ESTRELLAS DEL BÉISBOL
CASOS DEL BÉISBOL PARTE 1
Por Héctor Barrios
Fernández.
Durante la mayor parte de
la década de los 1890s, las Arañas de Cleveland (Cleveland Spiders) lo habían
hecho muy bien en la Liga Nacional.
Justo antes de que la temporada de 1899
comenzara, los dueños del club compraron a los Cafés de San Luis y los
renombraron los “Perfectos”, enviando a los jugadores más destacados de
Cleveland hacia el oeste, a San Luis, a los “Perfectos”, para completar su
roster.
Los sobrevivientes con
las “Arañas” (Spiders) hicieron su mejor esfuerzo, pero su mejor esfuerzo no
fue muy bueno. Seis veces perdieron once juegos o más en fila, durante la
temporada.
Uno de sus mejores
lanzadores fue un novato de 30 años de edad llamado Harry Colliflower, quien
ganó solamente un juego y perdió once. En un momento de desesperación, llamaron
a Eddie Kolb, un vendedor de tabaco en un hotel en Cincinnati, para que lanzara
para ellos.
Él perdió también y el
juego terminó con marcador de 19-3.
Hacia el fin de la
temporada, los disgustados aficionados de Cleveland, boicotearon los juegos en
casa y al equipo lo llamaron los “exiliados”, los “vagabundos” y los
“abandonados,” porque con frecuencia jugaban fuera de casa.
Finalizaron con el peor
record en la historia de las Ligas Mayores: 20 ganados y 134 perdidos.
Sockalexis
Louis Sockalexis fue un
indígena de la tribu de los Penobscot, jugaba la posición de jardinero y había
desarrollado un extraordinario brazo lanzando piedras en un lago en la
reservación india cerca de Old Town, en el estado de Maine.
Como estudiante
llegó a ser una estrella deportiva en el colegio en Holy Cross y después en
Notre Dame, de donde él y un compañero de clases fueron expulsados en 1897
después de haberse emborrachado y destrozado un prostíbulo a cargo de una madam
llamada Popcorn Jennie.
Patsy Tebeau, manejador de las “Arañas” de Cleveland,
de la Liga Nacional, los rescató y rápidamente le puso a Sockalexis un uniforme
de béisbol.
Sockalexis comenzó bien y
muy impresionado John McGraw le dijo que era el talento natural más grandioso
que él jamás había visto.
Pero la bebida fue su
perdición.
Pronto fue marginado después de una lesión en su tobillo cuando
saltó por la ventana desde un segundo piso en otro burdel.
Sockalexis jugó en parte
de dos temporadas más y bateó para .313 antes que el alcohol lo echara de las
Ligas Mayores.
Murió a la edad de 42 años en 1913.
Había estado viviendo una
vez más en la Reservación de Penobscot, enseñando a los muchachos nativos cómo
jugar béisbol.
Un recorte amarillento de periódico donde hablaba de él, fue
encontrado en su camisa.
Dos años más tarde, los aficionados de Cleveland votarían para renombrar a su equipo con el nombre de “Indios” en su honor.
Al menos es una de las historias.
Lo buenos deseos
Cuando era un muchacho y crecía en Kansas, dijo una vez Dwight D. Eisenhoward, (quien fuera el presidente número 34 de los Estados Unidos, entre 1953 y 1961).
Un amigo mío y yo fuimos a pescar, nos sentamos a orilla del lago, era una calurosa tarde de verano, hablamos acerca de lo que queríamos ser cuando fuéramos adultos. Le dije a él que yo quería ser un verdadero jugador de Ligas Mayores, un genuino profesional como Honus Wagner.
Mi amigo me dijo que a él le gustaría ser presidente de los Estados Unidos.
Ninguno de nosotros consiguió sus deseos.
Tomado del documental
“Béisbol” de Ken Burns.
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