miércoles, 14 de febrero de 2024

 

 




ESQUIVIAS Y REMES

¿Autor...?


Agradeceré quien me lo confirma. 


Ok.

 

DESPUES de tantos años de jugar en La Liga Mexicana, siempre con los Tigres, el primera base Rubén Esquivias me contó que los mejores momentos de su carrera fueron el ser parte de tres equipos campeones y de un domingo en el Parque del Seguro Social en que conectó el hit número mil de su carrera y recibió muchas ovaciones y algo que no esperaba, que nunca había sucedido y que posiblemente nunca volverá a pasar:

 

 “Los aficionados de la porra brava del Diablos Rojos organizó una porra para mí, lo cual les agradecí saludando con la gorra. Nunca hubiera pensado que esos aficionados que tantas cosas me gritaban al ser los rivales me iban a aplaudir y organizar la porra.”

 

Y es que al jugar la primera base por tanto tiempo Esquivias estuvo infinidad  de ocasiones cerca  de la porra brava del club rojo que no solo se metían duro con él verbalmente sino que muchas veces, cuando iba en la búsqueda de un elevado de faul cerca de esa tribuna, le llovían vasos llenos de cerveza o refrescos para tratar de impedir que atrapara la pelota. Esa escena se repitió muchas veces sobre todo en los juegos diurnos y más que nada cuando se enfrentaban los grandes rivales.

 


EL INFIELD DEL MILLON RUBEN KIKO PULPO Y MURILLO

 

Esquivias fue naturalmente parte del llamado infield del millón” con Kiko Castro en segunda base, su gran amigo Fernando Remes en el short, el gran Pulpo, y Armando Murillo en tercera:

 

“El primero del grupo fui yo luego Murillo, Kiko y Fernando. Ser parte de ese infield fue un gran orgullo para mí y para los cuatro que lo integramos. Había mucho amor a la camiseta, mucho profesionalismo y tratábamos de ser los mejores. Creo que formamos un infiel importante en la historia de la Liga Mexicana.

 

Y un infiel exclusivamente con jugadores mexicanos.



Fernando surgió de la pelota amateur capitalina igual que Rubén y Kiko, nativo de Guasave, que había sido shortstop con Diablos Rojos en un año, fue convertido en segunda base al tener un gran maestro para que le enseñara los secretos de la posición, el gran José Luis “Chile” Gómez, el segundo mexicano en llegar a Ligas Mayores y siendo reconocido como un genio de la defensiva, muy elegante y muy efectivo. Gracias a su fildeo extraordinario llegó la gran carpa y jugó varios inviernos en la muy fuerte Liga Cubana.

 

CHILE GOMEZ

 


Y ya que estamos hablando de “Chile”” Gómez fue precisamente  quien  firmó a Rubén para jugar profesional: “”Chile era buscador del Piratas de Pittsburgh que tenían  un arreglo de trabajo con los Tigres y me dijo que si quería hacerme jugador profesional.  Le dije que si y fue a mi casa para hablar con mi mamá y ia familia para que dieran la firma.

Me había visto jugar en la Liga de Nuevos Valores  patrocinada por el Instituto Mexicano del  Seguro Social. En el verano llegábamos a jugar un partido cuando acababa el de los profesionales y en invierno también porque había juegos de la Liga Veracruzana.

Primero mi manager e instructor en esa escuela de Nuevos Valores lo fue Chucho del Castillo cuando yo era muy pequeño en edad. Luego Manuel Oliveros fue nuestro manager e instructor. El Seguro Social hizo una gran labor con esas escuelas beisboleras que tenía y además construyó el nuevo estadio.”

Desde que llegó a los profesionales se supo que era de Peralvillo, el lugar donde pululaba una peligrosa banda que estuvo de moda y fueron llamados “los chicos malos de Peralvillo”,  Rubén fue llamado “el chico bueno de Peralvillo”. Siempre tuvo buena estampa de pelotero y los primeras bases zurdos siempre son más elegantes. Antes de llegar a jugar en los equipos de Nuevos Valores deI SS recuerda haber sido parte de un equipo llamado “Los Beto Avila”.



¿Quién iba a decir que en unos años más iba a jugar con Beto Avila en el mismo equipo, los Tigres de 1960. En aquel tiempo jugaban en los llanos de la Colonia Nápoles.

Tenía solamente 15 años cuando comenzaron a interesarse en él los profesionales y para 1958, a los 17 años, ya estaba con los Tigres aunque solamente tuvo nueve veces al bat y tres hits.

Ya en 1959 fue jugador del equipo felino con 224 veces al bat pero solo .219 en average en aquel equipo que tiene el récord de más derrotas en una campaña de Liga Mexicana con 104, siendo sus managers Santos “Canguro” Amaro, Memo Garibay y Virgilio Arteaga.

Fue la temporada en que debutó Luis Tiant de profesional y perdió 19 juegos. Olvidado por los Sugar Kings de La Habana lo firmó Beto Ávila en un viaje que hizo a Cuba para ayudar a su amigo Alejo Peralta y conseguir algunos jugadores disponibles, siendo el gerente aquel famoso ampáyer Carlos  Alberto González.

 

Pero para 1960 decidió Alejo Peralta armar un equipo poderoso, uno de los más fuerte de esa época, en que Esquivias fue parte de él pero como el primera base lo era “Pasitos” Echeverría que impuso record de carreras empujadas para jugador mexicano, estuvo apareciendo más como jardinero y ya comenzó a tener sus juegos de primera base de vez en cuando.

Comenzó  a asombrar con ese famoso “split” en que  abría  las piernas en compás para tratar que la pelota llegara lo más pronto posible y vencer la carrera del bateador.

Mejoró  su bateo a .243  y tuvo 371 veces al bat aunque en este equipo lleno de estrellas y en que Beto Ávila jugó  la segunda base en su año de despedida y por insistencia del mismo Peralta y que debe haberle pagado un muy buen sueldo.

 

"SPLIT""ESQUIVIAS

 

“Cada vez que hablé con Beto Ávila fue muy atento y cuando le pedí un consejo beisbolero siempre me lo dio con entusiasmo Nos demostró ese año su grandeza, del por qué había sido 11 años peloterazo de Ligas Mayores y hasta campeón bateador. Era muy inteligente y usaba todas sus facultades para cada momento del partido. Fue un jugador fuera de serie en nuestro Beisbol”

 

 


TRES GRANDES ESPINO RONNIE Y ÁNGEL CASTRO

 

Y a propósito  de consejos recuerda haber podido hablar unos  minutos con aquel fabuloso primera base y jonronero Angel Castro: “Le hice unas preguntas  cuando estaba cerca de la primera base y me dio algunos consejos que fueron muy valiosos, como la manera de colocar el pie que queda en la base para que el corredor no te golpeara. Fue formidable hablar con Ángel Castro esos minutos y fue muy amable al dar los consejos.”

 

GEORGE GENOVESE

 

Antes de llegar al Tigres estuvo en ligas profesionales inferiores y llegó a jugar en Querétaro y con el Aguascalientes en la Liga Central: “Entonces era una liga con veteranos y jóvenes y había un jugador cubano llamado “Búfalo” Hernández que fue un gran bateador en esa liga. Recuerdo que el primer hit que di en la Liga Mexicana se lo conecté al pitcher americano Bob Trice que lanzaba para los Diablos Rojos y había hecho carrera en las Ligas Mayores con los Atléticos. Nunca se le olvidó ese primer ht y al pitcher que se lo conecté. Eso fue en 1958”.

 

Hubo dos veces que se lo llevaron a entrenamientos  en Estados Unidos ya que era joven y como decíamos, los primeras bases zurdos son casi siempre de “fina estampa”. En 1962 los Piratas de Pittsburgh se lo llevaron a las prácticas de Florida con los prospectos, estando Chuck Genovese interesado en él.

Luego en 1962 estuvo en la práctica con lo Gigantes  de San Francisco donde  estaban Orlando Cepeda y luego llegó un joven que lo quitó de la primera base y lo puso a jugar el jardín. Ni más ´ni menos que Willie McCovey  que dio 521 jonrones en las Grandes Ligas. Eso fue en Casa Grande, Arizona.

 

BOB TRICE

 

Regresó al Tigres  y el segundo de cuarto del millón en llegar lo fue Armando Murillo que apareció en 1961, Remes en 1962 como novato.  El  “pulpo”  tuvo unas  cuantas veces al bat con el Tigres  de 1962 pero fue hasta 1963 cundo comenzó a jugar de planta. Kiko Castro llegó en 1962 para ser convertido de short a segunda base. 

Así  que en 1963 comenzó  la leyenda del “cuadro del millón”  que duraría  siete años y ayudó con su gran defensa y bateo también  a ganar los campeonatos de 1965 y 66. El primero en irse lo fue Murillo ya que llegó al Tigres un tercera base llamad Celerino Sánchez que sería  estrella y alcanzaría las Ligas Mayores.

 

 EL CUADRO DEL MILLON

 

Pero la verdad, si usted fue fanático en aquellos años, los cuatro fueron extraordinarios  jugadores  y nos daban grandes jugadas a la defensiva: Rubén Esquivias un primera base muy  seguro y con una agilidad tremenda para hacer el “Split”, Kiko Castro se convirtió en un segunda base de primera línea con gran facilidad  para el pivoteo y los doubles plays llegaban en racimo y Fernando Remes por  eso le decían  el “pulpo”, porque cubría mucho terreno en las paradas cortas. Murillo era una muralla para que casi rime con su apellido. Hizo historia el cuadro del millón.

 

CHITO GARCIA

 


Rubén Esquivias tuvo 18 temporadas con los Tigres,,  con dos años sobre los .300 y un promedio global de .267 con 105 jonrones.  Su mejor temporada en cuestión de jonrones  fue la de 1964 , la primera del equipo  con solamente jugadores mexicanos  por orden  del Ingeniero  Peralta en que 21 veces se voló la barda.

 

Su gran amigo y compañero en el club lo fue Fernando Remes. Sus compañeros les pusieron el apodo de “la zorra y el  cuervo”  como la historieta de dibujos animados. Remes era “la zorra” y Esquivias “el cuervo”. Hasta la fecha siguen siendo grandes amigos, solo que Remes viven Cazones, Veracruz, donde tuvo un rancho y ahora  tiene una empresa  llamado “Pulpo´s” con transportes de carga. Es Fernando un Transportista.

 

DANNY GARDELLA PRIMERA BASE Y ACROBATA

 

En lo particular considero a Esquivias un jugador muy profesional, obediente y solo recuerdo a algunos primeras bases que hayan podido hacer el “split”, eso de abrir el compás en sus piernas como aquellos grandes bailarines de color, los Hermanos Nicholas.

En el Beisbol de hace mucho fue “Chicalón” Méndez, al que llamaron “el hombre de goma” al estirar las piernas de esa manera, luego cuando vinieron los jugadores de Ligas Mayores,  lo vi con Danny Gardella de los Azules del Veracruz.

Finalmente Esquivias, quien siendo   muy bueno a la defensiva era un bateador de peligro y con el poder para clarear la barda

 

Esquivias  recuerda el año de 1965 como uno milagroso: “Muchas veces teníamos los juegos perdidos pero veníamos de atrás y ganábamos. Fue un año mágico en que todo le salía al club y naturalmente al jugar con solo mexicanos los demás tims, que tenían  bastantes refuerzos importados, nos odiaban ya que querían ganarnos a como diera lugar. Tuvimos muy buen  pitcheo, bateamos a la hora buena y la defensa excelente. No hay que olvidar las grandes atrapadas de Manuel Ponce en el jardín central”.

 Después de ese título, Peralta los mandó de premio a una gira por el Japón:

“Jugamos contra equipos muy fuertes pero tú que estuviste  en esos juegos sabes que debimos haber ganado dos que  tres, pero al final venía un error o algún momento de mala suerte,

Llevamos a un buen equipo, con “Huevo” Rorno y Pepe Peña de pitchers principales, pero nos faltaron algunos elementos como Ricardo Garza  y Arturo Cacheux que por alguna razón no fueron, y a Héctor Espino de refuerzo ya que Monterrey seguramente lo hubiera prestado para esa gira.

La verdad, quitando las derrotas, fue formidable conocer Japón gracias  al Ingeniero Peralta. Un país tan distinto y con muchas cosas hermosas que ver”.

 

 SADAHARU OH

 

Fue en esa jira de las 13 derrotas en 13 juegos que Esquivias conectó el que llama de broma el jonrón más “largo” de su vida. Y la verdad que fue un soberbio cañonazo en el entonces principal estadio del Japón, el Korakuen  de Tokio, donde se voló la barda derecha ante más de 45,000 espectadores, lleno completo y contra los Gigantes de Tokio. Lo considera el batazo más largo de su vida porque de Japón  a México hay un trecho muy grande.

Hice el viaje con los Tigres y me sentí emocionado y orgulloso cuando Esquivias dio ese precioso y contundente garrotazo frente a un equipo que tenia formidables  jugadores cono los jonroneros  Sadahru Oh, una leyenda en el Beisbol  y Nagashima.

 

Y a propósito de jonrones los aficionados de aquel tiempo nunca olvidaremos un juego dominical en el Parque del Seguro  en 1965 contra Puebla. Los Tigres iban perdiendo ante Pericos en la novena entrada pero frente al pitcher boricua Florentino Rivera, Esquivias se voló la barda derecha para que Tigres ganaran y varios aficionados lo cargaron en hombros.

Esquivias  lo considera como uno de los mejores momentos de su carrera después  del hit número mil, de la porra que le dieron los fanáticos de los Diablos y los tres campeonatos que ganó con el Tigres.

 

En 1973 y 74 tuvo pocas veces al bat con los Tigres  y en 1980 cundo estaba como coach del Tigres manejado por su gran amigo Remes, tuvo su última vez al bat en el equipo y en la Liga Mexicana.

 

“Por un tiempo se habló de que me iban a cambiar al Pericos de Puebla ya que el joven Carlos Garza venías empujando fuerte para ser el primera base del equipo, pero le dije el Ingeniero Peralta que mis hijos estaban creciendo y me necesitaban. Entonces me ofreció estar al frente de una carnicería selecta por la Avenida Revolución, ya en el sur de la ciudad. Estuve trabajando en ese lugar  por mucho tiempo y la verdad es que le agradezco a don Alejo todo lo que me ayudó  e hizo por mí.

Cada vez que lo necesité, me ayudó.

¿Managers?. Bueno, Memo Garibay era el mejor manager mexicano en el tiempo que llegué a la Liga Mexicana, luego vino Chito García y el ímpetu  que tenía y su manera de ser. Creo que mi gran amigo Fernando  Remes fue un buen manager, era un líder,  y hubiera sido mejor pero el Ingeniero lo quería  tener al frente de uno de sus ranchos. Leo Rodríguez fue muy bueno también.”.

 

ESQUIVIAS CON NARANJEROS

 

Esquivias llego a estar seis temporadas en la liga del Pacífico, tres con Naranjeros de Hermosillo y tres con Cañeros de Los Mochis. “Fue formidable  jugar al lado de Héctor Espino y ver muchos de los batazos que dio.”

 

¿Cómo se considera de jugador?.. “Creo que no fui un buen bateador, terminé en .267, pero creo que en el primer cojín  hacía  un buen trabajo y tenía  mi poder para dar unos cuantos jonrones”.

 

De otros primeras bases, calificó a Ronnie Camacho como el que mejor fildeaba: “También Héctor Espino era gran   bateador y bueno a la defensiva. El cubano Julio Becquer nos asombró a todos con su facilidad y categoría  para jugar la primera base.

Su hijo trató de hacer carrera profesional también, Rubén  Esquivias Junior. Era  pitcher sobre todo pero duró muy poco tiempo en el Beisbol para continuar los estudios.

 

Le recordé un juego famoso contra Rojos de Cincinnati, uno de aquellos de exhibición antes de las temporadas. Ese día era el combinado México-Tigres contra los Rojos  en el Parque del Seguro y Arturo Cacheux, uno de los grandes pitchers mexicanos de su tiempo, estaba a un out de blanquear y ganar al Cincinnati.  El que pudo ser último batazo fue un cañonazo por primera que Esquivias no pudo atajar, el juego se empató  y sobre el relevista Mauro Ruiz ganó Cincinnati.

 

ARTURO CACHEUX

 

Dice: “La verdad fue un batazo muy fuerte cerca de la raya y la pelota me ganó, me pasó por abajo del mascotín  que lo  bajé  lo más  rápido que pude. Pero creo que debí haber atrapado esa pelota. Me sentí mal, muy mal, por no haber hecho la jugada y por no ayudar a Cacheux a ganar un juego memorable.”.

Después de retirado, Esquivias  siguió  jugando por años y años , sobre todo en la Liga Xochimilco: “Me encantaba jugar al Beisbol y mientras el cuerpo aguante seguí tratando de dar batazos en diferentes ligas de la capital. Jugué con equipos del Monte de Piedad de Eugenio Martínez, el General Electric. Nos divertíamos i muchos haciendo lo que nos gusta.”

 

 RECUERDOS INOLVIDABLES

 

Sobre algún pitcher contrato que le dejó huella: “Había  muchos pitchers muy buenos, como Felipe Leal, Arano, Ortiz, luego en invierno  me tocó contra “Huevo” Romo que era formidable, contra Pepe Peña que era capaz de todo y tiraba muy fuerte, También  el cubano José Ramón López.  Entonces eran menos equipos en la liga y todos tenían  muy buenos pitchers.”

 

Esquivias me terminó diciendo:

 

“Para mí ha sido una vida muy hermosa, dentro y fuera del diamante. En agosto de este año cumplimos  mi señora y yo, si Dios quiere, 50 años de casados. Hice muchos amigos en el Beisbol , no tengo ninguna queja. Todos ha sido hermoso la mayor parte del tiempo.”

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