miércoles, 28 de marzo de 2018


ESTRELLAS DEL BÉISBOL

HA NACIDO EL CLÁSICO DE OTOÑO

Por Héctor Barrios Fernández.



Aún después de que la Liga Nacional y la Liga Americana hicieron las paces bajo el Acuerdo Nacional de 1903, algunos incondicionales de la Liga Nacional estaban reacios a reconocer al hermano menor como un compañero igual en las Ligas Mayores de Béisbol. Otros vieron la oportunidad en la alianza recién formada.


El dueño de los Piratas de Pittsburgh Barney Dreyfuss, cuyo equipo había emergido relativamente ileso durante la guerra entre las ligas entre 1900 a 1902, estaba entre los visionarios.


A mediados del verano de 1903, con su equipo situado cómodamente en el primer lugar de la Liga Nacional, Dreyfuss envió un reto a Harry Killilea, dueño de los hasta entonces líderes de la Liga Americana, los Americans de Boston.


“El tiempo ha llegado,” escribió Dreyfuss, “para la Liga Nacional y la Liga Americana de organizar una Serie Mundial. Creo firmemente que si nuestros equipos jugaran una serie de nueve juegos para obtener al ganador, nosotros crearíamos gran interés en el béisbol, en nuestras ligas y en nuestros jugadores. También creo que financieramente sería un éxito.”


Después de reunirse con el Presidente de la Liga Americana Ban Johnson y asegurando que su equipo se alzaría con la victoria, Killilea aceptó el reto.


Los dos dueños se dispusieron a establecer las reglas para la competencia de postemporada. Fue a definir al mejor en una serie de nueve juegos, finalizando tan pronto como un lado ganara cinco de esos juegos.

La serie comenzaría el primero de octubre en Boston, en cuyo parque se realizarían los tres primeros desafíos. Los equipos viajarían a Pittsburgh para cuatro juegos antes de retornar a Boston para los dos finales, en caso de ser necesarios.

Un ampáyer por cada liga oficiarían durante la serie: Hank O’Day por la Liga Nacional y Tom Connolly por la Liga Americana, ambos actualmente en el Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, N.Y.


Los rosters para la Serie Mundial estarían limitados a los jugadores que fueran parte de los equipos antes del primero de septiembre.
  


Con una asistencia de más de 16 000 aficionados en el famoso Huntington Avenue Grounds de Boston, los visitantes Piratas, madrugaron a los Americans y a su as de lanzadores Cy Young venciéndolos al son de 7-3 en el primer partido. Sin embargo Boston se recuperó con una blanqueada de 3—0 de Bill Dinneen en el juego dos. Deacon Phillippe reclamó su segundo triunfo de la serie en el juego tres ante un lleno de casi 19 000 fanáticos en Boston.


Phillippe vino con otro triunfo en juego completo con marcador de 5-4 cuando la serie cambió al Exposition Park de Pittsburgh.


Posterior a eso, Boston se alzó con la victoria en los siguientes tres cotejos, poniendo la serie a su favor 4-3.


Ante poco menos de 7 500 aficionados, la entrada más baja en la serie, Dinneen controló completamente a los Piratas y logró una victoria de 3-0 sobre Phillippe y con ello los Americans de Boston, posteriormente Medias Rojas, eran los campeones mundiales.


La Liga Americana había probado ser un digno competidor de su hermana mayor, la Liga Nacional. Sin embargo el acuerdo entre Dreyfuss y Killilea, solamente era para una serie entre esos dos equipos en ese octubre. No hubo un compromiso por más tiempo entre las ligas por realizar más series o juegos de postemporada.


Cuando los Gigantes de New York tenían una ventaja de 10 juegos sobre su más cercano perseguidor a mediados de la siguiente temporada de la Liga Nacional en 1904, el dueño John T. Brush dejó en claro que su equipo no participaría en una serie de postemporada con el campeón de una liga “inferior.”

El manejador John McGraw le hizo segunda, como ganador de la “única real Liga Mayor,” sus Gigantes eran ya campeones mundiales y no había necesidad de juegos adicionales para probar eso. Según dijo.


Cronistas y aficionados por igual acusaron a Brush y a McGraw de arrogantes y cobardía.

 


Picado por las fuertes críticas, a principios de 1905 Brush ayudó a formular un acuerdo oficial para una Serie Mundial de postemporada.


Las “Reglas y Regulaciones que Gobiernan los Encuentros del Campeonato Mundial de Béisbol Profesional” también conocidas como “Las Reglas Brush” fueron aprobadas por las dos ligas y la Comisión Nacional en febrero de 1905.


Se estableció una serie anual entre los campeones de cada liga y se garantizaba que los equipos ganadores “cumplirían fielmente todas las disposiciones” de las reglas y no “ejercitarían una decisión arbitraria de abandonar la serie hasta que ésta se hubiera completado o se determinara un campeón de la misma.”


De acuerdo con las reglas de Brush, “siete juegos deberán constituir una serie.” La serie de siete juegos ha sido lo usual desde entonces, con excepción de los años de 1919 a 1921 cuando la Serie Mundial fue extendida al mejor de una competencia de nueve juegos.


El acuerdo de 1905 estableció que cada ciudad sería anfitrión de por lo menos tres juegos y el establecimiento de los primeros tres juegos sería determinado por la suerte.

De hecho dada la proximidad geográfica de los equipos campeones en 1905, New York y Filadelfia, la serie alternó parques para cada juego.


Lo mismo fue en 1906, cuando se enfrentaron los dos equipos de Chicago. Después la “norma” fue 2-2-1-1-1. El formato de 2-3-2 fue presentado en 1924 y ha sido la tradición desde entonces, con excepción de los años de guerra de 1943 y 1945.


El privilegio de abrir jugando en casa se alternó entre las ligas hasta el 2003, cuando el Béisbol de Ligas Mayores decidió que la ventaja la tendría el equipo de la liga que triunfara en el juego de estrellas de media temporada.


Las reglas Brush también dispusieron en detalle sobre el cómo los ingresos de los juegos serían divididos.


Basados en la fórmula, cada jugador del lado ganador en 1905 se llevó a casa $1,142 dólares, para los perdedores fueron $832. En 1903 la cantidad de dinero a compartir para los jugadores perdedores de los Piratas de Pittsburgh, fue más grande que la de los ganadores Bostonianos.


La razón fue que el dueño de los Piratas Barney Dreyfuss aportó su ganancia para repartirse entre sus jugadores. En 2013, los jugadores del lado del equipo ganador se llevaron la nada despreciable cantidad de $307,323 dólares cada uno, a los perdedores “solamente” les tocó $228,300.


Con las nuevas reglas ya establecidas, Brush y McGraw de los campeones de la Liga Nacional, Gigantes de New York, se enfrentaron a los Atléticos de Filadelfia de Connie Mack en la Serie Mundial de 1905. Resultando victorioso el equipo de los Gigantes en cinco juegos.
  


Después de perder la serie con sus rivales del otro extremo de la ciudad en 1906, los Cachorros de Chicago se convirtieron en el primer equipo en repetir como ganadores en dos series consecutivas agenciándose los títulos de 1907 y 1908.


Por su parte los Tigres de Detroit, en esos mismos años, se adjudicaron la distinción de ser los primeros en perder dos series espalda con espalda, lo cual extendieron a tres series perdidas consecutivamente al caer ante los Piratas de Pittsburgh en 1909.


El único otro equipo en perder tres series seguidas fueron los Gigantes de New York de 1911 a 1913. Ningún equipo ganó más de dos series consecutivas hasta los Yankees de 1936 a 1939. Esa marca de cuatro series mundiales ganadas en forma seguida fue rota por Yankees al ganar cinco en fila de 1949 a 1953.


La serie de 1909 fue la primera en llegar al límite de siete juegos programados para determinar al campeón, siendo los Piratas (4) sobre los Tigres (3).


Los equipos han ido al máximo de siete juegos 39 veces, hasta hoy principios del 2018. Los Cachorros de Chicago fueron los primeros en aplicar una barrida con un 4-0 a los Tigres de Detroit en 1907, aunque un juego terminó empatado al ser suspendido debido a la oscuridad, recordemos que en esos tiempos no había alumbrado en los estadios.


Sin contar las dos series con juegos empatados, 19 han requerido de solamente 4 juegos para determinar al campeón.


Aún aunque la primera serie de 1903 fue mayormente un reto no oficial entre los equipos campeones de sus respectivas ligas, esto ha sido un rito otoñal cada año, con excepción de 1904 y 1994, cuando una interrupción debido a la huelga causó la cancelación de toda la postemporada.
Espero sus amables comentarios en:

   

viernes, 23 de marzo de 2018


AL BATE

Por: Eddy Henríquez.



Está a punto de comenzar la Temporada Regular de MLB # 117 en la Historia, la cual comenzó en 1901, después de sufrir algunas modificaciones y restricciones en lo que tiene que ver con el desempeño de sus atletas y reglamentos.

Hoy, un beisbol por lógica moderno, menos ortodoxo, muy limitado pero eso sí, lleno de calidad y de ciertas proezas. Porque superar aquellas que lograron las Estrellas del pasado es imposible.

La Temporada pasada nos dejó muchas satisfacciones porque los 6 Equipos lucharon hasta lo último (BOST-CLEV-HOUST-WSH-CHC-LAD) y solo quedó por lógica el mejor que fue Houston obteniendo su primera Serie.

A propósito de esta Serie Final #114 fue una de las mejores que hemos visto en nuestro recorrido como amantes y periodistas de la pelota. De locura de principio a fin y dejó un record porque el Juego #2 Houston 7 – LAD 6 en 11 entradas se conectaron 8 jonrones el miércoles 25 de Octubre.



Siguiendo con Houston José Altuve contrató por 163.5 millones y 7 temporadas, el más largo en la historia del equipo y éste tendrá como reto superar los 346-24 H4-81 RBI que hizo en 2017. Claro está que Nelson Cruz, Juan Carlos Stanton y Charlie Blackmon son mejores bateadores que él.

De estos 6 equipos finalistas hay uno que se ganó nuestra simpatía desde 2014 por su camada de talentos jóvenes que comenzaron a llegar al equipo del Norte de Chicago; desde Kyle Hendricks hasta ahora con la incursión de Yu Darvish tendrán material para luchar hasta Octubre y repetir.

Pero, siempre hay un pero y existen muchos negocios y mentalidad en MLB que no logramos entender por ejemplo: Jake Arrieta acordó en 2017 por 15.677 mil para evitar arbitraje y así declararse agente libre después de temporada ¿Cómo es posible que Chicago deje ir a Arrieta para contratar a Yu Darvish?

No entendemos ciertas cosas, Arrieta pacta con PHIL por 3 temporadas y 75 millones el pasado 12 de Marzo y Yu Darvish pacta con CHC por 6 temporadas y 126 millones. Arrieta (Cy Young) es un abridor con mucha más profundidad que Darvish según nuestro concepto.



Tienen dos NO-NO en su carrera, el primero fue el domingo 30 de Agosto de 2015 #6 el segundo en 10 días, CHC 2 – LAD 0; 12SO – 1B.

El otro fue el juego completo #4 de la temporada 2016 el jueves 21 de abril en la victoria CHC 16 – CINCI 0; Arrieta 4-0 – 0,87 – 4BB – 6SO; perdió Finegan (1-1 – 3,74) y #50 de CHC. Arrieta hizo 22-6 – 1,77 – 0.86 en la temporada de 2015 y consiguió su victoria #22 el viernes 02 de Octubre CHC 6 – MILW 1; perdió A. Peña (2-1 – 4.28) Rizzo H4 #31; K Davis #27; con 29 años 33GS – 1CG – 236SO en 229.0IP.

Se unirá a Vince Velásquez, que nadie lo nombra y es un abridor que se está cuajando de qué manera.

Debutó en junio 10 de 2015 y en el primer juego completo de la temporada 2016 el jueves 14 de Abril SD 0  - PHIL 3; ponchó 16 con solo 3H – 2-0 – 0.00; H4 de Howard (3) y perdió Pomeranz (1-1 – 3.27). Por casualidad ese mismo día Jaime García ponchó 13 con 1H – 1B – MILW 0 – STL 7… para recordar.



Para nosotros lo mejor de la carrera de Yu Darvish ha sido su última campaña en 2011 con el Hokkaido Ham Fighters donde hizo ese año 18-6 – 1.44 – 276SO con 10 juegos completos en 28 aperturas… pero una cosa es con guitarra y otra es con violín…. Porque la NBL no es lo mismo que la MLB. En su debut de la temporada 2013 el 03 de Abril ponchó 14 en 8.2IP – 1H – Tex 7 – Houst 0 – H4 de I. Kinsler (1) para nosotros lo más relevante.

De todas maneras CHC queda bien parado con Darvish, Lester, Quintana, Hendricks y Chatwood que firmó por 3 temporadas y 38 millones. A su nuevo coach de pitcheo Jim Hickey le corresponde sorteársela con Duensing, Cishek, Morrow y Smyly… ¿Quién será el del día inaugural?... nos imaginamos que tiene que ser Jon Lester.

martes, 20 de marzo de 2018

PAR DE CABALLOS Y...




Por Manny Randhawa MLB.com

Tener a un par de caballos al frente de la rotación puede ser un arma formidable para cualquier equipo, por lo que es lógico preguntarnos quiénes tienen a los mejores dúos de abridores en Grandes Ligas. Ubicamos a los cinco primeros, basándonos en cuál es su proyección de victorias sobre un jugador reemplazo (WAR) para el 2018, utilizando el sistema Steamer.

Lo que hicimos, en resumen, fue sumar los rankings de cada lanzador. Por ejemplo, Clayton Kershaw es el número 1, con 5.8 de WAR, según la proyección. El siguiente mejor WAR en el cuerpo monticular de los Dodgers es el de Rich Hill (2.6), quien se ubica en el lugar 42. Por lo tanto, 41 más 1 es 42. Mientras menor sea ese número, mejor ranqueada está dicha pareja.

A continuación, el ranking de los cinco mejores dúos de abridores en MLB:

1. Noah Syndergaard y Jacob deGrom, Mets: 9

Limitado a sólo siete aperturas la temporada pasada debido una lesión muscular en el costado derecho, Syndergaard se ha visto absolutamente dominante en la Liga de la Toronja (1.35 de efectividad con 23 ponches en 20.0 innings). El derecho de 25 años ha encendido la pistola de velocidad esta primavera, lanzando 11 de 22 pitcheos contra los Astros el 26 de febrero sobre las 100 millas por hora. Luego ponchó a siete Nacionales seguidos en su tercera presentación, el 8 de marzo. Su proyección de WAR para el 2018 es de 5.5, el tercero mejor entre los abridores.

Por su parte, deGrom tiene una proyección de 4.8 de WAR para el 2018. Tras otra gran campaña en el 2017 (31 aperturas, 3.53 de efectividad, 10.7K/9 innings), el derecho de 29 años lidió con molestias en la espalda durante el arranque de los entrenamientos. Pero debutó el domingo pasado permitiendo dos carreras y ponchando a cuatro contra los Astros en 2.2 entradas, con su recta alcanzando las 96 millas por hora. Prosiguió con 5.0 episodios en blanco y ocho ponches ante los Orioles el sábado.

2. Max Scherzer y Stephen Strasburg, Nacionales: 12

Scherzer viene de ganar su segundo Cy Young consecutivo en la Liga Nacional y Strasburg de su mejor temporada en las Grandes Ligas, por lo que los Nacionales esperan que su pareja de estelares encabecen un nuevo intento por pasar de la Serie Divisional en el 2018. Las proyecciones estiman que Scherzer terminará con 5.0 de WAR y Strasburgh con 4.5.

Scherzer nunca estuvo tan dominante como el año pasado, cuando dejó una efectividad ajustada (EFE+) de 177 y 12 ponches por cada nueve innings. Strasburg también estuvo fenomenal, con 2.52 de efectividad y 10.5 ponches por cada 9.0 innings en 28 aperturas. En la Serie Divisional ante los Cachorros, tiró 14 capítulos en blanco con 22 ponches y apenas tres boletos.

3. Corey Kluber, Carlos Carrasco, Indios: 16

Kluber, el vigente Cy Young de la Liga Americana, tiene una proyección para dejar 5.7 de WAR en el 2018. La efectividad ajustada de 202 que dejó el derecho el año pasado fue la mejor de Grandes Ligas. No ha terminado con una efectividad peor que 3.49 desde el 2013. Y hasta ahora tiene 19 ponches en 13.2 innings en los entrenamientos.

El venezolano Carrasco terminó tres puestos detrás de Kluber en la votación del Cy Young de la Liga Americana, dejando 3.29 de efectividad y 10.2 K/9 en 200 innings. En las últimas tres temporadas tiene 3.31 de efectividad y 10.1 ponches por cada 9.0 entradas. Su proyección en WAR es de 3.9. Además, ha estado ponchando mucho en la Liga del Cactus, 16 en 10 innings hasta ahora.

E-4. Yu Darvish y José Quintana, Cachorros: 29

Dos de los abridores con menos tiempo en los Cachorros -Darvish y el colombiano Quintana--se proyectan para ser los mejores del equipo en el 2018.

Darvish, firmado por los Cachorros por seis años y US$126 millones en febrero, ha ido al Juego de Estrellas en cuatro de sus cinco temporadas de Grandes Ligas, y tiene la tasa más alta de ponches por cada 9.0 innings (11) entre todos los abridores de la historia con al menos 800 entradas lanzadas. Terminaría el 2018 con 3.9 de WAR, según su proyección.

Quintana, por su parte, cerraría el año con 4.2 de WAR. El zurdo de 29 años tuvo 3.74 de efectividad en 14 aperturas por los Cachorros tras llegar en un cambio desde los Medias Blancas en julio. En seis temporadas en las Grandes Ligas, tiene 3.53 de efectividad.

E-4. Chris Sale y David Price, Medias Rojas: 29

A principios de la temporada pasada, parecía que finalmente Sale iba a ganar el primer Premio Cy Young de su carrera. Aunque titubeó un poco en la segunda mitad, igual terminó con 2.90 de efectividad y encabezó las Grandes Ligas con 308 ponches. El espigado zurdo tiene una proyección de 5.4 de WAR para el 2018. Ha permitido una carrera en 9.0 innings con 12 ponches esta primavera.

La proyección de Price es de 3.4 de WAR para el 2018, eso tras poner 3.38 de efectividad en una temporada 2017 recortada por las lesiones (74.2 innings). Dados los problemas con el codo de Price el año pasado, Boston ha llevado con calma al ex ganador del Cy Young en los entrenamientos. El jueves pasado, en su estreno de la Liga de la Toronja, tiró 4.0 entradas en blanco contra los Azulejos, ponchando a cuatro, dando un pasaporte y recibiendo un hit.

lunes, 5 de marzo de 2018


Orígenes Del beisbol: César González Gómez


César González y John Virtue.


Para entender los orígenes del beisbol mexicano, debemos separarlo en un proceso de tres fases: la informalidad, la formalidad y la organización. Es un patrón que se ha repetido no solo en el beisbol mexicano, sino en la mayoría de los países donde se ha estudiado la propagación del beisbol.

La informalidad es un proceso orgánico, como cualquier juego infantil que se pone de moda. Un niño aprende un juego, se lo empieza a enseñar a sus amigos o compañeros de clase, lo empiezan a practicar. Otros niños se acercarán a ver el juego, lo aprenderán, quizás sean invitados a participar, y así empieza a propagarse el juego.

Por esa misma informalidad, existen muy pocos vestigios de la práctica informal del beisbol en sus orígenes.

Esta fase informal solía ser noticia en los periódicos de la época solamente cuando ocasionaban algún incidente, como romper ventanas, faroles en la calle, o daban un pelotazo a un transeúnte.

Por ejemplo, una de las evidencias más antiguas de la práctica del beisbol en Mazatlán la tenemos gracias a una nota que salió en 1890 en un periódico local donde se reportaba la "muerte de un muchacho jugando al base ball luego de recibir un pelotazo".

Dentro de este proceso de informalidad también están los casos de trabajadores estadounidenses que llegaban a México a finales del siglo XIX para laborar en las industrias que comenzaban a despegar como el ferrocarril, las minas, la telefonía, o las obras de infraestructura.

Por ejemplo, en 1882 se registra en la prensa el primer partido de que se tenga evidencia en la Ciudad de México. Se enfrentan empleados de la compañía telefónica, contra los trabajadores de una de las líneas de ferrocarril. Todos en ese partido eran estadounidenses.

Era como un símbolo de comunión entre la colonia americana y de añoranza por su país. Esos partidos entre estadounidenses eran observados por mexicanos, que aprendían el juego, y luego formaban sus equipos para desafiar a los estadounidenses sobre el campo.

Es el mismo caso de San Juan, en Cadereyta, Nuevo León, en 1889. Ese año comenzó la construcción de la vía de ferrocarril que iría de Monterrey a Tampico. Y en el punto de San Juan se construyó el campamento principal donde dormían los trabajadores, ingenieros, y demás, la mayoría, estadounidenses.

El 4 de julio de 1889, los directivos estadounidenses organizaron un festejo para conmemorar la fiesta nacional de su país, y convocaron a la gente de Monterrey para que asistiera. Hubo un partido de beisbol, baile, juegos diversos y demás.

Era el primer partido de beisbol en Nuevo León. Y año con año, ese festejo se fue repitiendo, siempre con un equipo de beisbol y cada vez, ante más gente. Los mexicanos que iban a verlo cada año, aprendieron el juego y formaron sus equipos. Para 1891 ya hay vestigios de equipos jugando en Monterrey con apellidos hispanos.

La formalidad es el siguiente proceso de la cadena. Ya una vez que esos niños y jóvenes aprendieron el juego, y se empiezan a reunir en mayor cantidad, llega el proceso de armar equipos, ponerle nombre. Los más formales incluso llegaban a redactar una constitución con reglas de comportamiento, días y horas de entrenamiento, nombran un organo directivo, etc.

El primer mexicano que he encontrado en mis investigaciones practicando el beisbol fue Primitivo Cásares, en 1858. Era yucateco y lo mandaron a estudiar ingeniería a Harvard. Allá aprende el juego y organiza un equipo, el Lawrence Base Ball Club, con sus compañeros de ingeniería. Redactan una constitución que todavía se conserva en los archivos de la universidad, y Cásares funge como presidente.

Esto es muy significativo, porque en ese entonces, no había una uniformidad en las reglas del beisbol. Había dos variantes, el juego de Nueva York, y el juego de Massachusetts, con algunas variantes marcadas en las reglas.

El equipo de Primitivo Cásares, a pesar de estar ubicado en Massachusetts, juego la variante de Nueva York, y no la de su área. En su constitución dejar por escrito que solo jugarán el juego de Nueva York, y por le costaba mucho encontrar equipos rivales. (http://cuartobat.com/un-estudiante-de-harvard-en-1858-el-primer-beisbolista-mexicano-en-estados-unidos/)

Este es un ejemplo de un equipo que pasa a la formalidad, redacta sus documentos, y lo hace en una fase muy desorganizada todavía del beisbol.

Los otros mexicanos que por esos practicaron el beisbol los conocemos gracias a ese proceso de formalidad. En el área de California por ahí de 1866, 1867 y 1868 había por lo menos una decena de jóvenes procedentes de Sonora, Sinaloa y Acapulco que formaron equipos de beisbol en los colegios donde estudiaban como el Santa Clara College. 

Uno de ellos, por ejemplo, Saturnino Ayón, de Mazatlán, funge como vicepresidente del club, y se afilian a la National Association, el primer esfuerzo en Estados Unidos por registrar a los equipos de beisbol que jugaban bajo las reglas de Nueva York.

Otro ejemplo es Manuel Escudero un muchacho de Nayarit que es enviado al St. Johns College en Nueva York y aparece jugando un partido en varios reportes periodísticos de 1868. Fue compañero de Esteban Bellán que luego se convertiría en el primer latinoamericano en jugar en el beisbol ya organizado.

Dentro de esta fase, el equipo mexicano más antiguo del que se tiene registro ya con un nombre, y jugando partidos de manera formal es el Unión Base Ball Club, de Matamoros, Tamaulipas.

No conocemos los orígenes de este club, pero conforme se ha ido investigando se han encontrado reportes en la prensa local desde 1868, y la mayoría de sus integrantes eran de apellido hispano. El Unión B.B.C cruzaba la frontera para jugar contra equipos de Brownsville, Texas.

Los equipos estadounidenses a los que enfrentaban eran en su mayoría, integrados por militares establecidos en el Fuerte Brown que estaba situado en esa localidad texana. Así que, aunque no lo sabemos con certeza, es muy probable que los mexicanos hayan aprendido el beisbol observando los juegos de los militares estadounidenses y luego se animaron a formar su equipo para enfrentarlos.

En 1885 ya hay reportes de equipos formalizados en Piedras Negras, Coahuila, enfrentando a equipos de Eagle Pass. Equipos formados en Ensenada y en Jalapa, en 1887. Y así se fue encendiendo la mecha del beisbol mexicano, los equipos se formaban gracias a la influencia de trabajadores estadounidenses o de jóvenes mexicanos que regresaban de estudiar en Estados Unidos.

En Hermosillo y en Guaymas, por ejemplo, las fotografías o indicios más antiguos incluyen jovencitos que habían estudiado en California.

Y de la formalidad se pasaba a la organización. Ya una vez que se conformaban los equipos, se buscaban rivales cada vez más competitivos.

En el siglo XIX los periódicos de una ciudad llegaban días después a otra. Y así, por el intercambio de periódicos, se enteraban en la Ciudad de México de que había un equipo formado en Jalapa y lo retaban para jugar un partido, le pagaban el traslado en tren, la alimentación y el hospedaje. Se planeaba todo un acontecimiento social y un baile alrededor del juego.

Conforme se iba sabiendo de la existencia de otros clubes cercanos, nacía el entusiasmo por volverlo una competencia regular. Y así nació el beisbol organizado, ya con torneos o ligas regionales. Para comienzos de los años 1890 ya había en Sonora un torneo regional donde se entregaba una copa, la Copa Sonora, y donde había equipos de varias localidades sonorenses.

Lo mismo ocurrió en Yucatán, donde los equipos de Mérida y Progreso se retaban regularmente.

viernes, 2 de marzo de 2018


ESTRELLAS DEL BÉISBOL


Evolución de los guantes para béisbol


Por Héctor Barrios Fernández.





Tanto como el béisbol fue presentado en sus inicios como un juego civilizado, de caballeros, este deporte requirió de cierto vigor y tenacidad, especialmente con el rudimentario equipo que se empleaba para jugarlo.



Para ayudar a proteger a los jugadores de lesiones corporales, los Knickerbockers fueron suficientemente inteligentes para eliminar la práctica de poner out a los corredores golpeándolos con la pelota cuando corrían entre las bases. El mismo conjunto de reglas también permitía a los fildeadores atrapar la pelota de un bote para lograr un out, una opción bien vista por los fildeadores que tenían que atrapar la pelota a mano limpia.



La regla del “primer bote” siempre fue polémica y muchos consideraban “afeminado” el dejar que la pelota diera un bote en lugar de atraparla de aire.



Después de que la Asociación Nacional de Jugadores de Béisbol eliminó la regla del “primer bote” y pidió que la pelota fuera atrapada de aire, las potenciales lesiones a los jugadores con las manos desnudas se incrementaron significativamente.




Tan “afeminado” como era atrapar la pelota al primer bote, también lo fue usar protección para las manos. De cualquier forma, poco a poco, los jugadores buscaron la manera de proteger sus valiosas extremidades. Simples guantes de piel para el trabajo, regularmente con los dedos cortados, comenzaron a hacer su aparición en los campos de pelota.



Los catchers eran los más vulnerables, por supuesto por el número de lanzamientos que tenían que recibir.



Se cree que en 1870 Doug Allison, receptor de los Red Stockings de Cincinnati usó una especie de guante de gamuza para proteger sus manos.



El primera base de los Medias Cafés de San Luis Charles Waitt fue el primer jugador en usar guantes, pero lo hizo en las dos manos durante un juego, aproximadamente en 1875 y recibió la burla de sus oponentes, de los aficionados y hasta de sus compañeros de equipo. Él uso guantes color piel con la intención de que pasaran desapercibidos.

  
Los primeros guantes estaban muy poco acojinados sobre la palma de la mano.




Básicamente estos guantes fueron usados con el único fin de dar protección a las manos de los jugadores y no para ayudar en el fildeo.



Solamente unos años después de que Waitt pusiera en duda su masculinidad al usar guantes, Albert Spalding, primera base de los Medias Blancas de Chicago, comenzó a usar un guante negro en el campo.



No solamente el estatus de Spalding como jugador estrella trajo legitimidad en esta práctica, sino que como dueño de una tienda de artículos deportivos en Chicago, él quería expandir el mercado para el uso de este nuevo artículo.




A. G. Spalding & Hermanos, comenzaron a ofrecer en 1877 sus propios guantes para fildear y con el cambiar al nuevo siglo, el catálogo de Spalding contaba con múltiple variedad y estilos de guantes.

  

La compañía llegó a ser líder en la producción de guantes para béisbol en esa época.



Arthur Irwin, un shortstop con los Grises de Providence, fue otro pionero en la evolución de los guantes de béisbol.



Después de sufrir una seria lesión en su mano durante un juego en 1882, Irwin agregó una almohadilla a su guante y usó ésta en el siguiente juego para proteger su mano lesionada. Inspirado por su invento, fue a Draper & Maynard, un fabricante de guantes en New Hampshire, y les preguntó que si ellos podían fabricar un guante en base a su diseño.



La compañía tomó el proyecto bajo sus manos y comenzó una producción de alta calidad, almohadillas de piel, guantes sin dedos específicamente para uso en el béisbol.




A principios del siglo XX, Draper & Maynard era líder fabricante de muchos estilos de guantes y otros artículos deportivos. En 1920 un anuncio de la compañía decía que más del 90 por ciento de los jugadores de Grandes Ligas usaban guantes D & M.


 

Los jugadores de Grandes Ligas de hoy, usan guantes de numerosos fabricantes, Rawlings es el líder, siendo el dueño de aproximadamente el 50 por ciento del mercado. Esta compañía fue fundada en 1887 en San Luis como una tienda de artículos deportivos con ventas al menudeo, pero como Spalding, pronto se convirtió en fabricante.



Rawlings fue líder de la mayor transformación de los guantes para béisbol en 1919 cuando la compañía comenzó a producir el modelo Bill Doak, el guante incluía una caja y una red entre el dedo pulgar y el índice para ayudar a los fildeadores a atrapar la pelota.



Conforme los guantes fueron más flexibles y efectivos para el fildeo, los jugadores siguieron necesitando las dos manos para asegurar la pelota debido a que estaban descubiertos en la parte de la muñeca.



La presentación del borde en forma de “U” por la compañía Rawlings en 1959 y siendo más flexible, permitió a los jugadores atrapar la pelota a una sola mano.




Estos avances en el diseño de los guantes, abrió la puerta para atrapadas más acrobáticas, los jugadores podían ahora extender completamente su mano enguantada para hacer atrapadas a una sola mano a batazos que anteriormente tendrían que ser atrapadas con las dos manos.

  

Se cree que Bid McPhee, segunda base de Cincinnati en los 1880s y 1890s, fue el último jugador de Grandes Ligas en jugar con la mano desnuda.



McPhee no usó un guante hasta 1896, cuando tenía 15 años como jugador de Ligas Mayores. Pero a pesar de la ocasional resistencia, el uso de los guantes llegó a ser normal en los 1890s. Guantes para las diferentes posiciones fueron también diseñados, particularmente para los catchers.



Para 1895, la Liga Nacional había instituido una regla formal acerca del tamaño de los guantes: Tanto el receptor como el primera base, contaban con permiso de usar un guante de cualquier tamaño, forma y peso.


A los demás jugadores se les restringía el uso de un guante o manopla de no más de diez onzas de peso y una circunferencia alrededor de la palma de la mano de no más de catorce pulgadas”.



Ahora las reglas oficiales de las Ligas Mayores, incluyen varias páginas para detallar las regulaciones acerca de las dimensiones y construcción de los guantes, con cláusulas específicas relacionadas a los receptores, primeras bases y lanzadores.



Como podemos apreciar también en la evolución de los guantes, así como otros implementos para la práctica del béisbol, se ha tenido que recorrer un largo camino.



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