Al
Bat:
Alfredo
Ortiz: Zurdo de Oro
Por Jesús Alberto
Rubio.
Los Naranjeros y la
afición de los 60-70`s de Hermosillo tienen muy presente el recuerdo y las
grandes actuaciones del extraordinario pítcher Alfredo Ortiz.
Un notable lanzador nativo
de Medellín de Bravo, Veracruz (12 de Enero de 1944), quien se distinguió por
ser un excelente pítcher-bateador de gran calidad, además de elegante y
amigable dentro y fuera de los diamantes.
Debutó en la temporada
1966-67 ganando doce juegos (12-6), con 92 ponches y 2.70 de efectividad como
para decir ¡señores, sólo Veracruz es bello!
Llegó en la campaña en
que Hermosillo contrató en lo que fue la Invernal Sonora-Sinaloa a su primer
manager/jugador extranjero: Orestes “Minnie” Miñoso.
Un “Charro Negro”, como
le gusta llamarse, quien con .344 le arrebató el título de bateo a Héctor
Espino cortándole gran racha de seis gallardetes seguidos en esa su
especialidad.
Además de lucir
efectivo sobre la loma, Alfredo Ortiz demostró que también tenía ojo clínico
para saber batear, de tal forma que “como en los buenos viejos tiempos”, cuando
no lanzaba podía jugar el jardín, en la inicial o entraba de emergente ¡y
pegaba de hit!
El 67-68 tuvo 8-11,
pero un efectivísimo 1.83, el mejor porcentaje en sus seis temporadas vistiendo
la franela de Hermosillo.
Y para cuando en el
68-69 llegó la Regla del Bateador Designado (BD), el timón Memo Garibay lo
tenía más que apuntado en el line up.
En esa histórica
temporada –Ligas Mayores adoptó lo de BD hasta 1973– el “Zurdo” Ortiz fue el
mejor pítcher de Hermosillo con 10-4 y 2.86, desempeñándose también como BD.
El 69-70 volvió a ser
el No. 1 del staff de pitcheo con 9-4 y 3.66.
Alfredo Ortiz y Maximino León, atrás. Al frente, Celerino Sánchez.
Con ello se estaba
ganando un lugar como lanzador zurdo en la Novena Ideal de Todos los Tiempos
que se dio a conocer en 1990 en el Libro de Oro de los Naranjeros.
Como pitcher derecho
quedó Miguel Sotelo y de relevo, Dennis O`Toole. El cátcher, Sergio Robles,
Espino (IB), Elliot Wills (2B), Jorge Fitch (SS), Celerino Sánchez (3B), Bob
Darwin IJI), Ramón Montoya (JC) y Jerry Hairston (JD). Manager: Benjamín
“Cananea” Reyes.
Máxima
cifra de triunfos
En el 70-71 llegó otro
momento histórico y ahí estaba el zurdo veracruzano logrando su más alta cifra
en triunfos (13) en los seis años que vistió la franela de Hermosillo.
Fue en la inolvidable
temporada, ya bajo el mando de Maury Wills, en la que registró marca a 13-5 y
2.69 ayudando a que el equipo ganara el campeonato a los Cañeros y de ahí a la
primera incursión a Series del Caribe.
Regresó a Hermosillo el
71-72 pero ya no fue lo mismo (2-7 en 19 jugos y 4.11 de ERA, abanicando a 43
para acumular 447 de por vida con el equipo. (Su total de triunfos y derrotas
fue 54-37 y efectividad de 2.81).
Una
grata entrevista
Hace algunos años, en el festejo de los 76 años de Lolito Juárez en Cd. Obregón, Ortiz hizo viaje
especial desde la capital del país y todos los presentes más que contentos con
su grata presencia.
Jesús Robles, Alejo Ahumada, Ortiz y Eleno Cuén.
Obvio, grabadora en
mano y en medio de la agradable música de la reunión, charlé con, un notable
segundo mejor zurdo ganador (255) en la historia de la Liga Mexicana atrás de
Angel Moreno (263). El No. 1 es Ramón Arano (334).
Así, de inicio admitió
que en su paso por la pelota profesional las mejores plazas donde jugó fueron
Hermosillo, Mazatlán y México, con los Luciferes.
¿Sus
grandes momentos?
Recuerda con gran
emoción el campeonato de 1970-71 al vencer en el estadio “Fernando M. Ortiz” a
los Cañeros y con ello ir con Hermosillo a la primera incursión de un equipo
mexicano en una Serie del Caribe.
Cita otro gran momento:
El 2 de enero de 1965, lanzando con Navojoa, impuso el récord vigente de 23
ponches en trece innings, perdiendo el partido cuando Miguel “Becerril”
Fernández, de los Ostioneros, le conectó cuadrangular al cierre de ese último
episodio.
“Ya lo había ponchado
tres veces y cuando parecía que se llevaba el cuarto, le tiré una curva y me
dio jonrón”.
“El Zurdo” Ortiz había
debutado en la Invernal de Sonora el 63-64 con los Mayos (5-8 y 3.73)
participando en 23 partidos de lanzador y 30 como bateador, desempeñándose por
lo general en la primera base.
Con Maury Wills.
Seguramente Ortiz
recuerda lo hecho esa temporada por su compañero Tony Dicochea cuando lanzó 15
episodios ante los Rieleros de Empalme manteniendo el score 0-0 hasta que él
mismo al cierre de este último inning conectó un cuadrangular por el jardín
central para decidir así la historia del juego.
El doctor Arturo León
Lerma cuenta en su libro “¡Arriba Mayos, Arriba! que Ramón “El Diablo” Montoya
trató de atrapar la bola corriendo a toda velocidad y estrellándose contra la
barda chica.
“El Diablo” dio un gran
salto en el último y frustrado intento y quedó colgado sobre el acolchonado de
la barda. De ahí fue trasladado a la Clínica Navojoa para recibir atención
médica… pero al hora día ya estaba de nuevo en el terreno de juego”.
Alfredo Ortiz volvió el
64-65 a los Mayos (5-11 y 3.61) y de nuevo se caracterizó por subirse a la loma
o bien jugar alguna otra posición.
Claro, también entraba
de emergente para romper sin hits ni carrera o ganar con sus oportunos batazos
juegos de extra innings.
Campeón
con Mazatlán
Ortiz recordó cuando
fueron campeones los Venados siendo él su manager tras sustituir a Miguel
“Pilo” Gaspar:
Fue la temporada
1976-1977: El día de la coronación, Espino, quien junto con Maximino León fue
nuestro refuerzo, me dijo: “Yo pensaba poner a Fernando López, de aquí de Cd.
Obregón”.
Y luego me pidió que
“Mira, mejor lanza tu y que estén listos para el relevo Fernando y Aurelio López”.
Bueno, pues abrí, salí
en la doceava con dos outs y vino Aurelio a ponchar a Gabriel Lugo y luego
ganamos en la treceava”.
Esa temporada Ortiz
dirigió una escuadra en donde brillaron importados como Lyman Bostock, Jeff
Leonard, Ron Washington, Mike Dimmel, Rex Hudson y Steve Ontiveros, además de
Fernando y Aurelio López, José Elguezabal y Albino Díaz, entre otros.
Sobre este tema, de
tomar el mando de un equipo, le pregunté cuál sería su respuesta si le llamaran
para de nuevo ser manager:
No, ya no. Hay que
estar con la familia, ya somos veteranos, ya anduve mucho”, expresó el nativo
de Medellín de Bravo, Veracruz.
¿Cómo dimensionas el
ayer con el presente en el béisbol profesional de México?
“Antes era muy
diferente; había más disciplina y uno respetaba a los managers y coachs; nos
entregábamos más a la camiseta. Ahora los muchachos, no todos, pero si la
mayoría, como que les da igual ganar o perder. No es igual el béisbol de ahora
al de años atrás”.
¿Qué le pides al
pelotero actual y en general al béisbol organizado?
Que el jugador sea más
honesto, humilde. Y es que muchas veces veo que al estar iniciando su carrera
ya se creen estrellas, “caballones”, como decimos en el béisbol. Si se es
humilde, logran más carisma y aprecio de la afición.
En cuanto a la otra
pregunta, mira: veo que muchos directivos son jóvenes y no vivieron ni saben
mucho de béisbol, pero así se lo creen. Aquí en el Pacífico no tanto, pero si
la Mexicana.
Por ello no va la gente
a los estadios porque les falta realizar un mejor espectáculo, estrategias.
Deben poner gente mas penetradas con el béisbol o que lo haya jugado.
¿Tu actual relación con
el béisbol profesional?
“Es buena, sólo que no
tengo mucho tiempo; radico en el Distrito Federal, ahí tienen su casa; y sí,
estoy conectado con el béisbol en televisión, leo los periódicos. Estoy más o
menos al tanto de cómo están las cosas en toda la pelota profesional mexicana.
Poco asisto al Foro Sol en México porque ya no es como antes, falta el calor
que había en el Seguro Social”.
Nací en Medellín, y me
siento orgulloso de ser veracruzano, de donde salí y llegué a los 15 años de
edad a la ciudad de México, pero nunca olvido mi raíz. Esto nunca se pierde.
En la charla, el colega
Oscar Burruel le preguntó con qué receptores trabajó mejor?
Tuve a grandes
cátchers, como Beto Palafox, Jaime Corella, “Pilo” Gaspar, “Paquín” Estrada,
“Rudy” Sandoval, Juan Lima, Orozco… con todos me sentí bien.
Y fíjate lo que
sucedió: después de seis años de mi carrera, trabajaba con ellos ¡sin señas!
¿Y el bateador más
difícil al que te enfrentaste?
Por supuesto, Héctor
Espino, alguien fuera de Serie. Había otros, porque recuerda que todos lo son
con el bat en la mano, cualquiera te puede dar.
¿Y tu mejor
lanzamiento?
El control y pinchar pegado.
Los “chavos” de ahora
no quieren tirar pegado. No entienden que la mejor pinchada es la recta pegada…
y abajito.
¿Tuviste oportunidad de
llegar a Ligas Mayores?
Una vez el
vicepresidente de los Dodgers, Al Campanis, me dijo que me iba a llevar, pero
no se qué paso.
Alfredo Ortiz recuerda
que estuvo con los Orioles de Baltimore, casi mes y medio y con él Gonzalo
Villalobos y el pítcher Aaron Flores, pero que se regresaron porque vieron que
no iban a tener oportunidad de quedarse, “como sucede ahora”.
¿Valió la pena haber
jugado béisbol?
En el béisbol siempre
se hacen muchas amistades, del ambiente; esto no se olvida”.
“Zurdo
de Oro”
Su respuesta última,
realmente se quedó corta y fue modesta tomando en cuenta su enorme trayectoria.
¡Por supuesto que valió la pena que haya decidido ser un jugador de béisbol!
La prueba fehaciente es
que desde 1993 es miembro del Recinto Sagrado de México con sede en Monterrey
por sus enormes logros en los máximos circuitos de pelota profesional donde vio
acción.
No por nada en el medio
beisbolero fue bautizado con el apodo "El Zurdo de Oro".
La ejemplar trayectoria
de Alfredo “Zurdo” Ortiz contiene un rico sustento en la historia del béisbol
mexicano.
Vamos envueltos en
espíritu y emoción hacia su paso por la pelota profesional donde se ubicó como
uno de los mejores lanzadores de todos los tiempos de México.
Hoy abordaremos sus
actuaciones en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), sus notables jornadas con los
Diablos Rojos del México y al final sus grandes estadísticas en verano e
invierno.
Debutó un domingo con
los Diablos Rojos en 1963 y tuvo un instante por demás brillante: Entró al
relevo en la octava con caja llena de Sultanes y dos fuera para abanicar el
enorme Alonso Perry.
Pero no fue todo: Al
cierre del noveno, abanicó a Héctor Espino, Saúl Villegas y Jaime Corella ante
la locura en el graderío.
Desafortunadamente,
luego de su impresionante relevo, lo enviaron a la mesa de operaciones para
recibir una cirugía en el codo, la que resultó exitosa.
Ortiz procedía del
equipo Fresnillo, en la Liga Central y el timón rojo, Tomás Herrera, se frotaba
las manos al tenerlo en su staff de pitcheo por el potencial que le observaba
como joven novato.
En su infancia, Ortiz
Uzcanga había jugado como jardinero central, pero cuando llegó a la pelota
profesional con el León de la Liga Central, su manager Luis “Molinero” Montes
de Oca lo hizo lanzador.
Debido a su operación,
aquella temporada de 1963 solo tuvo 2-1 en ganados y perdidos, con 3.86 en
trece partidos.
Esa campaña del 63
quedó admirado del poder de Miguel “Becerril” Fernández, quien el 16 de abril
conectó tres cuadrangulares, ¡dos de ellos en un mismo inning!, en la victoria
de los Diablos sobre Reynosa al son de 20-9.
Disfruta
su primer banderín
Pero regresó en plan
grande en 1964 para ayudar con 15-6, 3.71 y 108 K para que los Luciferes
ganaran su segundo gallardete en la Liga Mexicana, con un Tomás Herrera pasando
a ser su primer timón mexicano en guiarlo a un título.
Había sido Lázaro
Salazar el primero en llevarlos al banderín en 1955 contando con soberbias
actuaciones de Alonso Perry y Panchillo Ramírez ganando cada quien las triples
coronas de bateo y pitcheo.
Gran
regalo a mamá
Aquel año, exactamente
el 10 de mayo, Ortiz vivió un momento que nunca olvida.
Sucedió en lo que fue
el primer partido de un doble juego a siete entradas ante 20 mil aficionados en
el Parque del Seguro Social contra los Tigres todavía dirigidos por Memo
Garibay.
Ese domingo soleado
relevó 6 2/3 y fue él quien decidió épica batalla que se extendió a trece
entradas ante Pepe Peña al conectarle un triple contra la barda del jardín
izquierdo para ser paseado en hombros por la fanaticada… preciosos instantes en
que seguramente Alfredo se los dedicaba como gran regalo a su amada madre.
A
un strike de la gloria
Al “Zurdo” Ortiz le
llegó otro día glorioso el 17 de julio de 1966 cuando estuvo a un strike de
lanzar un juego sin hit ni carrera contra los Tigres.
El hecho fue en el
segundo partido de una doble cartelera dominical en el mismo escenario después
de que los Tigres con Vicente Romo los habían derrotado 1-0, perdiendo Felipe
Leal.
El juego favorecía a
los Pingos 7-0 al llegar al séptimo y último episodio en medio de la
expectación y Alfredo Ortiz lanzando candela al plato.
Primero dominó a
Armando Murillo con elevado a Luis Peralta en el derecho; dio base a Manuel
Ponce, pero enseguida abanicó a Ramiro Rubio…. ¡estaba a un out del no hit no
carrera!
Llegó al bat Sergio “África”
González, un novato bateador derecho que parecía “pan comido” para el zurdo
veracruzano y después de una visita a la loma de Tomas Herrera para
tranquilizarlo y dar indicaciones a los jardineros, se dispuso a buscar
concluir la joya de pitcheo.
Pronto, puso al “África”
en dos strikes y cuando lanzó lo que parecía el tercero, el ampayer Fernando
“Gordo” Guerrero cantó bola afuera; siguiente tiro al plato, ¡rola de hit entre
primera y segunda y adiós! al sin hit… ¡clase de drama y lo cierto es que las
porras de ambos equipos los pasearon en hombros tras caer el tercer out!
En 1966 registró 17-12
y 3.00 con 134 abanicados y el 67, 16-9, 2.50 y 128K.
El 68, con 11-12, 3.74
y 87 ponches, contribuyó para que los Diablos fueran campeones al vencer 1-0 a
Reynosa en el último juego del rol con pitcheo de Ramón Arano y cuadrangular
del Paquín Estrada.
Primer
zurdo con 20 o más triunfos
El 18 de julio de 1969,
serán ya 40 años, Ortiz se convirtió en el primer zurdo mexicano en ganar 20
partidos en el circuito veraniego, concluyendo la campaña con 23-9, 2.26 y 129
ponches.
El registro lo hizo
ante Puebla al que venció 3-2. Con los 23 triunfos empataba la marca para un
pítcher zurdo en poder del cubano Agapito Mayor.
En el mes de mayo (23),
Ortiz estuvo en plan grande durante 14 entradas para ganarle el juego 2-1 a los
Pericos de Puebla.
Ese año el también
lucifer, Ramón Montoya, llegó el 16 de julio a los mil hits, el primero en el
equipo en lograr esa hazaña.
Primeras
100 victorias
El 70 ya no estuvo
Tommy Herrera en el timón Escarlata al irse a dirigir a Saltillo y el zurdo
Ortiz, tras su enorme temporada, pidió un aumento salarial.
Recuerda que ganaba 6
mil pesos mensuales, por lo que proyectó pedir el doble de esa cantidad; sin
embargo el Club sólo le ofreció ¡aumentar 500 pesos más a su sueldo!
Molesto, en ese
invierno le habló por teléfono a David Yunai, propietario de los Cardenales de
Sabinas en la Liga Norte de Coahuila y éste le contrató ¡por 50 mil pesos
mensuales! para lanzar dos juegos por semana.
Obviamente, se fue a
jugar con Sabinas y ahí estuvo cuatro meses ayudando al equipo a ser campeón
donde también brillaron Rogelio Jiménez, Andrés “Avestruz” Rivera, Guillermo
Murillo, Orlando Lugo, Sergio Aguirre. Fidel “Gallego” Álvarez fue el manager.
Volvió ese año a los
Pingos ahora bajo el mando de José “Zacatillo” Guerrero para registrar 10-3 en
ganados y perdidos. Esa temporada Ramón Arano alcanzó sus primeras cien
victorias de por vida en la Mexicana.
El 71, con 18-12, Ortiz
también logró la centena de triunfos; el primero el llegar el 7 de junio de
1947 a esa cantidad con los Diablos había sido Theolic Smith).
Arturo
Orozco y sus 2 jonrones ¡en un inning!
En 1972 tuvo hasta el
24 de abril a Ernesto “Natas” García como timón, siendo sustituido por Wilfredo
Calviño.
Ese año tuvo 15-13,
3.72 y 132K, siendo testigo de una heroicidad del joven cátcher de 22 años
Arturo Orozco quien el 9 de mayo pegó ¡dos jonrones en un inning!
El suceso se vio en el
Parque del Seguro Social ante los Piratas de Sabinas a quienes los Pingos
vapulearon 23-3.
En el 73 los Diablos
consiguieron ante Saltillo su cuarto campeonato con Calviño teniendo gran ayuda
de Miguelillo Suárez (.323 y líder en triples (13) en el circuito.
Pero fue el factor
pitcheo lo más decisivo: el cubano Pedro Ramos (14-4, 2.36), el boricua Julio
Navarro (9-9, 2.77) y Alfredo Ortiz (12-18, 2.98 y 103K), trabajaron abajo del
3.00 de efectividad.
También brillaron
Enrique Romo (11-9), Alejo Ahumada (12-11) y Aurelio López (12-10)… todos ellos
junto con Abelardo Vega, Adolfo Phillip, Ramón “Abulón” Hernández, “Diablo”
Montoya, Rafael Barrón, Antonio Villaescusa, Ricardo Joseph, José Herrera,
Antonio Rubio, Armando Ortiz, entre otros.
La siguiente temporada
volvieron a ser campeones al vencer en la final al Unión Laguna con el debut en
el equipo del mánager “Cananea” Reyes y Sergio “Kalimán” Robles; Ortiz tuvo
17-9, 2.64 y 104 ponches; Enrique Romo ganó también 17 y Aurelio López salvó 20
juegos y tuvo 20 triunfos.
En 1975 Pat Bourque con
.372 se unió a Burnis “Will Bill” Wright, Lorenzo Cabrera, Alonso Perry y Al
Pinkston en la lista de campeones bateadores de los Luciferes y el zurdo Ortiz
tuvo 15-11.
Sexto
banderín y Enrique Romo
Enrique Romo nunca
olvidará la temporada de 1976, en la que impresionó a todo mundo: 20-4, con 230
abanicados, el líder en ambas especialidades en la liga. También se unió a los
Panchillo, Theolic Smith y Alfredo Ortiz en ganar mínimo 20 juegos en la
historia de la franquicia.
Los Diablos Rojos se
coronaron de nuevo ante los Algodoneros de Unión Laguna. Ortiz sólo consiguió
seis victorias.
El zurdo Ortiz ya iba
de salida; el 77 ganó 9, el 83 repitió la cifra; el 78 se fue a Tabasco (2-13;
y luego a Nuevo Laredo (16-10). Volvió a Tabasco en 1980 para ganar en tres
años acreditarse 24 triunfos.
¡200
victorias!
Alfredo Ortiz retornó a
los Diablos Rojos en 1983 y el 23 de julio al blanquear 3-0 a Poza Rica ¡llegó
a 200 victorias! Ese año logró 9-7.
El 84 empezó con el
equipo capitalino (3-3) pero se fue al Águila, Córdoba y Yucatán hasta el 86.
Finalmente se retiró con Puebla en 1987.
Con los Diablos Rojos
dejó récord de 203-143, 3.21 y 1,430 ponches. En los mismos 16 años, se
distinguió al bat con .250, 14 jonrones y 166 producidas.
Como
manager
Alfredo Ortiz también
incursionó en la función de manager en la LMB:
Su debut fue en 1978
con Tabasco y luego manejó al mencionado Córdoba, al Águila de Veracruz en
1986; a Tigres de 87 a 89, Aguascalientes de 89 a 91, Campeche en 1993, Oaxaca
en 1996 y Minatitlán en 1997.
En el invierno,
recordemos, había llevado al campeonato y a la Serie del Caribe a los Venados
de Mazatlán en 1977 luego de que en 1971 con Hermosillo se convirtió en el
primer lanzador mexicano en abrir un juego en esos clásicos latinos (0-1).
¡Qué alto honor…!
Grandes,
grandes registros
Son muchas las
estadísticas de veracruzano en la LMB, especialmente con los Luciferes donde
dejó notables marcas de liderazgo en sus 16 años con la franquicia.
Sólo le diré diez de
ellas:
1.- Más innings
lanzados: 2,809.
2.- Juegos completos de
por vida; 190.
3.- Juegos completos en
un año: 27.
4.- Blanqueadas de por
vida: 35.
5.- Efectividad: 3.21.
6.- Triunfos de por
vida: 203.
7.- Triunfos en una
temporada: 23.
8.- Blanqueadas a un
equipo: 8 a Poza Rica.
9.- Blanqueadas de 1-0
en todos los tiempos: 9
10.- Más ponches de por
vida: 1,430.
Ganador
por excelencia
En la Liga Mexicana
obtuvo 255 triunfos contra 210 derrotas. Lanzó 3 mil 841 innings, ponchó a
1,824 bateadores, dio 51 cierres y su promedio de carreras limpias fue de 3.13,
con .548 en ganados y perdidos.
Y Al Bat, no se quedó
atrás: 1,425 veces al bate, 350 hits, 204 producidas para un porcentaje de
.246.
En la Liga Mexicana del
Pacífico, como lanzador, ganó 105 juegos y perdió 98; abanicó a 936, dio 13
cierres y su efectividad fue de 2.99. Jugó con Mazatlán, Navojoa, Hermosillo,
Los Mochis y Mexicali.
Alfredo Ortiz Uzcanga,
un extraordinario zurdo lanzador como lo anoté al principio. Un miembro
honorable y distinguido del Salón de la Fama (desde 1993) de muy alta alcurnia.
Una vida, un libro abierto
en la historia del béisbol profesional de México. Mis respetos al orgullo de
Medellín de Bravo. Mis respetos y admiración.