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Ronnie y Blanca.
Al
Bat
Ronnie: una rica historia de vida
Por Jesús Alberto
Rubio.
Hablar de “La Roca de
Empalme” llevaría mucho tiempo.
Es toda una rica
historia de vida.
Y en el beisbol, especialmente,
no se diga.
Por ello, hoy, en su homenaje del DIF Sonora, le compartiremos un resumen de su notable trayectoria como uno de los más grandes peloteros mexicano de todos los tiempos.
Hay grandes momentos en su vida en el terreno de juego, sin duda alguna:
En 1954, jugando con Obregón en la Liga de la Costa del Pacífico, conectó en un
juego par de jonrones con la caja llena, teniendo una jornada de once carreras
producidas, el record en aquel circuito en empate con Ángel Castro y Joe
Brovia.
Sus dos históricos
grand slams los pegó en el viejo parque de Los Mochis contra Ted Thiem y Miguel
Sotelo.
"En el último turno
volví a tener caja llena y di foul al catcher. También pegué un doble y
sencillo”, me dijo un día.
Con los Rieleros, en 1958, obtuvo la Triple Corona de Bateo al compilar un promedio de .317, impulsó 21 carreras y pegó 7 jonrones.
Posee en nuestra pelota
invernal la marca de más jonrones en una temporada con 27 cuadrangulares
(Rieleros/63-64), la que comparte con Bob Darwin (Naranjeros/71-72).
También, es miembro del
Salón de la Fama del Beisbol Mexicano; forma parte del grupo de pegar tres
jonrones en un juego; representó a México en la Serie del Caribe en 1973-74
como manager de Mazatlán… ¡y cuánto más en su notable trayectoria!
Su presencia, fuerza y
lucha constante sobre el terreno de juego, le hizo trascender en los anales del
béisbol de México y el mundo entero.
“Ronnie”, “El Ropero” o
“La Locomotora” de Empalme”, fue el hombre siempre líder como jugador y dos
veces de mánager campeón –con Guaymas (66-67) y Mazatlán (73-74)–, sin duda,
gran protagonista y héroe de mil batallas en su brillante trayectoria.
En el verano (LMB), impactó
por su poder jonronil: en 1958 Camacho, con los campeones Tecolotes de Nuevo
Laredo pegó 22 jonrones y empujar 80 carreras; en 1960 se movió a la tercera
base con los Pericos de Puebla donde formó el gran “Dúo del Terror” junto con
el estelar Moi Camacho.
El 62 tuvo su primer
gran año al ser líder del circuito con 25 jonrones, promediar .290; el 63
repitió como Rey del Jonrón con 39 para la nueva marca dejando atrás la de Aldo
Salvent (36), anotó 108 y produjo igual cifra de carreras, lo máximo en su
carrera.
Ese año Puebla ganó el
título ya que tenía en el pitcheo al enorme Miguel Sotelo, quien ganó 24
juegos.
En el 64 conectó 35
jonrones y bateó .278, impulsando 114 empatando en la tercera posición, debajo
de Héctor Espino y Bobby Prescott, el 65 recibió 103 bases intencionales para
ser líder en la liga en esa especialidad… y de nuevo apantalló con 25 para la
calle.
Ronaldo Camacho,
amigos/colegas, es sinónimo de béisbol, con carácter y personalidad a toda
prueba. Un luchador por excelencia, un consistente e inteligente hombre
buscando siempre salir adelante.
Exactamente, como sus
clásicos “swings” que le convirtieron en el mejor jonronero de su época.
Pudo haber sido un
estelar en el béisbol de Ligas Mayores tras incursionar a partir de sus 18 años
de edad como segunda base en la organización de los Cardenales de San Luis (en
la California League con los Fresno Cardinals, donde le llamaban The Rock).
Pero, ya sabemos cuán
tan difícil era llegar a MLB en aquellos días.
De haber existido en su
tiempo las condiciones actuales en las relaciones de la pelota mexicana con el
Béisbol Organizado de Estados Unidos, especialmente las Ligas Mayores, hubiera
hecho historia allende tras frontera.
Tuvo todas las
facultades traducidas en capacidad, talento y deseos para haberse establecido
en la Gran Carpa, pero ya sabe usted lo que sucedía en la mente y decisiones de
los propietarios y mánagers de aquel béisbol de su época.
Y como él, muchos
corrieron la misma suerte, sin poder ser valorados y conceptuados realmente en
su máxima expresión: Ángel Castro, Jesús “Cochihuila” Valenzuela, Manuel “El
Ciclón” Echeverría, Jesús “Chanquilón” Díaz, Claudio Solano, Daniel “La Coyota”
Ríos, Moi Camacho, Leo Rodríguez, Jorge Fitch, Miguel Sotelo, Panchillo
Ramírez, Tony Dicochea y una larga lista de talentosos jugadores mexicanos.
Por fortuna, su enorme
categoría siguió adelante, firme, vigorosa, y en ningún momento decayó o bajó
su nivel por no haber recibido la gran oportunidad de llegar a ese béisbol.
Por ello, cuánta
fortuna, finalmente, fue gozar y admirar sus grandes actuaciones en México
tanto en la pelota de invierno como de verano convirtiéndose al paso del tiempo
en uno de los más grandes bateadores y jonroneros de todos los tiempos de la
pelota profesional mexicana.
Todo esto, no me hace
más que expresarle mis respetos y admiración.
Nuestra Asociación de
Cronistas Deportivos de Sonora (Asocrodes), le brindó en el 2006 gran
reconocimiento en lo que fue la VII Ceremonia de Premio al Mérito; luego, en el
2007, junto con Jorge Fitch, el Ayuntamiento de Hermosillo le nombró Huésped
Distinguido de la ciudad.
En el 2008, el Gobierno
de Sonora lo honró, entre otras 23 personalidades de la entidad, entregándole
en el rubro de beisbolista la Medalla “Orgullo Sonorense”.
Uno de los motivos, por
ser en la historia el tercer pelotero mexicano con más jonrones en el beisbol
azteca: Sus 139 en la Mexicana del Pacífico y 317 en la Mexicana de Verano,
suman 456, atrás del legendario Héctor Espino y Nelson Barrera en la pelota
mexicana.
¡Cuántos homenajes ha
recibido el amigo Ronnie!
Incluso, más reciente, también por la Universidad de Sonora y nuestro rector , el doctor Enrique Fernando Velázquez Contreras.
Por eso y más…
Felicidades, mi Ronnie!
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