ESQUIVIAS Y REMES
DESPUES de tantos años de
jugar en La Liga Mexicana, siempre con los Tigres, el primera base Rubén
Esquivias me contó que los mejores momentos de su carrera fueron el ser parte
de tres equipos campeones y de un domingo en el Parque del Seguro Social en que
conectó el hit número mil de su carrera y recibió muchas ovaciones y algo que
no esperaba, que nunca había sucedido y que posiblemente nunca volverá a pasar:
“Los aficionados de la porra brava del Diablos
Rojos organizó una porra para mí, lo cual les agradecí saludando con la gorra.
Nunca hubiera pensado que esos aficionados que tantas cosas me gritaban al ser
los rivales me iban a aplaudir y organizar la porra.”
Y es que al jugar la
primera base por tanto tiempo Esquivias estuvo infinidad de ocasiones cerca de la porra brava del club rojo que no solo
se metían duro con él verbalmente sino que muchas veces, cuando iba en la
búsqueda de un elevado de faul cerca de esa tribuna, le llovían vasos llenos de
cerveza o refrescos para tratar de impedir que atrapara la pelota. Esa escena
se repitió muchas veces sobre todo en los juegos diurnos y más que nada cuando
se enfrentaban los grandes rivales.
EL INFIELD DEL MILLON
RUBEN KIKO PULPO Y MURILLO
Esquivias fue
naturalmente parte del llamado infield del millón” con Kiko Castro en segunda
base, su gran amigo Fernando Remes en el short, el gran Pulpo, y Armando
Murillo en tercera:
“El primero del grupo fui
yo luego Murillo, Kiko y Fernando. Ser parte de ese infield fue un gran orgullo
para mí y para los cuatro que lo integramos. Había mucho amor a la camiseta,
mucho profesionalismo y tratábamos de ser los mejores. Creo que formamos un
infiel importante en la historia de la Liga Mexicana.
Y un infiel
exclusivamente con jugadores mexicanos.
Fernando surgió de la
pelota amateur capitalina igual que Rubén y Kiko, nativo de Guasave, que había
sido shortstop con Diablos Rojos en un año, fue convertido en segunda base al
tener un gran maestro para que le enseñara los secretos de la posición, el gran
José Luis “Chile” Gómez, el segundo mexicano en llegar a Ligas Mayores y siendo
reconocido como un genio de la defensiva, muy elegante y muy efectivo. Gracias
a su fildeo extraordinario llegó la gran carpa y jugó varios inviernos en la
muy fuerte Liga Cubana.
CHILE GOMEZ
Y ya que estamos hablando
de “Chile”” Gómez fue precisamente
quien firmó a Rubén para jugar
profesional: “”Chile era buscador del Piratas de Pittsburgh que tenían un arreglo de trabajo con los Tigres y me
dijo que si quería hacerme jugador profesional.
Le dije que si y fue a mi casa para hablar con mi mamá y ia familia para
que dieran la firma.
Me había visto jugar en
la Liga de Nuevos Valores patrocinada
por el Instituto Mexicano del Seguro
Social. En el verano llegábamos a jugar un partido cuando acababa el de los profesionales
y en invierno también porque había juegos de la Liga Veracruzana.
Primero mi manager e
instructor en esa escuela de Nuevos Valores lo fue Chucho del Castillo cuando
yo era muy pequeño en edad. Luego Manuel Oliveros fue nuestro manager e
instructor. El Seguro Social hizo una gran labor con esas escuelas beisboleras
que tenía y además construyó el nuevo estadio.”
Desde que llegó a los
profesionales se supo que era de Peralvillo, el lugar donde pululaba una
peligrosa banda que estuvo de moda y fueron llamados “los chicos malos de
Peralvillo”, Rubén fue llamado “el chico
bueno de Peralvillo”. Siempre tuvo buena estampa de pelotero y los primeras
bases zurdos siempre son más elegantes. Antes de llegar a jugar en los equipos
de Nuevos Valores deI SS recuerda haber sido parte de un equipo llamado “Los
Beto Avila”.
¿Quién iba a decir que en
unos años más iba a jugar con Beto Avila en el mismo equipo, los Tigres de
1960. En aquel tiempo jugaban en los llanos de la Colonia Nápoles.
Tenía solamente 15 años
cuando comenzaron a interesarse en él los profesionales y para 1958, a los 17
años, ya estaba con los Tigres aunque solamente tuvo nueve veces al bat y tres
hits.
Ya en 1959 fue jugador
del equipo felino con 224 veces al bat pero solo .219 en average en aquel
equipo que tiene el récord de más derrotas en una campaña de Liga Mexicana con
104, siendo sus managers Santos “Canguro” Amaro, Memo Garibay y Virgilio
Arteaga.
Fue la temporada en que
debutó Luis Tiant de profesional y perdió 19 juegos. Olvidado por los Sugar
Kings de La Habana lo firmó Beto Ávila en un viaje que hizo a Cuba para ayudar
a su amigo Alejo Peralta y conseguir algunos jugadores disponibles, siendo el
gerente aquel famoso ampáyer Carlos
Alberto González.
Pero para 1960 decidió Alejo Peralta armar un equipo poderoso, uno de los más fuerte de esa época, en que Esquivias fue parte de él pero como el primera base lo era “Pasitos” Echeverría que impuso record de carreras empujadas para jugador mexicano, estuvo apareciendo más como jardinero y ya comenzó a tener sus juegos de primera base de vez en cuando.
Comenzó a asombrar con ese famoso “split” en que abría
las piernas en compás para tratar que la pelota llegara lo más pronto
posible y vencer la carrera del bateador.
Mejoró su bateo a .243 y tuvo 371 veces al bat aunque en este equipo
lleno de estrellas y en que Beto Ávila jugó
la segunda base en su año de despedida y por insistencia del mismo
Peralta y que debe haberle pagado un muy buen sueldo.
"SPLIT""ESQUIVIAS
“Cada vez que hablé con
Beto Ávila fue muy atento y cuando le pedí un consejo beisbolero siempre me lo
dio con entusiasmo Nos demostró ese año su grandeza, del por qué había sido 11
años peloterazo de Ligas Mayores y hasta campeón bateador. Era muy inteligente
y usaba todas sus facultades para cada momento del partido. Fue un jugador
fuera de serie en nuestro Beisbol”
TRES GRANDES ESPINO
RONNIE Y ÁNGEL CASTRO
Y a propósito de consejos recuerda haber podido hablar
unos minutos con aquel fabuloso primera
base y jonronero Angel Castro: “Le hice unas preguntas cuando estaba cerca de la primera base y me
dio algunos consejos que fueron muy valiosos, como la manera de colocar el pie
que queda en la base para que el corredor no te golpeara. Fue formidable hablar
con Ángel Castro esos minutos y fue muy amable al dar los consejos.”
GEORGE GENOVESE
Antes de llegar al Tigres
estuvo en ligas profesionales inferiores y llegó a jugar en Querétaro y con el
Aguascalientes en la Liga Central: “Entonces era una liga con veteranos y
jóvenes y había un jugador cubano llamado “Búfalo” Hernández que fue un gran
bateador en esa liga. Recuerdo que el primer hit que di en la Liga Mexicana se
lo conecté al pitcher americano Bob Trice que lanzaba para los Diablos Rojos y
había hecho carrera en las Ligas Mayores con los Atléticos. Nunca se le olvidó
ese primer ht y al pitcher que se lo conecté. Eso fue en 1958”.
Hubo dos veces que se lo
llevaron a entrenamientos en Estados
Unidos ya que era joven y como decíamos, los primeras bases zurdos son casi
siempre de “fina estampa”. En 1962 los Piratas de Pittsburgh se lo llevaron a
las prácticas de Florida con los prospectos, estando Chuck Genovese interesado
en él.
Luego en 1962 estuvo en
la práctica con lo Gigantes de San
Francisco donde estaban Orlando Cepeda y
luego llegó un joven que lo quitó de la primera base y lo puso a jugar el jardín.
Ni más ´ni menos que Willie McCovey que
dio 521 jonrones en las Grandes Ligas. Eso fue en Casa Grande, Arizona.
BOB TRICE
Regresó al Tigres y el segundo de cuarto del millón en llegar
lo fue Armando Murillo que apareció en 1961, Remes en 1962 como novato. El “pulpo” tuvo unas
cuantas veces al bat con el Tigres
de 1962 pero fue hasta 1963 cundo comenzó a jugar de planta. Kiko Castro
llegó en 1962 para ser convertido de short a segunda base.
Así que en 1963 comenzó la leyenda del “cuadro del millón” que duraría
siete años y ayudó con su gran defensa y bateo también a ganar los campeonatos de 1965 y 66. El
primero en irse lo fue Murillo ya que llegó al Tigres un tercera base llamad
Celerino Sánchez que sería estrella y
alcanzaría las Ligas Mayores.
EL CUADRO DEL MILLON
Pero la verdad, si usted
fue fanático en aquellos años, los cuatro fueron extraordinarios jugadores
y nos daban grandes jugadas a la defensiva: Rubén Esquivias un primera
base muy seguro y con una agilidad
tremenda para hacer el “Split”, Kiko Castro se convirtió en un segunda base de
primera línea con gran facilidad para el
pivoteo y los doubles plays llegaban en racimo y Fernando Remes por eso le decían
el “pulpo”, porque cubría mucho terreno en las paradas cortas. Murillo
era una muralla para que casi rime con su apellido. Hizo historia el cuadro del
millón.
CHITO GARCIA
Rubén Esquivias tuvo 18
temporadas con los Tigres,, con dos años
sobre los .300 y un promedio global de .267 con 105 jonrones. Su mejor temporada en cuestión de jonrones fue la de 1964 , la primera del equipo con solamente jugadores mexicanos por orden
del Ingeniero Peralta en que 21
veces se voló la barda.
Su gran amigo y compañero
en el club lo fue Fernando Remes. Sus compañeros les pusieron el apodo de “la
zorra y el cuervo” como la historieta de dibujos animados. Remes
era “la zorra” y Esquivias “el cuervo”. Hasta la fecha siguen siendo grandes
amigos, solo que Remes viven Cazones, Veracruz, donde tuvo un rancho y
ahora tiene una empresa llamado “Pulpo´s” con transportes de carga.
Es Fernando un Transportista.
DANNY GARDELLA PRIMERA
BASE Y ACROBATA
En lo particular
considero a Esquivias un jugador muy profesional, obediente y solo recuerdo a
algunos primeras bases que hayan podido hacer el “split”, eso de abrir el
compás en sus piernas como aquellos grandes bailarines de color, los Hermanos
Nicholas.
En el Beisbol de hace
mucho fue “Chicalón” Méndez, al que llamaron “el hombre de goma” al estirar las
piernas de esa manera, luego cuando vinieron los jugadores de Ligas
Mayores, lo vi con Danny Gardella de los
Azules del Veracruz.
Finalmente Esquivias,
quien siendo muy bueno a la defensiva
era un bateador de peligro y con el poder para clarear la barda
Esquivias recuerda el año de 1965 como uno milagroso:
“Muchas veces teníamos los juegos perdidos pero veníamos de atrás y ganábamos.
Fue un año mágico en que todo le salía al club y naturalmente al jugar con solo
mexicanos los demás tims, que tenían
bastantes refuerzos importados, nos odiaban ya que querían ganarnos a
como diera lugar. Tuvimos muy buen
pitcheo, bateamos a la hora buena y la defensa excelente. No hay que
olvidar las grandes atrapadas de Manuel Ponce en el jardín central”.
“Jugamos contra equipos
muy fuertes pero tú que estuviste en
esos juegos sabes que debimos haber ganado dos que tres, pero al final venía un error o algún
momento de mala suerte,
Llevamos a un buen
equipo, con “Huevo” Rorno y Pepe Peña de pitchers principales, pero nos
faltaron algunos elementos como Ricardo Garza
y Arturo Cacheux que por alguna razón no fueron, y a Héctor Espino de
refuerzo ya que Monterrey seguramente lo hubiera prestado para esa gira.
La verdad, quitando las
derrotas, fue formidable conocer Japón gracias
al Ingeniero Peralta. Un país tan distinto y con muchas cosas hermosas
que ver”.
SADAHARU OH
Fue en esa jira de las 13
derrotas en 13 juegos que Esquivias conectó el que llama de broma el jonrón más
“largo” de su vida. Y la verdad que fue un soberbio cañonazo en el entonces
principal estadio del Japón, el Korakuen
de Tokio, donde se voló la barda derecha ante más de 45,000
espectadores, lleno completo y contra los Gigantes de Tokio. Lo considera el
batazo más largo de su vida porque de Japón
a México hay un trecho muy grande.
Hice el viaje con los
Tigres y me sentí emocionado y orgulloso cuando Esquivias dio ese precioso y
contundente garrotazo frente a un equipo que tenia formidables jugadores cono los jonroneros Sadahru Oh, una leyenda en el Beisbol y Nagashima.
Y a propósito de jonrones
los aficionados de aquel tiempo nunca olvidaremos un juego dominical en el
Parque del Seguro en 1965 contra Puebla.
Los Tigres iban perdiendo ante Pericos en la novena entrada pero frente al
pitcher boricua Florentino Rivera, Esquivias se voló la barda derecha para que
Tigres ganaran y varios aficionados lo cargaron en hombros.
Esquivias lo considera como uno de los mejores momentos
de su carrera después del hit número
mil, de la porra que le dieron los fanáticos de los Diablos y los tres
campeonatos que ganó con el Tigres.
En 1973 y 74 tuvo pocas
veces al bat con los Tigres y en 1980
cundo estaba como coach del Tigres manejado por su gran amigo Remes, tuvo su
última vez al bat en el equipo y en la Liga Mexicana.
“Por un tiempo se habló
de que me iban a cambiar al Pericos de Puebla ya que el joven Carlos Garza
venías empujando fuerte para ser el primera base del equipo, pero le dije el
Ingeniero Peralta que mis hijos estaban creciendo y me necesitaban. Entonces me
ofreció estar al frente de una carnicería selecta por la Avenida Revolución, ya
en el sur de la ciudad. Estuve trabajando en ese lugar por mucho tiempo y la verdad es que le
agradezco a don Alejo todo lo que me ayudó
e hizo por mí.
Cada vez que lo necesité,
me ayudó.
¿Managers?. Bueno, Memo
Garibay era el mejor manager mexicano en el tiempo que llegué a la Liga
Mexicana, luego vino Chito García y el ímpetu
que tenía y su manera de ser. Creo que mi gran amigo Fernando Remes fue un buen manager, era un líder, y hubiera sido mejor pero el Ingeniero lo
quería tener al frente de uno de sus
ranchos. Leo Rodríguez fue muy bueno también.”.
ESQUIVIAS CON NARANJEROS
Esquivias llego a estar
seis temporadas en la liga del Pacífico, tres con Naranjeros de Hermosillo y
tres con Cañeros de Los Mochis. “Fue formidable
jugar al lado de Héctor Espino y ver muchos de los batazos que dio.”
¿Cómo se considera de
jugador?.. “Creo que no fui un buen bateador, terminé en .267, pero creo que en
el primer cojín hacía un buen trabajo y tenía mi poder para dar unos cuantos jonrones”.
De otros primeras bases,
calificó a Ronnie Camacho como el que mejor fildeaba: “También Héctor Espino
era gran bateador y bueno a la
defensiva. El cubano Julio Becquer nos asombró a todos con su facilidad y
categoría para jugar la primera base.
Su hijo trató de hacer
carrera profesional también, Rubén
Esquivias Junior. Era pitcher
sobre todo pero duró muy poco tiempo en el Beisbol para continuar los estudios.
Le recordé un juego
famoso contra Rojos de Cincinnati, uno de aquellos de exhibición antes de las
temporadas. Ese día era el combinado México-Tigres contra los Rojos en el Parque del Seguro y Arturo Cacheux, uno
de los grandes pitchers mexicanos de su tiempo, estaba a un out de blanquear y
ganar al Cincinnati. El que pudo ser
último batazo fue un cañonazo por primera que Esquivias no pudo atajar, el
juego se empató y sobre el relevista
Mauro Ruiz ganó Cincinnati.
ARTURO CACHEUX
Dice: “La verdad fue un
batazo muy fuerte cerca de la raya y la pelota me ganó, me pasó por abajo del
mascotín que lo bajé
lo más rápido que pude. Pero creo
que debí haber atrapado esa pelota. Me sentí mal, muy mal, por no haber hecho
la jugada y por no ayudar a Cacheux a ganar un juego memorable.”.
Después de retirado,
Esquivias siguió jugando por años y años , sobre todo en la
Liga Xochimilco: “Me encantaba jugar al Beisbol y mientras el cuerpo aguante
seguí tratando de dar batazos en diferentes ligas de la capital. Jugué con
equipos del Monte de Piedad de Eugenio Martínez, el General Electric. Nos
divertíamos i muchos haciendo lo que nos gusta.”
RECUERDOS INOLVIDABLES
Sobre algún pitcher
contrato que le dejó huella: “Había
muchos pitchers muy buenos, como Felipe Leal, Arano, Ortiz, luego en
invierno me tocó contra “Huevo” Romo que
era formidable, contra Pepe Peña que era capaz de todo y tiraba muy fuerte,
También el cubano José Ramón López. Entonces eran menos equipos en la liga y
todos tenían muy buenos pitchers.”
Esquivias me terminó
diciendo:
“Para mí ha sido una vida
muy hermosa, dentro y fuera del diamante. En agosto de este año cumplimos mi señora y yo, si Dios quiere, 50 años de
casados. Hice muchos amigos en el Beisbol , no tengo ninguna queja. Todos ha
sido hermoso la mayor parte del tiempo.”
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