por milímetros la opinión del
ampáyer fue acertada y cuando pasaron la jugada se escuchó como el público
exclamó: ¡wuau! reconociendo el acierto del hombre. Hay que aclarar que no se
pidió revisión.
En cambio el prietito
en el arroz, en el mismo juego, se dio cuando suspendieron el encuentro los ampáyeres
y se reunieron para consultarse entre ellos y nadie sabía de qué se trataba.
El caso es que el jefe
de los ampáyeres se dirigió al dogout y pidió que revisaran lanzamiento por lanzamiento
de los que le habían hecho al bateador en turno. En ese momento la pizarra
marcaba 3 bolas y un strike. Varios minutos después, y no obstante las rabietas
del manager del Yankees, los jueces dijeron que el conteo era correcto: 3 bolas
y un strike; y terminaron dándole la base por bolas al bateador yankee.
¡Y!.
¿Donde quedaron los
contadores que todo ampáyer debe traer para ir llevando cuenta y razón de las bolas,
los strikes y los outs?. Se supone que todos deben llevar esas cuentas y en
caso de duda, consultarse entre ellos y obviamente, democráticamente, los que
sean mayoría son los que llevan la cuenta correcta. Esa es de parvulito, diría
mi tata. Fallóles. ¡Burros! dirían los guasavenses y los culichis.
Pues será el sereno, yo
prefiero aceptar que los ampáyeres se equivoquen y marquen lo que a su juicio
fue lo correcto, si desde que empezó el beisbol a la fecha así se ha jugado y
el beisbol es el rey de los deportes y es el gran espectáculo que deja
millonadas de dólares a los dueños, jugadores, y millones de negocios y trabajadores
que viven de él, déjenlo así, no lo deshumanicen.
Dichosos los que eligen
ser pobres, porque esos tienen a Dios por Rey. Mateo 5, 3.
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