LUMINOSO FIN DE
SEMANA BEISBOLERO
Juan Antonio
García Villa
Para quienes gustamos del beisbol y
somos más, muchos más mexicanos de lo que comúnmente se cree, lo visto en el zócalo
capitalino en torno al Home Run Derby, fue algo muy luminoso.
Nunca, ni remotamente, nos imaginamos
ver la plaza de la Constitución de la Ciudad de México, el Zócalo capitalino,
sitio histórico por antonomasia y en más de un sentido el corazón mismo, el
centro nervioso del país, convertido en un diamante –es decir, en campo- de
beisbol, donde se pudo practicar este bello deporte y se llevó a cabo el
domingo una emocionante competencia (derby) de jonrones entre ocho reconocidos
toleteros profesionales, cuatro
mexicanos y otros tantos extranjeros.
Este singular acontecimiento forma parte
de los festejos conmemorativos del XC aniversario de la Liga Mexicana de
Beisbol, LMB. Cumplir 90 años de existencia, que como reza el lugar común “se
dice fácil”, ha sido sin embargo muy cuesta arriba para este circuito beisbolero,
el de más larga tradición y data en nuestro país. Claro-oscuros, alti-bajos, de
todo ha tenido. A veces parece que predominan los oscuros y los bajos, pero la
LMB ahí está. Cumple con dignidad su papel, en espera de mejores tiempos. Que
ojalá corresponda ver a la actual generación.
Hace diez años, en 2005, quien fuera
presidente de la Liga durante diecisiete años, de 1983 a 1999, el licenciado
Pedro Treto Cisneros, ya fallecido, escribió: “Venciendo todos los obstáculos
que se puedan imaginar, la Liga Mexicana
ya cumplió ochenta temporadas brindando emociones a los seguidores del deporte
rey. Dando tumbos, cayendo y levantando, el viejo circuito siempre emerge de
sus escombros para mantenerse en pie, y en el nuevo siglo, muestra orgulloso
una estabilidad que le permite contemplar un brillante futuro”. (Enciclopedia
del Beisbol Mexicano, 2005).
En
otro pasaje de esa misma edición de la Enciclopedia beisbolera, Treto recordó que
“En 1980 se apagaron las candilejas. Jugadores de 14 equipos se declararon en
huelga provocando el problema más grave de todos los que ha afrontado el
circuito. Parecía el final de la Liga Mexicana. La estocada fue hasta la
empuñadura. Sin embargo, por enésima vez salió ilesa…”
Por cierto, en el año en que estamos se cumplen
ya 35 de ese malhadado episodio del paro de peloteros. Y aunque parezca
increíble, seguimos sin saber exactamente qué sucedió y cuáles fueron las
verdaderas causas que lo provocaron.
Estoy trabajando en este tema desde hace
casi un par de años y a pesar de los esfuerzos realizados no he podido tener
acceso a información clave. Pero puedo adelantar que habrá algunas sorpresas. La idea era publicar
el mes próximo un libro sobre esa huelga. Infortunadamente no será posible.
Ojalá lo sea el año entrante.
Con los datos que hasta ahora he logrado
reunir y más, muchos más que faltan, para ése y otro estudio más amplio
–siempre siguiendo un hilo conductor, más allá de puras anécdotas y
estadísticas- sobre la historia en general del beisbol mexicano, considero sin
embargo que hay información suficiente para demostrar que hasta hace medio
siglo el beisbol era en el país el deporte que prefería, seguía y practicaba la
mayoría de los mexicanos. ¿Qué fue entonces lo que pasó?
Hay al menos dos teorías. Una es la
conspirativa, básicamente por parte de los barones del soccer ligados a la
televisión, quienes diseñaron un plan preciso a largo plazo, mismo que han
seguido con disciplina y rigor. Suena en
principio inverosímil, pero como hipótesis de trabajo debe ser bien explorada.
La otra teoría, cuyo principal exponente
es el amigo sonorense residente en San Diego, Francisco González Iñigo, quien
hace décadas durante un tiempo vivió en Torreón, editor del popular y conocido
blog denominado “Las Lupas”, propone que como el beisbol es más un deporte de
inteligencia que de habilidades físicas, explica que “en México poca gente
acude (hoy) a los estadios, y por ello este deporte tiene escasa cobertura de
la TV-basura (Televisa y TV-Azteca) ya que a la mayoría de la población le da
flojera pensar y entender el juego. El beisbol es para gente pensante; el
futbol, en cambio, es en México --dice--
una terapia semanal de la clase jodida, a base de gritos y patadas, para
olvidar sus problemas”.
En fin, este tema ya lo abordaré con
calma al concluir el estudio. Por lo pronto, qué magnífica, inolvidable vista
la del Zócalo convertido en diamante beisbolero.