viernes, 7 de noviembre de 2014

DISFRUTEMOS EL BEISBOL





POR BERNABE LOPEZ PADILLA


MAGNÍFICO que Adrián González haya logrado un premio más en su tierra natal U.S.A., y por ser hijo de mexicanos, me alegro.

Pero veo que a muchos de los que estamos en tu orden Al Bat, no les pareció mal que se le dé el premio nacional (mexicano) del deportista profesional a un extranjero, que aunque nacido de padres mexicanos, legalmente es un extranjero.



El tiempo. Nuestro amado béisbol se distingue de los otros deportes espectáculo, por no ceñirse a "X" tiempo de juego y así se ha jugado durante más de un siglo; y yo conocí a un gringo en Mexicali que me contó que  estuvo presenciando el juego de más larga duración en el beisbol profesional, el cual ocurrió en Rhode Island, Estados Unidos.

El juego se efectuó un sábado 18 de abril de 1981 y duró 33 entradas, que se jugaron en aproximadamente 8 y media horas, entre Pawtucket Red sox y Rochester Red wings y curiosamente Wade Boggs participó en él, jugando la tercera base.

Me decía el gringo que el juego empezó tarde por un desperfecto en el alumbrado y que inexplicablemente el ampayer no suspendió el juego a las 0.30 horas del día siguiente al del inicio, que según el estadounidense era un acuerdo de liga; lo cierto es que en el estadio al principio había algo así como 2 mil personas y que a las 4:07 de la mañana hora en que el juego se suspendió sólo quedaban unas 15 o 20 en las gradas.



El juego se suspendió porque alguien le informó al presidente de la liga, a las 4 de la mañana del juego, y éste ordenó de inmediato que se terminara.

Ese capítulo me trasladó al Parque del Seguro Social de la Ciudad de México, en el año de 1966:

Jugaban Tigres VS Puebla, y por allí de la quinta entrada se suspendió el juego por lluvia; mi amado padre andaba de negocios por la bella capital del país y yo estudiaba en el IPN  en aquella ciudad, y me llevó al beisbol; así que no sé cuánto tiempo se suspendió el juego y mucha gente se fue a sus casas, pero yo no me quise salir hasta que acabara. Total ya no recuerdo la hora, pero si eran más de las 12 de la noche cuando salimos del parque.

Hoy que lo recuerdo, me entero de que mi padre se aguantó el frío y el aburrimiento por amor a su hijo, entonces no lo valoré  así, y hoy,  48 años después, "me cayó  el veinte". Mi padre me amó más de lo que yo merecí.



Pero dejando las lágrimas a un lado, todo lo anterior lo traigo a colación para decirles que  el beisbol debe seguir sin límites de tiempo oficiales; que cada aficionado se vaya a su casa cuando considere necesario, ya sea porque va trabajar al otro día o bien el juego no le gustó o por lo que sea.

La temporada pasada, cuando fui a uno de los juegos, no aguanté el ruido infernal que ahora hacen en los estadios con las bocinas a todo volumen y la estrella del show no es el beisbol, lo es el que tiene a su cargo los micrófonos, que ahora le dicen: EL ANIMADOR.


Como dijo Pepe Peña, ya se olvidaron de que la gente viene a ver béisbol no a los payasos ni a los gritones con micrófono. Saludos Alberto y a todos tus seguidores.

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