Satchel Paige, el
lanzador eterno
Juan A. Martínez de Osaba
y Goenaga.
Para el amigo Letusé La O
Cuentan que con su salida al terreno opacaba
a todos. Lo desbordaba un carisma sin par, a veces doliente. Genio y figura,
señalaban los más. Parecía de otra galaxia, todo en él fue genuino. Las gradas
vibraban de verlo entrar al césped. ¡Dios en el diamante!, solían decir los
fanáticos, y no era para menos.
Fue la primera propuesta que recibiera Branch
Rickey, entonces Presidente del BROOKLYN DODGERS, para romper la barrera del
color, antes que el mismísimo Jackie Robinson. Mas el hombre de negocios
desechó la idea; Satch era “demasiado viejo”. Otros alegan que el primer
escogido por Rickey habría sido el cubano Silvio García, un hecho no
confirmado, que se mueve entre la leyenda y la realidad. Lo cierto es que Paige
en 1947 contaba con 41 años de edad, demasiado para el experimento.
Leroy Robert Paige, reconocido
universalmente por Satchel y Satch, nació en Mobile, Alabama, el 7 de julio de
1906, y falleció el 8 de junio de 1982, en Kansas City, Missouri, Estados
Unidos. En su mejor momento, lució una anatomía atlética de 6’ 4 de estatura y
180 libras de peso. Buck Canel, el cronista y locutor deportivo de origen
argentino, lo seleccionó como el mejor lanzador de las Ligas Negras. Y hubo
muchos.
Trabajó en la Liga Profesional Cubana, con
el poderoso SANTA CLARA, en la temporada 1929-1930. En 15 desafíos, de ellos 8
completos, alcanzó un balance de 6-5 (.545). Paige dedicó su vida, fuera del
juego de pelota, a las damas y ciertas dosis de alcohol. En uno de esos idilios
abandonó Cuba para no regresar.
El SANTA CLARA añadió a
sus filas a Ramón Bragaña, un muchacho que tendría una brillante carrera, y a
la revelación de las Ligas Independientes de Color, Leroy (Satchel) Paige, que
no llegó a terminar la temporada. Un episodio amoroso en el que se vio envuelta
cierta señorita de la burguesía mulata local terminó con una denuncia contra el
lanzador. Paige se marchó rápidamente de la isla y siempre se mostró reacio a
regresar, incluso cuando se retiró la demanda.
Entre 1926 y 1950, estuvo con los siguientes
equipos de las Ligas Independientes de Color, o Ligas Negras norteamericanas: Chatanooga
Black Lookouts (1926-1927), Birmingham Black Barons (1927-1930), Baltimore
Black Sox (1930), Cleveland Caps (1931), Pittsburgh Crawfords (1931-1937),
Kansas City Monarchs (1935-1936, 1939-1948, 1950 Y 1955), New York Black
Yankees (1943), Memphis Red Sox (1943), Philadelphia Stars (1946 Y 1950),
Chicago American Giants (1951). El Satchel Paige All Stars (1939) y el Indianapolis Clowns de 1967.
Se desempeñó en Cuba, República Dominicana
(1937), México (1938), en las Ligas Menores de los Estados Unidos (1956-1958,
1961 y 1965-1966), y también en las Mayores. En 1933 logró 64 entradas sin
recibir carreras, 21 victorias consecutivas y un récord de 31-4. Su nombre es,
universalmente, sinónimo de grandeza, tanto en los equipos de negros, como
entre blancos.
Fue el único capaz de conceder bases
intencionales para llenar las almohadillas y lanzarle a su amigo, el temido
slugger Joshua Gibson, rey de los jonrones “infinitos”, y lo dominó en varias
ocasiones. Lo provocaba como parte del show y casi se iban a las manos. Fuera
del terreno lo atendió como a un hermano mortalmente enfermo; sufrió aquella
temprana y repentina pérdida.
En 1927 alcanzó un balance de 8-3, 1929
(10-11), 1930 (10-4), 1931 (6-5), 1932 (32-7), 1933 (31-4), 1934 (10-1), 1936
(24-3). Su enorme popularidad comenzó en los años treinta, con el PITTSBURGH
CRAWFORDS. En 1934 lanzó por primera vez en el Yankee Stadium, donde se
enfrascó en uno de los mejores duelos de aquel circuito, que terminó empatado
(1-1), en diez entradas.
En 1937, con el CIUDAD TRUJILLO, de
República Dominicana (8-2). En México tuvo problemas con el brazo y al regresar
a los Estados Unidos incorporó otros lanzamientos para no descansar solo en su
bola rápida. Así, en 1942 alcanzó un balance de 9-5, 1943 (8-10), 1944 (4-2).
Y es que todo en Satchel
Paige era original. Sin saber tirar la curva durante buena parte de su etapa
como lanzador estelar, Paige estaba dotado de un brazo poderoso, velocísimo y
controlado, a lo que añadía una inteligente maldad aprendida a lo largo de su
intenso peregrinar por cientos de escenarios.
Fue buen bateador y adecuado fildeador, que
en ocasiones defendió la primera almohadilla. En 1939-1940 estuvo en Puerto
Rico, con el GUAYAMA, y lanzó en 24 partidos (19-3), con 208 ponches y 6
lechadas, récord para aquel circuito. Se calcula que en toda su carrera, en 2
600 juegos, propinó 300 lechadas y 55 juegos sin permitir hits ni anotaciones.
Un hecho insólito.
Joe DiMaggio y Babe Herman, que
batearon en su contra en la Costa Oeste, dijeron que Satchel era el mejor
lanzador que hubiesen visto.
Letusé La O, en el libro citado exclamó:
“Quizás ese era el mismo criterio de Roger Hornsby, a quien el diestro ponchó
cinco veces consecutivas en un desafío…” Hornsby, el mejor ente los buenos,
integró el All Century Team del siglo XX en la segunda almohadilla, junto al
también inmarcesible Jackie Robinson.
Paige lanzó en cinco décadas diferentes. De
increíble longevidad deportiva, cuando se rompió la barrera del color se
incorporó a las Grandes Ligas. Allí, en 1948, debutó el 9 de julio, con
cuarenta y dos años de edad en el CLEVELAND INDIANS, ante el ST. LOUIS BROWNS.
Había superado en antigüedad a su amigo Conrado Marrero, quien lo hizo con
treinta y nueve años, para el WASHINGTON SENATORS.
Reflejo de lo que
significó la entrada de Robinson fue el gallardete de la Liga Americana logrado
por el CLEVELAND un año después (1948), que tuvo, entre otros, la rúbrica del
legendario lanzador, también negro, Leroy Satchel Paige (6-1, 2,47 PCL).
Llevado a las Mayores por Bill Veeck, Satchmo también contribuyó con una
actuación inmaculada de dos tercios de capítulos al triunfo de su conjunto en
la Serie Mundial.
En 1965, a los 59 años de
edad, Paige lanzó tres innings sin permitir carreras con el KANSAS CITY
ATHLETICS, lo que le representó ser, hasta hoy, el pitcher que ha actuado con
más edad en las Grandes Ligas.
En 1971 fue exaltado al Salón de la Fama de
Cooperstown por el Comité de las Ligas Negras, convirtiéndose en el primero de
esa raza en lograrlo. En 1952 y 1953 resultó en el Todos Estrellas de las
Mayores, así como cinco ocasiones en las Ligas Negras (1934, 1936, 1941, 1942 y
1943). Se proclamó campeón de la Serie Mundial de las Grandes Ligas en 1948,
con el CLEVELAND INDIANS. En 1942 también lo había obtenido en las Liga Negras.
Asimismo, aparece en el Salón de la Fama del CLEVELAND.
Liga Profesional Cubana:
JL JC
JG JP PROM
15 8 6 5 .545
Grandes Ligas:
JL JC JG JP
PROM INN SO BB PCL
179 7 28 31 .475 476 288 180 3,29
(Con documentación de
Wikipedia, the free encyclopedia, Jorge Figueredo, Guías del Béisbol
Profesional Cubano, Mexicano y Dominicano, Enciclopedias de las Grandes Ligas,
James A. Riley, Severo Nieto, Roberto González Echevarría, Rogelio A. Letusé La
O, Michael M. Oleksak, Eddy Martin, Jorge Alfonso, James D. Cockroft, Eladio
Secades, Gabino Delgado, The love of baseball, René Molina, Juan A. Martínez de
Osaba y Goenaga, Baseball-Reference.com, Ángel Torres, Seamheads.com, Elio
Menéndez, Mark Rucker y Peter C. Bjarkman, Félix Julio Alfonso, Fernando
Rodríguez, Joe DiMaggio, Alfredo Santana, Marino Martínez, y otras fuentes).
Juan A. Martínez de Osaba
y Goenaga
Marzo de 2018.
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