viernes, 15 de abril de 2022

 


Al Bat

 

Jackie Robinson, héroe eterno del béisbol

 

Por Jesús Alberto Rubio.

 

Hoy --y siempre-- debemos tener presente la insigne y eterna memoria de Jackie Robinson, quien el 15 de abril de  1947  arribó a las Ligas Mayores para dar fin a la insultante  barrera racial que prevalecía hasta ese año en ese béisbol.

Robinson, valorado en la historia como uno de los jugadores más excitantes de su tiempo, pasó ese histórico día a ser el primer pelotero negro en jugar en el beisbol moderno de la Gran Carpa enfundado en la casaca de los entonces Dodgers de Brooklyn.

Branch Rickey, presidente de la franquicia, manifestaba en esos días su satisfacción por “su nuevo experimento” de lograr la integración racial que ya  comenzaba a expanderse en ese beisbol, además de buscar convertir a los Dodgers en uno de los mejores equipos del béisbol.

Para los fanáticos de Brooklyn, las décadas de los 40 y 50  sería conocida como los años de Jackie Robinson, una etapa de gloria para el equipo ya que ganó seis campeonatos y una serie mundial, la de 1955.

Ahora bien, hay que decirlo: más allá del béisbol, sin duda que el notable ejemplo de Jackie Robinson fue una inspiración  para todos los negros y una lección práctica a los blancos escépticos de la integración racial.




Aquel mismo año, Rickey también reclutó a Sam Bankhead para convertirlo en el primer pitcher negro de las Mayores, quien había llegado de 27 años procedente de las Ligas Negras.

Robinson, arribaría a Nueva York tras jugar en 1946 con en la Liga Internacional con los Royals de Montreal, una ciudad que mostró ser muy cosmopolita al aceptar su presencia ya que en el equipo nunca habían tenido a un jugador negro.

Con su bateo, llevó al título a los Royals.

Fue líder bat .349 y 113 impulsadas, guiándolos también a la conquista del banderín de la entonces conocida como Pequeña Gran Serie Mundial.

Además de Jackie, Rickey también, como anoté, adquirió a afroamericanos, el  pitcher Don Newcombe (1948) y al gran Roy Campanella (1949), quienes juntos se convirtieron en aquella época en el alma y corazón de los Dodgers.

La historia sobre Jackie es riquísima y muy amplia, incluso cuando ya se retiró tras una década de ser el gran estelar del béisbol con Dodgers, entre otras actividades sociales, trascendió por su abierta lucha por los derechos civiles al lado de Martin Luther King.

Jackie es y será siempre recordado como el pionero entre los jugadores de raza negra en jugar en el mejor nivel del béisbol del planeta, y, su aparición el 15 de abril del 47, abriría las puertas y oportunidades para los jugadores afroamericanos –e incluso latinos negros-- que sin duda alguna hoy día son los grandes protagonistas en la pelota ligamayorista.

 

Al Salón de la Fama

 

Su elección en 1962 al Salón de la Fama con sede en Cooprsrown, Nueva York, fue la única ceremonia ruidosa que él festejó durante toda su vida.

Su madre estaba ahí, en Cooperstown, para disfrutar el día y, como siempre, su amada esposa Rachel y sus grandes amigos.

Jackie estaba optimista frente al futuro, después de todo.

“Este es uno de los días más grandes de mi vida; estoy conmovido y feliz por ello. Estoy feliz porque mucha gente está feliz. Hablé con el señor Ricky y estaba feliz. Mi madre, estaba emocionada; nunca había visto a mi esposa tan triunfante. Veía los telegramas, escuchaba las llamadas. Todo esto nos hacía sentir maravillosos”, expresó ese día glorioso.

Le preguntaron sobre la importancia de ser el primer negro que ingresaba al Salón de la Fama y dijo: “espero que sirva de propósito porque entre muchos de nosotros hay quienes miran hacia atrás de nuestras carreras y terminamos decepcionados. Creo que puede inspirar mucho a nuestra a gente que con un poco de trabajo extra y esfuerza... también recibirán su recompensa”.

En 1986, Jackie fue laureado con el más alto honor civil de la nación: la Medalla de la Libertad.


Ello compendió el notable logro de su vida ya que como un experto y dedicado atleta, se forjó entre sus congéneres y su coraje abrió la puerta del deporte profesional a todos los de su raza,

Con valentía demostró a todos que la destreza y el deporte mismo sin raza o ancestros étnicos, son las cualidades por las cuales deben juzgarse los atletas.

Además, tras haber sido un extraordinario pelotero, buen ciudadano, un gran hombre y un verdadero campeón del deporte, su presencia y accionar lanzó un poderoso aliento para la igualdad, libertad y la vida de los hombres anhelantes de luchar por ser libres y respetados en la sociedad.

Mi admiración eterna a Jackie.

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