Comienza este lunes a las 7:15
PM en el estadio Victoria de Girón, la serie play off de siete juegos
Por Juan E. Batista Cruz
Las Tunas, Cuba.- Los tabaqueros de Pinar del Río marearon con el humo de
sus puros a los leones de Industriales, les cortaron la melena en el séptimo
juego de su serie semifinal y serán los rivales de los cocodrilos de Matanzas,
que esperan en su ‘’pantano’’ del estadio Victoria de Girón, luego de cortarle
las garras a los leopardos dulces de Villa Clara, actuales monarcas, impedidos
por eso de defender su corona.
Los tabaqueros de Alfonso Urquiola hicieron gala de su tradicional
combatividad y, para sorpresa de la mayoría, incluido yo, remontaron una
desventaja de 1-3, al imponerse en el quinto encuentro todavía en la cueva de
los Leones, el estadio Latinoamericano, y remataron con dos golpes maestros a
la sombra de su vega vueltabajera, apoyados fundamentalmente en el trabajo de
sus lanzadores, supuestamente lo menos fuerte por el comportamiento inestable
del duelo definitorio, con solo la efectividad probada de su astro Yosvani
Torres.
Después de la primera victoria en casa con la arrancada brillante de Torres
y un bateo abundante y oportuno, la
tropa de Alfonso Urquiola al parecer se mareó con su propia humareda.
Industriales venció por nocao en la segunda jornada en Pinar, para dar entonces
dos terribles golpes de garra y poner a punto de mate las acciones, sin
embargo, y a pesar de no presentarse en su forma óptima, volvió por sus fueros
Yosvani Torres y con la ayuda del zurdo Julio Alfredo Martínez, lograron el éxito 7 X 4 para provocar el
retorno a la tierra del mejor tabaco del mundo.
Al igual que la mayor parte de aficionados y especialistas, yo pensé que
esa segunda sonrisa pinareña no era más que la mejoría de un paciente en
terapia intensiva, poco antes de partir a la eternidad, mas todos nos
equivocamos. A la disposición y entrega de los Tabaqueros, se unió el apoyo
entusiasta de sus parciales y una inesperada baja ofensiva de los Leones,
incapaces de levantar sus otrora poderosas garras, sin poder siquiera sacudir
su erizada melena.
En el cuarto choque del calendario semifinal, a los anfitriones les falló
una vez más su segundo abridor, Vladimir Baños, a quien le marcaron una carrera
cuando solo había sacado un out, pero emergió el zurdo Julio Alfredo Martínez,
quien repitió su soberbio trabajo de dos días antes y al permitir solo dos
imparables en el resto del camino, ratificó su título de Maestro Domador, ayudado
para ganar fácilmente 7 X 1 por el abundante y productivo bateo de sus
compañeros, incluido un largo jonrón del inicialista Wílliam Saavedra.
Al llegar la paridad en la ‘’bronca’’, 3-3, una vez más el favoritismo era
para los Leones, especialmente porque el pitcheo de los Tabaqueros estaba
diezmado y Urquiola no decidió, hasta última hora, entregarle la pelota a un
Erlis Casanova que, en honor a la verdad, no era precisamente, al menos desde
el punto de vista teórico, la carta más aconsejable para tan tremenda
responsabilidad. Industriales, por su parte, disponía de la calidad y
experiencia probadas de su refuerzo camagüeyano Vicyoandri Odelín.
Ah, pero acostumbramos a olvidar las veleidades, las sutilezas de la pelota.
El talentoso muchacho, hijo del extraordinario jugador pinareño, Luis Giraldo
Casanova, activo hasta principios de la década del 90 del siglo pasado, sacó a
relucir su estirpe y tiró el mejor partido de su carrera para superar 2 X 1 a
Odelín, en memorable duelo que, al llegar a su término, hizo explotar
literalmente a un estadio Capitán San Luis completamente abarrotado.
Fue un triunfo brillante, soberbio, pero además tenso, complejo, carente de
ofensiva por uno y otro equipo. La primera carrera local fue por otro jonronazo
de Wílliam Saavedra a la altura del quinto capítulo y la otra en el séptimo,
impulsada por cohete al izquierdo de David Castillo, los mismos hombres que se
erigieron héroes del bateo en los encuentros claves.
Merecen el reconocimiento por su esencial aporte al peleado triunfo, el
pítcher refuerzo avileño Osmar Carrero, quien derrochó coraje en dos relevos,
pese a que presentó fuertes dolores musculares en su brazo, el cerrador Isbel
Hernández, que sacó los dos últimos outs, el jardinero de Las Tunas, Andrés
Quiala, autor de un fildeo espectacular sobre soberbia línea de Juan Carlos
Torriente en el séptimo episodio y eje central en una de las dos jugadas en las
que fueron liquidados, sobre la goma, dos corredores de Industriales. La
felicitación a los jugadores de cuadro, seguros y brillantes en momentos
claves.
Una victoria muy peleada y por tanto merecida para los pinareños,
principalmente porque la lograron frente a un gran equipo. Los leones de
Industriales volvieron a mostrar su estirpe, su tradicional competitividad, solo
que encontraron a un rival de fuerza inusitada, hija de la magia de un director
triunfador como Alfonso Uquiola, quien manejó sus piezas de manera magistral,
apoyándose, además, en la inesperada caída ofensiva de los capitalinos.
Los cocodrilos de Matanzas, autores de la eliminación del campeón defensor,
Villa Clara, recibirán a los Tabaqueros a partir de este lunes en el estadio
Victoria de Girón. Apoyados en la condición de mejor equipo del campeonato, los
muchachos de Víctor Mesa, son los favoritos indiscutibles, pero no pueden pecar
de confiados, porque los alumnos de Urquiola no llegaron aquí por casualidad y
van a pelear hasta el último out.
De acuerdo con mi análisis acerca del camino recorrido por los dos equipos
hasta esta gran final, los Cocodrilos tienen los condimentos necesarios para
alzar el trofeo, mas creo igualmente, que la contienda puede extenderse hasta
seis o siete partidos, nadie debe engañarse al pensar que observaremos a unos
reptiles ‘’paseando por su pantano’’. Ojo, amantes de este extraordinario
espectáculo deportivo, reflexionemos detenidamente y recordemos, esta vez, en
las sutilezas, en las veleidades propias del béisbol.
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