La Casa que Espino Construyó
Por Jesús Alberto Rubio.
Gocemos juntos una elocuente y por demás significativa historia en torno a
un estadio rodeado de riquísimos capítulos a lo largo de cuatro décadas: el
Héctor Espino, próximo a convertirse, ya reconstruido, en Escuela-Academia de
Beisbol bajo la dirección de Sergio “Kalimán” Robles.
El Espino, por supuesto, en su glorioso tiempo, un escenario hecho leyenda…
como lo han sido sus grandes protagonistas.
Vamos:
El estadio fue inaugurado el 5 de octubre de 1972 por el gobernador
Faustino Félix Serna y por cuatro años se le conoció como "El Coloso del
Choyal".
También le decían “El Gigante del Choyal”.
Cuando su apertura, se convertía en el segundo escenario de beisbol
profesional en Hermosillo.
El precursor había sido “El Estadio de la Casa del Pueblo” construido entre
1933-34 sobre el actual Parque Madero, el cual en 1955 fue bautizado como
“Fernando M. Ortiz”, un gran promotor del deporte rey.
El histórico parque sería demolido en febrero de 1972 como parte del
proyecto modernizador deportivo que incluyó los estadios de Navojoa, Obregón,
Guaymas y Hermosillo.
Curiosamente, el mismo gobierno del estado, en 1969, le había dotado de
modernas torres de alumbrado. Tres años después esa inversión quedaría en vano.
Un gran bicampeonato
En aquel escenario, a partir de 1958 al inaugurarse el circuito como
Invernal de Sonora, los Naranjeros de Hermosillo conquistarían con Virgilio
Arteaga de mánager un bicampeonato (60-61 y 61-62); otro título en 1963-64 con
Leo Rodríguez; y uno más en el 70-71, ya en la actual Mexicana del Pacífico
(LMP) teniendo al timón a Maury Wills.
Con ese gallardete la LMP debutaría en Series del Caribe –En Puerto
Rico—siendo Hermosillo el primer conjunto representativo.
Nuevo estadio y Unidad Deportiva
El nuevo estadio de la capital sonorense abrió en el 72 sus puertas a la
temporada 15 de la LMP, con una capacidad para 12 mil aficionados (después
aumentaría a 14 mil), teniendo Naranjeros su primer serie contra los
Algodoneros de Guasave.
El monto de inversión para edificarlo fue de 13 millones de pesos, en tanto
para la unidad deportiva, iluminada, se aplicaron otros siete, la cual contaba
con cuatro canchas de frontenis, dos de tenis, siete de basquetbol, una alberca
olímpica, una fosa para clavados, y zonas verdes.
El estadio presentaba un alumbrado de lo más moderno compuesto por diez
torres con 348 lámparas de luz mercurial
y cuarzo; butacas para 3,100 aficionados, césped regado por aspersión,
estacionamiento para 1,200 vehículos, seis rampas de acceso a los graderíos,
dos unidades de taquillas, casetas para prensa, radio y televisión, sonido
general y pizarra eléctrica controlada a larga distancia, dos subestaciones
eléctricas y casa para el jefe de mantenimiento.Tenía dos
estacionamientos: uno al oriente con
cupo para 300 vehículos y otro al norte para 800 más.
Correspondió al gobernador Félix Serna hacer el primer lanzamiento
inaugural, recibiéndolo en el plato el dirigente del circuito Horacio López
Díaz y teniendo al bat al tesorero del gobierno estatal Tomás Oroz Gaytán y,
sancionando en home Víctor “Cadillo” Saiz.
Los históricos line ups:
El mánager Naranjero, George Noga, presentó el siguiente line up:
Hugh Yancey (5), Marcelo Juárez (8),
Jerry Hairston (4), Héctor Espino (3), Brian Downing (2), Ángel Macías (7),
Alejandro Robles (9), Lauro Villalobos (6) y Max León (1).
Por su parte, el timón de los campeones de la edición anterior, Vinicio
García, abrió así: Guadalupe Chávez (5),
Miguel Suárez (9), Ramón Montoya (7), Alberto Thomson (3), Bake McBride (8), Clemente Rosas (2), Víctor Manuel López (6), Ramón Hernández
(4) y Russell Seals (1).
Esa noche Jerry Hairston se convirtió en el primero en conectar un jonrón
en el nuevo y flamante estadio.
Yancey abrió la tanda al cierre del primer episodio con sencillo y luego
anotó con hit de Marcelo Juárez; enseguida Jerry Hairston pegó el histórico
tablazo por encima del jardín derecho ante el algarabío de la fanaticada.
Maximino León, se acreditó 5-3 el triunfo aceptando ocho hits; en el
noveno, tras dar una base, lo relevó Manuel Lugo y el último out lo retiró Saúl
Montoya.
En ese partido, Ramón “Diablo” Montoya fue el primero en pegar hit; y ya en
el octavo, Max León ejecutó un perfecto squeze play con Lauro Villalobos
anclado en tercera.
También por los Algodoneros, Bake McBride pasó a ser el segundo en pegar
cuadrangular.
Espino
Héctor Espino pasó a ser el primer mexicano en volarse la barda en el nuevo
estadio Naranjero:
Fue en el cuarto juego de la serie contra los Mayos, el 10 de octubre, en
la que el timón Grover “Deacon” Jones ordenó le dieran pasaporte ¡con caja
llena!
Por esa decisión, quedó fuera del mando del team.
Y hay algo más, como detalle:
Antes del partido oficial, el 5 de octubre de 1972, el mismo Espino, pegó
el primero, un tablazo por el izquierdo, de línea seca, a Guillermo Raygoza.
Luego lo imitó Marcelo Juárez.
¿Quiénes integraban al conjunto Naranjero?: Espino, Hairston, Ángel Macías,
Brian Downing, Arturo Rey, Lauro Villalobos, Roberto Méndez, Marcelo Juárez,
Alejandro Robles, Francisco Javier “Tatacha” Noriega, Jim Geddes y Hugh Yancy.
Los pitchers fueron Eduardo Acosta, Max León, Pancho Barrios, Saúl Montoya,
Guillermo Raygoza, Dennis Deck, Dan Neumeir, Dennis O´Toole y Manuel Lugo.
Sergio Robles y Celerino Sánchez llegarían al equipo los días 24 y 31 de aquel
mes, respectivamente.
Manny Saucedo estaba de batboy e incluso Héctor “Teto” Espino Jr.
correteaba las bolas de foul. El masajista, Jesús Rivera.
En ese invierno, Dennis O´Toole impresionó con 8-1, 0.57 y 83 ponches en 75
innings. Max León tuvo 12-4, con 2.46, en tanto el zurdo Saúl Montoya resultó
pitcher campeón del circuito al registrar 8-2 y 1.89 de efectividad.
George Noga, procedente de los Medias Blancas de Chicago, tuvo de coachs a
Benjamín “Cananea” Reyes y Adolfo “Tribilín” Cabrera.
Arcadio Valenzuela era el presidente de la franquicia; Roberto Encinas,
vicepresidente ejecutivo; Tadeo Iruretagoyena, vicepresidente; Agustín Hurtado,
tesorero; Luis O. Torres, gerente e Ignacio Cadena, relaciones públicas y
publicidad.
En esa temporada, los Naranjeros terminaron en primero y segundo puestos en
ambas vueltas y, en play offs, fueron eliminados en siete juegos por los Yaquis
de Obregón que ganaron la serie final a los Mayos para coronarse campeones.
El tercer campeón, luego de Hermosillo y Guasave, en la ya denominada Liga
Mexicana del Pacífico.
Triple Corona y JMV
Héctor Espino tuvo su mejor temporada con la casaca Naranja al conquistar
la Triple Corona de Bateo con .415 y 83 impulsadas, récords vigentes, y 26
jonrones, registros que le dieron por tercer año seguido el título de Jugador
Más Valioso.
En sus 24 temporadas, Espino fue líder de bateo en 13 veces, logró tres
triples coronas de bateo, seis veces fue el Jugador Más Valioso, ocho líder de
producidas, con 11 campeonatos de slugging, siete títulos de jonrones; acumuló 299 cuadrangulares y mil 120 impulsadas,
concluyendo con un porcentaje global de .330…. entre otras grandes estadísticas y hazañas.
Estadio “Héctor Espino”.
En el transcurso de 1976, el doctor Carlos Leonel Avilés Cota le envió una
carta al entonces editor deportivo del periódico El Imparcial, Eduardo Gómez
Torres, donde solicitaba que “El Coloso
del Choyal” (“También denominado como “Gigante”) llevara el nombre de
Héctor Espino.
Cierto es que luego de una gira de los Naranjeros, Héctor Espino recibió la
invitación del gobernador Alejandro Carrillo Marcor para que acudiera a sus
oficinas en Palacio de Gobierno donde le notificaría la decisión de que por
votación casi unánime de la afición hermosillense el estadio llevaría su
nombre.
Carrillo Marcor le indicó que se había hecho una votación (plebiscito)
donde también incluyeron los nombres del notable pelotero hermosillense,
Claudio Solano y el entonces presidente de la Liga Mexicana del Pacífico,
Horacio López Díaz; el primero no tuvo voto alguno, mientras el famoso “Macacho”,
sólo dos
.
A esa histórica reunión también asistieron directivos del Club Naranjeros
encabezados por Arcadio Valenzuela, presidente, así como Sergio Kreimerman, uno
de los propietarios de los Alijadores de Tampico con quien Espino jugaba en la
Liga Mexicana.
Fue en esa reunión cuando surgió la broma del gobernador sonorense al
decirle a Espino, nativo de Chihuahua, aquella expresión de “si no eres
sonorense, nosotros te adoptamos”.
Acto seguido, el mandatario estatal determinó poner el nombre de Héctor
Espino González al estadio inaugurado el 5 de octubre de 1972 como “El Coloso
del Choyal”, lo cual fue publicado en el Boletín Oficial No. 7 del Gobierno del
Estado, Tomo XCVII, Hermosillo, Sonora, con fecha del 24 de enero de 1976.
Dos días después, en la noche del 26 de enero de 1976, la develación de la
placa por el gobernador Carrillo Marcor iba a perpetuar en el inmueble la
memoria del mejor bateador que hasta la fecha ha existido en México.
Al descorrer las cortinas que cubrían la placa, se pudo leer la leyenda
“Estadio Héctor Espino. Deportista Ejemplar. Enero de 1976”.
Esa noche acompañaron al gobernador, su esposa Aurea Castro; el secretario
de Gobierno, Raúl Encinas Alcántar; el presidente de la franquicia
Naranja, Arcadio Valenzuela, y directivos
como Tadeo Iruretagoyena, entre otros,
quienes minutos después se trasladaron hasta el diamante para rendirle un
emotivo homenaje.
Al lado del famoso No. 21, estaría su esposa Carmen Vázquez (+) y sus hijos.
Por supuesto, las muestras de cariño, aprecio y admiración de los
aficionados por el gran toletero nacido en la Colonia Dale, en la Ciudad de
Chihuahua, fueron por demás elocuentes.
El hecho ocurrió en el tercer partido de la serie contra los Yaquis de
obregón a quienes los Naranjeros apalearon 9-1 poniéndose arriba 2-1 en la fase
final de la postemporada.
El bautizo del inmueble ocurrió días después de que Espino bateara tres
jonrones (18 de enero) en un juego de play-off contra los Cañeros de Los
Mochis.
Es importante destacar que precisamente ese año, Hermosillo conquistó el
primer campeonato de un equipo mexicano en Series del Caribe, esa vez celebrada
en Republica Dominicana, lo que trajo una gran celebración en el estadio en el
retorno del equipo a nuestra ciudad.
“El Último Capítulo”
El “Héctor Espino” escribirá en la campaña 2012-2013 su “Último Capítulo”
ya que los Naranjeros habrán de trasladarse al nuevo coso que se construye al
poniente de Hermosillo.
En su gloriosa existencia fue sede de cinco Series del Caribe (1974,
primera en México); 1982, 1887, 1992 y 1997).
Asimismo, fiel testigo de once cetros de los Naranjeros, de ahí que salte
la frase “La Casa que Espino Construyó”, donde esta leyenda del beisbol
mexicano fraguó gran parte de su exitosa carrera en la pelota invernal azteca.
Es bueno recordar que en febrero de 1974 se disfrutó la presencia en el
terreno de juego de grandes figuras extranjeras que destacaron posteriormente
en Ligas Mayores como el mánager de los Dodgers, Tom LaSorda, Gary Carter, Mike
Schmidt, Ken Tekulve, Guillermo Hernández, César Gerónimo, Otoniel Vélez, Manny
Mota, Bill Buckner, Charlie Hugh entre otros.
México fue representado por los campeones de aquella temporada, los Venados
de Mazatlán tripulados por Ronaldo “Ronnie” Camacho, mientras que por la LMP
los Yaquis de Obregón (Marte de Alejandro fue su mánager) tomaron el lugar de
Venezuela que esa vez no pudo asistir luego de que el circuito no terminó el
rol regular por desacuerdos entre los dueños de los equipos y la asociación de
peloteros de ese circuito.
Para variar, Héctor Espino, quien reforzó a los Yaquis, demostró su
formidable bateo: fue el campeón bat con .429. Los Criollos de Caguas, de
Puerto Rico, fueron los campeones bajo el mando de Bobby Wine.
En los posteriores clásicos caribeños veríamos a otros protagonistas de
alto nivel, como Fernando Valenzuela, Roberto Alomar, Pedro Guerrero, Mike
Piazza, Steve Sax, Candy Maldonado, Wilson Álvarez, etc.
Momentos memorables
Los instantes memorables en este escenario, sin duda, innumerables:
Allí, durante el juego contra los
Ostioneros, se realizó el cortejo de la boda de Jerry Hairston y Magdalena
Arellano Palomares, el 6 de enero de 1974, luego de que unas horas se había
casado por la iglesia en el Santuario Guadalupano. Jerry sólo jugó la primera
entrada y posteriormente se fue de luna de miel…
Sin hits ni carreras de Naranjeros en el Espino.
1.- 12 de octubre de 1978: John Fulgham (debut con Naranjeros); 1-0 a
Venados de Mazatlán.
2.- 21 de noviembre de 1982: en siete episodios, Carlos Ibarra les tiró el
doblo cero (5-0) a los Yaquis.
3.- 10 de noviembre de 1988: Curt Schilling, 2-0 a Tomateros de Culiacán.
4.- 22 de diciembre de 1994, Joel Eichen, Andrés Berúmen y Antonio Osuna se
combinaron para dejar sin hit ni carrera a Cañeros de Los Mochis y ganarles
2-0.
Otros acontecimientos
Celerino Sánchez bateó el "Ciclo" un lunes 25 de octubre de 1976,
ante los Ostioneros de Guaymas: primer inning, sencillo (produjo 2); en el
segundo, triple; en el cuarto, grand
slam; en el quinto, doblete.
El 18 de enero de 1976 Héctor Espino conectó tres jonrones en un juego de
nueve innings, en el segundo juego del play off, en domingo, contra de Cañeros
de Los Mochis. Los dio a Peter Bonfiels en el quinto; a Miguel Solís en el
séptimo, y a Bob Babcock en la octava para decidir el juego 7 a 6.
Roy Johnson, se convirtió en el primer jugador en la historia del Estadio
"Héctor Espino" en robarse el pentágono. Sucedió el viernes 15 de
enero de 1988 ante los Potros de Tijuana. Ocurrió en el segundo inning del
quinto juego del play off, lanzando Ramón Serna y en la receptoría estaba Dan
Firova, con el juego empatado a una.
El retiro de Héctor Espino, el 30 de diciembre de 1984, en un doble juego
ante los Potros de Tijuana.
El “Héctor Espino” fue el primer estadio de beisbol de Latinoamérica en contar
con pantalla gigante en la temporada 1993-1994.
También, sede de juegos de exhibición/de pretemporada de los Diamondbacks
de Arizona ante los Cerveceros de Milwaukee en 1998 y 1999; contra los
Angelinos de Anaheim en 2000; los Atléticos de Oakland en 2001; Padres de San
Diego en 2002; los Reales de Kansas City en 2003; Medias Blancas de Chicago en
2008; la Selección Mexicana de Beisbol en 2009 y en el 2010 frente a los Rockies de Colorado.
En la LMP es líder con 16 campeonatos, pero si sumamos campeonatos,
caeremos en cuenta que Hermosillo tiene en su rico historial un total de ¡20
gallardetes! en nuestra pelota profesional invernal, una magnánima cifra en los
anales de la pelota mexicana.
Sin duda, una franquicia enlazada, íntima, con la grata historia del
pasatiempo rey y ubicada como la mejor organización del del beisbol profesional de México.
Más hechos, lo demuestran: en la década de los 60 logró tres coronas; en los 70 fueron cuatro; en los 80 , dos; en los
90 tres y en los primeros diez años de
este siglo, tres más.
Incluso, en diciembre de 2011 en el Congreso Legislativo local se propuso
que el Estadio Héctor Espino fuese declarado Patrimonio Cultural del Estado de
Sonora.