sábado, 19 de febrero de 2022

 UN GRATO RECUERDO:


 


Al Bat

 

 

“Minnie” Miñoso: glorioso

 

 

Por Jesús Alberto Rubio.

 

 In Memoriam.


Son muchos los galardones que recibió Orestes “Minnie” Miñoso, ya en Cooperstown, elegido finalmente el año pasado..

 

Vea usted:

  

Tiene nichos de oro en los salones de la Fama de Cuba, México, Ligas Negras y del Pabellón de la Fama de la Serie del Caribe al que ingresó junto con Willie Mays, Rod Carew y Juan Navarrete.

 

 

Asimismo, ya recibió El premio “Jackie Robinson” por su brillante carrera de 17 temporadas en la pelota de Grandes Ligas.

 

 

Miñoso participó en la Serie del Caribe de 1957, en La Habana, donde bateó para .391, y en la de 1958, en San Juan, Puerto Rico, en la que finalizó con .394.

 

 

Saturnino Orestes Arrieta Miñoso Armas, también gran caballero y ejemplo a seguir por cualquier jugador de todos los niveles y latitudes.

 

 


Tiene una estatua en la terraza que ocupa la parte posterior del jardín central del estadio de los Medias Blancas de Chicago.

 

 

Incluso, las revistas The Sporting News y Baseball Digest, lo catalogaron entre los 15 mejores jardineros izquierdos de la historia.

 

 

En los 50`s fue clasificado como el jugador más destacado que llegó de la isla y luego junto al pitcher Adolfo Luque se les consideró como de lo mejor que habían llegado procedente de Cuba a la Gran Carpa.

 

 

El legendario pelotero nacido el 29 de noviembre de 1922 en Perico, Cuba, fue siete veces All-Star de los White Sox y en el 2003 fue electo como miembro ilustre de los Salones de Deportes y de Béisbol Mundial de Chicago.

 

 

En 1951 pasó a la historia al romper la barrera racial con los Medias Blancas y en esa temporada se convirtió junto al torpedero venezolano Alfonso “Chico” Carrasquel y al lanzador cubano Conrado Marrero, en los ser tres primeros peloteros latinos en participar en un Juego de Estrellas.

 

 


Ese año también fue el primer campeón latino en ambas ligas en triples jugando con los Indios de Cleveland y Medias Blancas (14).

 

 

Más tarde, el 57, con los mismos patipálidos, de nuevo pasó a los anales históricos en ser el primer pelotero de habla hispana de Ligas Mayores en dobles (36).

 

 

En ocho campañas pegó .300 más; tres veces fue campeón robador de bases; ganó 3 Guantes de Plata como jardinero y estuvo en 9 Juego de Estrellas… y ¡ocho veces fue nominado para el JMV!

 

 

Promedió en 17 campañas un global de .298, que muy bien pudo ser superior a la cifra mágica; sin embargo su prolongada estadía, jugando a una mayor edad que el común de los demás, obviamente le bajó el porcentaje.

 

 

En Cuba y Ligas Negras

 

 

Orestes empezó en 1945-46 a jugar pelota profesional a los 23 años con los Tigres de Marianao y con ellos pasó tres temporadas invernales.

 

Para el verano, se le vio en las famosas Ligas Negras vistiendo la franela de los New York Cubans en calidad de tercera base.

 

 

El 46 en 33 partidos bateó .260 y el 47 aumentó a .294 en 55 juegos. En esta última campaña fue seleccionado para el Juego de Estrellas de ese recordado circuito.

 

 

El 47 fue la última vez que se celebró una Serie Mundial de las Ligas Negras y Orestes fue la gran estrella con sus New York Cubans, quienes vencieron cuatro juegos a uno a los Cleveland Buckeyes.

 

 


A la Gran Carpa

 

 

Orestes Miñoso fue también de los favorecidos por el histórico rompimiento de la barrera de color cuando en 1947 los Dodgers de Brooklyn firmaron a Jackie Robinson:

 

 

Después de un año en Ligas Menores, el 19 de abril de 1949 llegó a los Indios de Cleveland y ahí haría gran pareja con Beto Ávila y  Larry Doby (primer negro/5 de julio de 1947 en la LA).

 

 

También ahí se encontró con el más notable lanzador de Ligas Negras, Leroy “Satchel” Paige (6-1), quien había debutado el 9 de julio del 48 para luego convertirse en el primer negro en lanzar en una Serie Mundial, la de ese año en que su equipo le ganó en seis juegos a los Bravos de Milwaukee teniendo a su lado de compañeros a Bob Lemon (20-14) y Gene Bearden (20-7).

 

 Higinio Reynoso

 

 Una vez entrevisté a Higinio Reynoso –short stop y tercera base que jugó con los Cañeros de los Mochis, Broncos de Reynosa y Naranjeros de Hermosillo—para que me hablara de cuando, en función de gerente de los Naranjeros,  firmó en 1966 a Miñoso.

 

 

Higinio recordó que Orestes Miñoso llegó procedente de Chicago a Nogales, Arizona, donde estuvo alrededor de una semana arreglando los papeles migratorios para entrar al país, por lo que se trasladó hacia esa ciudad para lograr ahí mismo la firma de su contrato.

 


 

Cita que al “Minnie” le encantó la idea de venir a nuestro béisbol invernal, especialmente con los Naranjeros, de quien diría en su primera rueda de prensa, “Tengo el mejor barco de la compañía”.

 

Sin embargo, esa temporada Hermosillo lograría el tercer lugar del circuito.

 

 

¿Y cómo era Orestes cuando estuvo aquí en esa época?, le pregunté.

 

 

“Educado, decente, caballero, “y un alma de Dios”. Incluso, pregúntame si le gustaba el baile. Llegó con su señora, muy guapa y cuando la llevaba al “Fernando M. Ortiz” “alborotaba toda la gallera” en el graderío”.

 

 

También fue cátcher

 

 

Higinio también acude a su memoria para decirnos que cuando en aquella inolvidable campaña se lesionaron Sergio “Kalimán” Robles y Juan Antonio Chan, el “Minnie” dos o tres veces jugó en la receptoría.

 

 

“Imagínate recibirle a Felipe Leal, quien tiraba “lumbre”… y pues ahí también demostró su valentía como pelotero. Y es que recibirle los “balazos” a Felipe, no cualquiera, pero Miñoso lo hizo y muy bien”.

 

 

Esa temporada, 1966-1967, como mánager-jugador (BD), Orestes Miñoso fue el campeón bat con .343, quitándole la racha de seis títulos consecutivos a Espino, quien se quedó con .338.

 

 


Hermosillo tuvo a su mejor pitcher en Alfredo Ortiz (12-6 y 2.70), quien también jugó como jardinero y bateador emergente.  Jay Carden también tuvo buenos números (11-6 y 2.53)… y párele de contar.

 

 

En 1969-70 también logró ser el campeón bat con los Venados de Mazatlán (.359).

 

 

Brilló en la Mexicana

 

 

En la Mexicana de Béisbol mostró ser un notable caso de durabilidad: llegó a sus 43 años de edad y concluyó su estadía como un verdadero profesional al cifrar 51.

 

 

 

A partir de 1965 (fue campeón en dobles con 35), jugó cinco temporadas con los Charros de Jalisco (Ahí era el “Charro Negro” y cuatro con el Unión Laguna, acumulando un excelente .317, con 377 impulsadas.

 

 

Con Jalisco en sus dos primeros años pegó .360 y .348 y en la temporada del 69 se despidió del equipo con .320… dígame usted.

 

 


 

El 67 fue parte de los campeones Charros dirigidos por Memo Garibay, quien tuvo en Andrés Ayón (25-6) y Juan Suby (2.36) a los campeones en ganados y perdidos y efectividad, respectivamente. También brillaron Simón Betancourt (12-8), Waldo Velo (9-11) y el cerrador Manuel Lugo.

 

 

Miñoso se combinó en la primera junto a Idelfonso Ruiz; en la segunda estuvo Gabriel Lugo y Domingo Rivera y en los jardines, Eladio Urías, Francisco "Pancho" García, José "Pepe" Rodríguez, Juan Francisco Menchaca y Benjamín "Cananea" Reyes.

 

 

Elrod Hendrick, quien al siguiente año debutaría con los Orioles de Baltimore, fue el receptor y anote la clase de temporada que tuvo: .316, 41 cuadrangulares y 112 producidas (y 18 dobles).

 

 

Manager-jugador

 

 

Cuando en 1970 los Charros trasladaron su franquicia a Gómez Palacio, Durango, Miñoso fue designado manager-jugador del equipo. Miñoso bateó .486 en 40 juegos.  Luego el 71 tuvo e .315 y en el 72, a mediados de campaña, José “Zacatillo” Guerrero lo sustituyó en el timón, pero siguió activo como jugador, terminando con .285.

 

 

Su última temporada con Unión Laguna, en 1973, terminó con .265, 12 jonrones, 83 impulsadas y diez estafas, pero lo más admirable de todo fue que lo hizo a sus ¡50 años de edad… clase de longevidad del cubano!

 

 

Todavía en 1976 dirigió y jugó para el Puerto Vallarta y es famoso el hecho de que junto a su hijo Orestes (Jr), conectaron jonrones consecutivos durante un partido decisivo del playoff.

 

 

Hay mucho más del “Minnie”, como el hecho histórico de haber jugado en siete décadas distintas en la pelota profesional, pero sobre este tema, ya le hablaré otro día. 



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