Por Zachary D. Rymer
Traducción de Marlys Rodríguez
A través de los años, muchas personas han “atacado” el toque de bola, sin embargo, los juegos de la
MLB aún son testigos de este tipo de jugada. De hecho,
estadísticasrecogidas en FanGraphs muestran que el porcentaje de hits conseguidos con toques de bola ha incrementado en los últimos años, y que los managers aún mantienen el toque de sacrificio dentro de sus libritos.
Así que no estamos hablando de que el toque haya muerto, aún no. No ha desaparecido como el Tiranosaurio Rex o la bola rápida de CC Sabathia.
Pero no lo duden: aunque exista un momento y lugar apropiado para llevar a cabo el toque, esta continúa siendo una jugada anticuada que se utiliza, en algunos casos, más de lo que debería.
Si deseas unirte al debate en torno al toque, toma una silla y déjame explicarte de qué va esto.
LA LIGA LO ENTIENDE
Llegaremos al porqué los bateadores ya no buscan embasarse con el toque de bola, pero primero vamos a lidiar con el toque de sacrificio y su lugar en el
béisbol de nuestros días.
Vamos entonces a caminar “sobre hielo fino”.
La siguiente gráfica muestra las estadísticas de los toques de sacrifico desde 1975, cortesía de Baseball-Reference.com:
Podrán notar que aunque ciertamente no hablamos de una tendencia en picada, el toque de sacrificio es hoy una rareza si lo comparamos con la década del 70 del pasado siglo.
Agradézcanle a los sabermétricos por eso. Bill James y otros comenzaron una cruzada contra el toque de sacrificio hace algunos años, y con el tiempo, las ideas de la sabermetría se han abierto camino y encontrado aceptación hasta en los propios terrenos.
Tomará tiempo antes de que veamos desaparecer esta jugada de la liga por completo, especialmente en la Liga Nacional, donde se requiere que los lanzadores bateen. Hasta que el bateador designado no se abra paso en este circuito, el toque de sacrificio alargará su extinción.
Sin embargo, ya los equipos no le hacen tantos honores a la jugada, porque han interiorizado que regalar un out para avanzar a un corredor no es una buena idea.
Anthony Castrovince, de MLB.com, trató el asunto a inicios de año, al usar el Run Expectations data from Baseball Prospectus. El Run Expectation (Posibilidad de Carrera) con un corredor en primera y sin outs, es mayor que cuando hay un corredor en segunda y un out, situación esta última frecuentemente provocada por un toque de sacrificio.
Esta tendencia se mantiene al adentrarnos en Win Expectancies in late-inning situations (posibilidades de victoria en los últimos innings), tratada en 2002 por el sabermétrico Tom Tango. La posibilidad de victoria para un equipo que pierde por una en el final del noveno es mayor cuando presenta un corredor en primera sin outs, que cuando tiene a uno en segunda y un out.
Quizás hayas escuchado estos argumentos con anterioridad, pero vale la pena recordarlos. Son datos como estos los que defiende la postura sabermétrica, que nos dice que los outs son demasiado valiosos como para regalarlos con toques de sacrificio.
Tampoco ayuda mucho el hecho de que muchos sacrificios en la liga no hayan llegado a buen término. Aquí tienen una muestra del índice de éxito de los toques de sacrificio desde 1975:
Como podrán apreciar tampoco podemos afirmar que las cifras tengan una tendencia al declive, pero es notable cómo a partir de la década del 80 del pasado siglo los números fueron en descenso, con una caída marcada en los primeros años a partir del 2000.
Es razonable que el índice de éxito de los sacrificios baje en lugar de aumentar. Los jugadores a la defensa ya saben cómo hacerle frente a esa jugada, y apenas existen bateadores en la actualidad que se especialicen en el arte de tocar.
Sencillamente han evolucionado.
¿CÓMO HAN CAMBIADO LOS BATEADORES?
A pesar de las ideas que tengas sobre el momento propicio para realizar un toque en dependencia de la situación del juego, deberías coincidir en que estos siempre deben llevarse a cabo temprano en los conteos.
Un toque debe hacerse antes de que el bateador llegue a tener el conteo a su favor, de lo contrario pierde la posibilidad de un boleto. Definitivamente un toque debe hacerse antes de que el bateador tenga dos strikes, pues un intento fallido se convertiría en ponche.
Y he aquí lo que sucede con los toques y los bateadores de hoy: a ellos no les gusta hacer mucho al inicio de los conteos.
Observe el promedio de la liga para los lanzamientos por comparecencia al plato desde 1988:
Trabajar el conteo no debe ser solo para los del medio en la alineación.
Es justo concluir que el descenso de los toques guarda estrecha relación con esta tendencia; su mayor desencadenante sin dudas es el mayor énfasis que se le ha dado a los conteos, pues los bateadores quieren “exprimir” a los lanzadores buscando cansarlos o que sean sustituidos por relevistas intermedios.
Para los bateadores de estos tiempos, tocar la bola es ilógico, pues permite que los lanzadores saquen outs.
Otra razón por la que esta jugada constituye un sinsentido para los bateadores, es que estos, en su mayoría, se han vuelto más fuertes.
La Era de los Esteroides puede haberse marchado, pero el nivel de jonrones por juego permanece alto sin dudas, si lo comparamos con el de las décadas del 70 y 80 del pasado siglo.
Esto evidencia que la mayoría de los bateadores es capaz de conectar con fuerza, con poder, entonces, ¿para qué necesitarían tocar si pueden anotarse un jonrón? Es mejor fabricar una carrera por la vía más fácil.
Así que esta es la cruda realidad: en una liga donde resulta tan fácil conectar jonrones, no tiene sentido jugar para una sola carrera.
Hay otras razones que confirman que el toque de bola no pertenece a la MLB de hoy, y tiene que ver con los hombres de arriba y de abajo en la alineación.
El trabajo de los primeros hombres al bate sigue siendo el mismo de siempre: embasarse, llegar a posición anotadora y venir hacia el plato. La diferencia ahora radica en que estos no necesitan tanta ayuda para llegar a posición anotadora pues son mucho más poderosos.
Échenle un vistazo a los porcientos de slugging de los primeros hombres en la alineación desde 1975:
Podrán notar que como generalidad los porcentajes han ido en aumento en los últimos años, e incluso resulta más evidente si analizamos los promedios de slugging para los diferentes períodos que se grafican arriba:
• 1975-1979: .370
• 1980-1989: .375
• 1990-1999: .391
• 2000-2009: .407
• 2010-2013: .395
Los hombres proa en la alineación no son tan poderosos en los últimos tres años, sin embargo sí lo son al ser comparados con las décadas del 70, 80 y 90 del pasado siglo.
En cuanto a los hombres de la llamada tanda baja o débil, podemos decir que se están volviendo más productivos. En la gráfica que mostramos a continuación aparece el OPS desde 1975:
Aunque se pueden apreciar picos y descensos, y una reciente caída de la ofensiva, los hombres de abajo son mucho más productivos que en las décadas del 70 y 80.
Así que resumiendo, podemos afirmar que los bateadores desechan el toque porque se han vuelto más pacientes, y ya no son solo los hombres de más poder los que le pegan duro a la bola, también los primeros bateadores y los de la tanda más débil están cambiando.
Las alineaciones son ahora más profundas y difíciles de dominar que antes, por tanto no es lógico que los bateadores se entreguen a una jugada que los convierte en outs automáticamente.
Sin embargo, creo que ya es hora de que respondamos la pregunta clave: si la ofensiva ha mostrado un declive en los últimos años, ¿por qué no recurrir al toque de bola?
Para revelar la incógnita tenemos que ir a los lanzadores.
¿CÓMO HAN CAMBIADO LOS LANZADORES?
Por mucho tiempo, la MLB fue una liga de bateadores. Ahora ha vuelto a ser de los lanzadores, como lo demuestra el bajo PCL entre 3.00 y 4.00 desde 2010.
La primera conclusión a la que pudiéramos llegar es que los lanzadores son más controlados de lo que solían ser. En un minuto debatiremos cuán cierto es esto… o no.
Considere los siguientes datos tomados de FanGraphs:
Leyenda: BABIP-Average de bateo con bolas en juego. LD-Conexiones de línea. GB-Conexiones de rolling. FB-Conexiones de fly. HR/FB-Jonrones por conexiones de fly.
Todo bien, ¿verdad?
Esa es la idea. Cuando la bola está en juego es impredecible, y lo único en lo que podemos observar cierta tendencia es en la estabilidad de los porcientos de rolling (rolata) desde 2010.
Realmente es algo que se le puede adjudicar a la habilidad del lanzador. La mayoría de los serpentineros que busca el contacto, tiene en mente que le conecten rolatas, pues estas difícilmente puedan traducirse en extrabases.
Sin embargo, los rollings no son el fin del mundo para los bateadores; quizás no puedan convertirse en extrabases, pero generalmente tienen más posibilidades que los fly (elevados) de volverse indiscutibles.
Observen cómo el promedio de rolatas se mantiene relativamente estable:
• 2008: .236
• 2009: .236
• 2010: .234
• 2011: .237
• 2012: .238
• 2013: .235
Todo esto es relevante para el caso que nos ocupa, los toques. En vez de buscar una base mediante el toque, es mejor hacer un buen swing; puede que la pelota no vaya más allá de las cercas, pero puede “enredarse” en el cuadro y convertirse en hit.
Los toques de sacrificio, por su parte, son incluso peores ante los lanzadores de hoy, pues estos se han superado muchísimo y pueden volverlo inefectivo.
¿De qué forma? Sencillo: más ponches.
Para nadie es un secreto que los ponches en la liga han ido en aumento. Todos han escrito sobre ellos, desde Jayson Stark en ESPN hasta Scott Miller en CBS Sports. Son muchas las causas por las que los serpentineros están ponchando hoy más que nunca.
Esta gráfica tomada de FanGraphs muestra el porciento de ponches de la liga (ponches/comparecencias al bate) con hombres en posición anotadora desde 2002:
La idea de llevar un hombre a posición anotadora es la de traerlo al plato. Sin embargo, los lanzadores están probando que este puede resultar un juego peligroso, pues cediendo un out, corres el riego de que el segundo venga a través de un ponche.
No lo dudes: mejor arriésgate con un buen swing.
IDEAS FINALES
Reconozco que hay momentos y lugares propicios para llevar a cabo un buen toque.
Los lanzadores seguirán dándole vigencia al toque como vía de adelantar corredores hasta que aprendan a batear o sean sustituidos por el bateador designado. No es la peor cosa del mundo que el equipo local juegue para una carrera si esta es la de la ventaja. Incluso un squeeze play es bueno de vez en cuando.
El toque está fuera de lugar en el juego moderno. Los bateadores de hoy no lo necesitan para acreditarse hits como antes, y tanto las estadísticas como la preparación de los lanzadores nos afirman que los toques de sacrificio no son una buena idea.
La guerra contra el toque de bola llegará a su fin con el paso del tiempo, pero nunca antes de que el béisbol se ponga al día.
Nota: Estadísticas cortesía de Baseball-Reference.com
(Tomado de Bleacher Report)