Potros de Tijuana en la
Sunset League, 1950: De pie, izq. A der: Luis "Molinero" Montes de
Oca, "Baby" Ruiz, Raymundo "Ray" Zonta, Félix Zulueta,
Ramón "Pisi" Martínez, Julio Alfonso, Enrique "Bacatete" Fernández,
Pedro Hughes, "Kiri" Garciglia y Francisco "Zurdo" Alcaraz.
Hincados: Henry Palafino, (2, 3 y 4), "Kiko" Martínez, Delfín Lañiza,
Romualdo "Changarro" Urías, Alberto Alfonso, y Guillermo
"Memo" Luna.
Por Jesús Rivera,
Quizá sea cuestión de
genes ó quizá sea el amor al deporte inculcado por los padres que hace que una
toda familia se dedique al deporte, a tal grado de formar dinastías como los
Zonta de Tijuana.
Raymundo Zonta, nacido
en Tijuana (1930), formó parte de esa dinastía que marcó toda una época en el
deporte de la ciudad, principalmente en el beisbol.
Demostró a muy temprana
edad grandes facultades para jugar el “rey de los deportes”, destacando en
ligas infantiles y juveniles, para luego convertirse en profesional.
Debutó en el beisbol
rentado en 1950, militando con los originales Potros de Tijuana, en la Liga
Sunsent de clase “C”; con el este equipo estuvo por tres temporadas teniendo un
promedio de 303 de porcentaje.
Para el 51 y 52 los
Potros se cambiaron a la Liga Southwest International League, Zonta conectó 14
jonrones por temporada, y promedió .312 de bateo.
En 1953 se fue a jugar
con las Águilas de Mexicali de la Liga Arizona-Texas, teniendo una gran
temporada con 17 jonrones.
Con esos números llegó
a Liga Mexicana de Verano, militando con los Tigres de México, y con Sultanes
de Monterrey, equipos que no le dieron muchas oportunidades.
Jugó en el invierno con
los Venados de Mazatlán de la Liga Mexicana del Pacífico, donde jugó al lado de
grandes figuras del beisbol mexicano, como Memo Garibay y Epitacio “La Mala
Torres.
En su estancia con los
Venados, el “Cero” Zonta tuvo como compañero a José Rayle, otro gran pelotero
de origen tijuanense, que militó con éxito en el beisbol rentado.
Por su gran trayectoria
en el beisbol amateur y profesional de México, en 1992 Raymundo Zonta fue
consagrado en la segunda generación del Salón de la Fama del Deporte de
Tijuana.
Su hermano Estéfano
formó parte de esta generación, por lo cual Raymundo junto a su consanguíneo
marcó un hecho que hasta la fecha es un hecho sin precedentes en la historia
del recinto de los inmortales del deporte de Tijuana.
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