lunes, 17 de julio de 2023

 



Ted Williams:


Esplendorosa trayectoria

 

Por Jesús Alberto Rubio


Perdió cinco temporadas por las II Guerra Mundial y la de Corea; sin embargo, sus registros trascienden en la historia del béisbol ubicándose como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos.

 

El famoso “Splendid Splinter” ganó la triple corona en 1942 y en 1947 y dos veces fue nombrado JMV de la Liga Americana… siempre con los Red Sox.

 

Es el último bateador que ha terminado una temporada con un promedio superior a .400. (.406).

 

Tuvo “el mejor ojo” y el swing más elegante y perfecto que le llevó a encabezar en bateo al nuevo circuito en seis temporadas.

 

Mantiene marcas por más años consecutivos encabezando la liga en carreras anotadas (cinco) y bases por bolas (seis) y por carreras (.483).

 

Ganó también cuatro coronas de jonrones, encabezó la LA en “slugging” (bases alcanzadas con sus batazos) nueve veces, y terminó su carrera con un promedio de bateo de .334 y 521 jonrones.

 

Al concluir los años 50, The Sporting News lo declaró el “Jugador de la Década”.

 

Williams, sufrió varios ataques de apoplejía y e insuficiencia cardiaca durante los últimos años.

 

En enero del 2001 fue sometido a una intervención quirúrgica a corazón abierto y en noviembre del 2000 le fue implantado un marcapasos.


 

Es miembro del Salón de la Fama en Cooperstown.

 

Williams tuvo de por vida un promedio de .344 con 521 cuadrangulares pese a interrumpir su carrera en dos ocasiones para participar como piloto de los infantes de marina en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Corea.

 

Tuvo 145 carreras impulsadas como novato por los Medias Rojas en 1939, y cerró su carrera conectando un jonrón en el Fenway de Boston, durante su último juego de Ligas Mayores, en 1960.

 

Su mayor logro ocurrió en 1941, cuando tuvo una efectividad de .406 con el tolete, conectando seis imparables en una doble cartelera, el último día de la temporada.

 

Williams decía que su vista era tan aguda que podía ver cada una de las costuras de una pelota en movimiento, y percibir el momento exacto en que su bate la conectaba.

 

Fue un perfeccionista que trabajó incansablemente y que no tenía tolerancia con las personas menos tenaces.

 


Alto y delgado, casi esquelético, Williams carecía de la complexión tradicional de los bateadores de poder. Sin embargo, fue probablemente el mejor bateador de su tiempo.

 

Estuvo frecuentemente involucrado en disputas, tanto públicas como privadas durante su carrera, pero su carácter se fue volviendo más amable con los años.

 

Por supuesto que abundan los detalles, recuerdos y hazañas en torno a Ted Williams.

 

Hoy, en su memoria.


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