World
Series: grandes instantes
Por Jesús Alberto Rubio
Viene la Serie Mundial
2023 y qué mejor ir al túnel del tiempo en ese tipo de escenario, siempre lleno
de historia:
Una vez, en el clásico
Yankees-San Luis del 26, con el score en contra (3-2) al cierre del noveno del
último juego y con el slugger Bob Meusel al bat… Babe Ruth se fue al robo de
segunda, lo sacaron, y adiós, colorín colorado, ¡se acabó la Serie Mundial!
La serie Mundial del 47,
el año en que Jackie Robinson terminó con la barrera racial en el béisbol de
Ligas Mayores, siempre será recordada por ser la primera que se grabó y transmitió
por televisión en blanco y negro… con apenas tres cámaras, ¡pero eso era lo de menos!
para aquella época.
La imagen de los juegos
sólo se podía captar en cuatro grandes ciudades: Washington,Nueva York,
Filadelfia y Baltimore, con una transmisión por el sistema “Bell Telephone”.
Sin embargo, ya la nueva
tecnología había impactado y capturando a la fanaticada, y además, con
resultados económicos del todo favorables; incluso para la radio, por sus derechos
de transmisión.
Pero, vayamos juntos a
una imagen imborrable:
Ese año Brooklyn y los
Yankees escenificaron el clásico otoñal, y a pesar del viaje del tiempo,
todavía no se olvida la preciosa y sensacional atrapada pegado a la barda que hiciera
en la sexta entrada Al Gionfrido, guardabosque izquierdo de los Dodgers, a un batazo
de Joe DiMaggio.
El tablazo le hubiera
significado al gran Yankee Clipper su noveno cuadrangular en 51 partidos
jugados en Series Mundiales; sin embargo ¡oh frustración!, ya que su obús de
415 pies que iba de jonrón por el izquierdo-centro… quedó en el guante de
Gionfrido.
Joe, no podía creerlo y,
cuando estaba a la altura de la segunda base –ya se captaría en las imágenes
televisivas–, se ve en el instante mismo en que pateó el terreno de coraje y luego,
ya en su posición en el jardín, daba vueltas a su alrededor, sin poder aceptar
lo que había sucedido.
Y es que al jardín
izquierdo del Yankee Stadium se le conocía como “El Valle de la Muerte”, por el
cual pegó cientos de batazos de 400 pies... ¡que fueron outs!
En las bases había dos
corredores, por lo que, de haberse ido el tablazo de jonrón, se hubiese
empatado el score que estaba 8-5 y Gionfrido, precisamente acababa de entrar al
terreno, justo para salvar el partido a sus Dodgers y a Ralph Branca, quien
ganó finalmente 8-6.
Saltó por la bola y....
De las grandes jugadas de
antaño en Series Mundiales se recuerda la de John Devore, un guardabosque de
los Gigantes de Nueva York, la que para muchos especialistas en la materia ha
sido de las más brillantes, y que ejecutó en 1912 contra los Medias Rojas de Boston.
Rube Marquard lanzaba por
los Gigantes y ganaba con marcador de 2-1, cuando en la novena entrada,
faltando un out para ganar el juego, pero con dos hombres en base, Hick Cady
conectó trallazo a lo profundo del bosque central e izquierdo, obligando a
ambos jardineros a salir en vertiginosa carrera sobre la pelota.
Todo indicaba que la
pelota volaría atrás de la barda, y mientras los dos hombres que estaban en
base ya habían pisado el plato, Cady prácticamente se encontraba doblando la intermedia,
ante el júbilo de los 34,624 asistentes, que empezaron rápidamente a abandonar
el parque, con la segunda victoria consecutiva de las Medias Rojas.
Y todo estaba bien,
excepto que todavía Devore no había terminado su veloz carrera detrás de la
bola y en el último intento dio un salto, y con ambas manos ¡hizo el dramático engarce!
Fue ésta la primera y
única victoria para los Gigantes de Nueva York en aquella Serie Mundial de
1912.
Sandy
Amorós
Sandy Amorós también
aparece en la lista de los que han hecho grandes atrapadas en Series Mundiales.
Sucedió en 1955, entre los Yankees y los Dodgers.
Mire: fue un batazo de
Yogi Berra, y Amorós tuvo que correr en el jardín izquierdo más de 100 pies
para atrapar la pelota, estrellándose contra la pared, y devolviendo
rápidamente la pelota para realizar una doble matanza.
Los Esquivadores ganaron
el banderín en siete a los Yankees, el primero en su historia, pero siempre
quedará grabada la jugada magistral del cubano Amorós, en la sexta entrada
del último juego, en el que Johnny Podres blanqueó 2-0, para la coronación.
La historia, se escribió
así: Podres regaló base a Billy Martín y Gil McDougald se embasó en un toque
perfecto. Yogi Berra, receptor zurdo para batear, disparó entonces una
peligrosa línea hacia lo más cerrado del jardín izquierdo del Yankee Stadium, y
Sandy comenzó a correr hacia su derecha y en el último instante metió su
guante, engarzando la pelota, evitando así el extrabase, por lo que rápido tiró
al short Pee Wee Reese, y éste lo hizo al primera Gil Hodges, para atrapar a un
McDougald que se había movido y que ya cruzaba la intermedia, completando así
la increíble doble matanza.
Pero fíjese en esto: el
manager Walter Alston, en su segundo año con Dodgers, había tomado previamente
una decisión que a la postre le hizo victorioso: quitó a Jim William del jardín
izquierdo cuando fueron a cerrar el sexto inning, y lo puso en la segunda
colchoneta, enviando desde la banca a Amorós, diminuto, inquieto y zurdo, a
cubrir el prado izquierdo.... de modo tal que cuando vino su engarce, por ser
zurdo, ¡tuvo más oportunidad de engarzar la bola!, después de correr largo
tramo, ya que a Berra le estaban fildeando cargados a la derecha.
Cosas veredes… ¿no?
Increíble
doble matanza
Muchos expertos opinan
que la mejor jugada ha sido la doble matanza realizada en 1921 por el segunda
base Johnny Rawlings, el primera base George Kelly y el defensor de la tercera,
Frankie Frisch, de los Gigantes de Nueva York, contra los Yankees.
Todo ocurrió en el noveno
capítulo del octavo desafío, ganando los Gigantes 1-0... veamos:
Por los Yankees apareció
como bateador emergente ni más ni menos que Babe Ruth, quien murió en el roletazo
a Kelly. El “Bambino” había tenido dificultades en su codo izquierdo, por lo
cual lo tenían en la banca.
Aaron Ward, el segunda
base de los Yankees, recibió boleto gratis y el próximo bateador, Frank Baker,
quien usualmente se paraba por el lado izquierdo, llevó la cuenta al máximo.
En el siguiente
lanzamiento, conectó roletazo sólido por la segunda base, que aparentaba ser un
incogible hacia el bosque de la derecha.
Rawlings, el defensor de
la segunda base, entonces salió como un bólido hacia la grama exterior,
tirándose de cabeza sobre la pelota, e incorporándose inmediatamente sobre sus rodillas
hizo el disparo al primera base George Kelly, para un out por demás dramático.
El corredor Ward, que
había salido con el lanzamiento, iba en carrera vertiginosa hacia el tercer
saco. Kelly inmediatamente hizo el tiro a Frankie Frisch, en donde corredor y defensor
rodaron por el suelo, pero el gigante de NY no perdió la bola, y levantando su mano
se la enseñaba al árbitro, quien también levantó su mano derecha, decretando
out.
Esta jugada le puso fin a
la Serie Mundial de 1921, con una doble matanza de ¡segunda a primera y a
tercera!... ufff!