Por Juan E. Batista Cruz
Después de 54 años de olvido, renació el 8 de noviembre de 2014 el Salón de
la Fama del Béisbol Cubano con la exaltación de 10 de los inmortales de nuestro
Deporte Nacional, cinco de la etapa 1864 a 1960 e igual número desde 1962 hasta
la fecha, al término de la celebración de un histórico Coloquio en el que
participaron periodistas e historiadores de todo el país.
Los delegados a esta histórica reunión, eligieron a los 25 integrantes del
Comité de Exaltación, quienes analizaron a los 20 nominados hasta escoger a los
10 que se unirán a los 38 que habían ocupado su lugar en la historia hasta la
última elección realizada en 1961, con su inscripción en la placa que,
lamentablemente y por muchos años, permaneció desaparecida en un rincón del
actual estadio Latinoamericano, tras la eliminación del profesionalismo en
Cuba.
Resultaron pioneros en esta refundación de nuestro Salón de la Fama, en el
que se incluyen por igual a profesionales y amateurs, Esteban Bellán, Conrado
Marrero, Camilo Pascual, Orestes Miñoso y el insigne árbitro, Amado Maestri, de
la etapa 1864-1961, y Omar Linares. Braudilio Vinent, Antonio Muñoz, Orestes
Kindelán y Luis Giraldo Casanova, glorias de las series nacionales de
aficionados, surgidas el 14 de enero de 1962.
La ceremonia de exaltación de estos inmortales se llevará a cabo el 28 de
diciembre en el Juego de las Estrellas de la Serie Nacional número 54, señalado
para el estadio Mártires de Barbados, de Bayamo, capital de la provincia de
Granma, la cual marcará una continuidad histórica pues se repetirá cada año
para dar cabida a los tantos que, en siglo y medio, hicieron de la pelota parte
indiscutible del alma de la nación, de la identidad de este pueblo, símbolo de
cubanía.
La celebración del Coloquio Nacional, que sesionó durante los días 7 y 8 de
noviembre en el estadio Latinoamericano de La Habana, fue la culminación de
años de investigación, de búsqueda acuciosa de lo que se dio en llamar el Grupo
de los Entusiastas por la creación del Museo Nacional del Béisbol y la
refundación del Salón de la Fama, encabezados por el joven cineasta Ian Padrón,
incansables en su cruzada por hacer justicia en este sentido.
Acerca de dónde se ubicarían estos dos santuarios del béisbol cubano,
existían propuestas con fuertes argumentos: El estadio Palmar de Junco, de
Matanzas, sede del primer juego oficial
el domingo 27 de diciembre de 1874 y el actual Latinoamericano, antiguo Gran
Stadium de La Habana o de El Cerro, a cuyo abrigo estuvo, hasta 1961, la Placa
con los 38 exhaltados al Salón de la Fama del Béisbol Profesional Cubano.
No obstante, la nueva propuesta surgida al calor de las profundas
investigaciones realizadas en los últimos años
es que la sede sea el antiguo Vedado Tenis Club, hoy circulo social José
Antonio Echeverría, con un siglo de rica historia deportiva, especialmente en
el béisbol. Aquí se tuvo en cuenta que una institución de esas características
necesita de varias locaciones y de la seguridad suficiente para preservar su
integridad, algo que resulta prácticamente imposible en un estadio, visitado
casi a diario por miles de personas que tienen como único objetivo disfrutar de
un juego de pelota.
En los debates del Coloquio se sucedieron los criterios en defensa de las
tres propuestas, pero al final el
consenso se inclinó claramente hacia la del antiguo Vedado Tenis Club, aunque
debe esperarse por la definitiva aprobación de un inmueble bastante deteriorado
por los años, con instalaciones víctimas de un evidente abandono y que
necesitaría de una fuerte inversión para convertirse en el Santuario por
excelencia del béisbol cubano, el que tendría como lógica extensión, un
remozado Palmar de Junco.
Este fue uno de los momentos más gloriosos en la historia del béisbol
cubano. Se escucharon criterios de los eternos enamorados del béisbol en todo
el país y, lo más importante, hubo un gran consenso en relación con la
necesidad ineludible de rescatar el Salón de la Fama, de sacar del ostracismo a
lo que fue, es y deberá ser por siempre, el altar de los inmortales de nuestro
deporte nacional, de tan genuino símbolo de cubanía. ¿Dónde estará asentado
definitivamente? Habrá que esperar por
los consabidos ajustes económicos, pero ya podemos decir con sano orgullo que
lo rescatamos y lo mantendremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario