viernes, 14 de junio de 2024

 



Rafael de la Rúa, el Caballero del Bastón: La historia del primer latinoamericano en el beisbol organizado

El origen, el auge y el ocaso.

Por César González Gómez.

En 1868 el primer latinoamericano en jugar beisbol al más alto nivel en Estados Unidos llegó casi por casualidad a los diamantes. Un cubano acaudalado que le regalaba el dinero a sus compañeros, que hablaba un inglés limitado, y que por alguna razón estaba incapacitado para correr, Rafael de la Rúa tuvo un paso fugaz por el beisbol; y así como llegó, desapareció.

Sobre la biografía de Rafael de la Rúa, más allá del beisbol, se sabe poco. En 1874 se naturalizó estadounidense y al aplicar para recibir su pasaporte de ese país, entregó sus datos personales. Afirma haber nacido en Matanzas, Cuba, el 28 de enero de 1848, aunque los investigadores que le han intentado seguir el rastro en el puerto matancero no han podido dar con documentación alguna.

Pero el camino de Rafael de la Rúa como el primer pelotero latinoamericano de alto nivel inició en la primavera de 1868. Los clubes que militaban en la National Association hacían sus preparativos, y terminaban de conformar sus novenas para iniciar la temporada. 

Y el Union de Lansingburgh, también conocido como los Haymakers, un equipo contendiente al título, buscaba un pitcher de primer nivel para apuntalar sus aspiraciones. 

Primero, los Haymakers apalabraron a Rynie Wolters, pero el 13 de abril, la prensa local reportó que el pitcher se arrepintió. Y entonces, el club buscó a otro lanzador de apellido Slattery, para ponerlo a prueba. Sin embargo, el 24 de abril de 1868, en uno de los juegos de práctica donde se ponía a prueba a los candidatos, apareció por primera vez, y de forma sorpresiva, Rafael de la Rúa

En el juego hubo un par de ausencias que facilitaron su irrupción. Y es que en la práctica no pudieron participar ni el receptor Bill Craver, ni el primera base Sonny Leavenworth. Y entonces, Slattery tuvo que cubrir la receptoría en lugar de Craver, y fue De la Rúa quien fungió como pitcher. 

El diario local Troy Daily Whig reportó que “un estudiante del Instituto, llamado Rua, un cubano, fue elegido temporalmente como lanzador”.¹ Aunque la nota aclaraba que en el juego de práctica De la Rúa ocupaba temporalmente el puesto de Slattery, el repertorio que el cubano mostró como lanzador “sorprendió a todos los presentes por la rapidez de sus envíos y lo espléndidas de sus entregas”.² Pero no solo eso, sino que el reporte periodístico lo ponía al nivel de dos de los mejores lanzadores del momento. 

El Daily Whig señaló que De la Rúa “demostró totalmente estar al mismo nivel, si no es que superior a Pabor, y está también al nivel de Zettlein en la rapidez de sus envíos”.³ La nota informaba que el martes siguiente habría otro juego de práctica y De la Rúa volvería a lanzar.

Esa primera aparición de Rafael de la Rúa en la prensa arroja un par de datos reveladores. Primero, lo describen como “un estudiante del Instituto”. Y es que De la Rúa vivía en la ciudad de Troy, en el estado de Nueva York, porque estaba inscrito en el Rensselaer Polythecnic Institute, una escuela especializada en ingeniería con sede en esa ciudad, y que era un destino recurrente para jóvenes cubanos que buscaban capacitarse en disciplinas como la mecánica, la minería, o la ingeniería civil.⁴

Y el segundo dato revelador es que desde ese primer momento, Rafael De la Rúa es identificado como cubano. 

Llama la atención ese rápido énfasis en su extranjería, pues no pasará lo mismo con Esteban Bellán, el otro pelotero primigenio latinoamericano, quien también incursionó en la National Association un par de meses después en esa misma temporada de 1868. 

Bellán se le identificó como cubano en la prensa hasta octubre de 1870, ya casi terminando su tercera temporada en el beisbol organizado.⁵ Solo se puede conjeturar sobre las razones por las que la cubanía de Bellán pasó inadvertida por más de dos años. Quizás fue porque Bellán era de piel blanca, hijo de madre irlandesa y padre presumiblemente francés; es decir, que parecía uno más entre los estadounidenses. 

Además, es muy probable que Esteban dominara sin problemas el inglés, el idioma de su madre. Esos dos factores contribuyeron a que Esteban Bellán pasara inadvertido racialmente. 

El caso de Rafael de la Rúa parece diferente, pues dos aplicaciones que hizo para solicitar su pasaporte estadounidense discrepan entre síen una, su color de piel se identifica como blanco, en la otra como oscuro. No se han encontrado imágenes suyas en las que se pueda corroborar cuál era realmente su color de piel. 

En cuanto a su manejo del idioma, en algún pasaje de la temporada, la prensa reportó que De la Rúa no lograba expresarse en inglés con total fluidez. Esteban Bellán no parecía latinoamericano, y por ello libró el vallado de la racialización; y por el otro lado, Rafael De la Rúa sí fue perfilado desde el mismo primer momento. 

El dato no es menor, pues apenas unos meses antes, en diciembre de 1867, la National Association había reglamentado rechazar toda solicitud de inscribir clubes conformados por peloteros de color.

Nota completa tomada de: https://medium.com/arqueobeisbol/rafael-de-la-r%C3%BAa-el-caballero-del-bast%C3%B3n-la-historia-del-primer-latinoamericano-en-el-beisbol-2a13a0f7e633



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