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Por Horacio Ibarra Álvarez
Luego tuvo un ligero
bajón en 1971 al terminar con tres triunfos y cinco derrotas, siendo enviado al
equipo de Gómez Palacio que iniciaba su historial en la liga de verano.
En su nuevo club tuvo un
par de temporadas de 10 triunfos, pero a partir de 1974 estuvo sensacional al
grado de codearse con los mejores serpentineros del circuito.
Sus 25 victorias en la
campaña lo hicieron empatar el récord de victorias para un serpentinero
mexicano.
El único azteca que lo había conseguido hasta entonces había sido
Jesús “Cochihuila” Valenzuela de los Alijadores de Tampico en 1942. Otro
lanzador con esa cifra había sido el cubano Andrés Ayón, quien lo hiciera en la
temporada de 1967 con los Charros de Jalisco.
En 1944 Ramón Bragaña obtuvo 30
victorias con los Azules de Veracruz para el récord al respecto y Miguel Solís
consiguió 25 triunfos en 1979 jugando con Saltillo.
Pollorena estuvo soberbio
en esa campaña y posteriormente ligó otras tres campañas con 20 triunfos.
En
1975 quedó con 20-11, un año más tarde con 20-9 y en 1977 ligó su cuarta
campaña con 20 conquistas finalizando con 20-11, con lo cual, el gran pitcher
mexicano impuso un récord verdaderamente espectacular.
Cuatro campañas con 20
triunfos o más y además, en forma consecutiva. Fueron 85 triunfos en sólo
cuatro temporadas.
En 1978 todavía se dio el lujo de ganar 15 juegos con lo
cual, el ahora inmortal del béisbol mexicano sumó 100 triunfos en sólo cinco
temporadas para establecer otra marca, aunque lamentablemente esta no aparece
en el libro de récords.
Sin duda, su nombre
viene a la mente inmediatamente cuando se habla de los mejores pitchers
mexicanos de todos los tiempos.
El sinaloense jugó 22 temporadas en la Liga
Mexicana de Beisbol, finalizando con 223-170 en ganados y perdidos, 3.01 de efectividad, 1871 ponches, 222 juegos completos y 52 blanqueadas. Antonio
Pollorena fue un un grande de la pelota.
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