Orígenes
Del beisbol: César González Gómez
César González y John Virtue.
Para entender los
orígenes del beisbol mexicano, debemos separarlo en un proceso de tres fases:
la informalidad, la formalidad y la organización. Es un patrón que se ha
repetido no solo en el beisbol mexicano, sino en la mayoría de los países donde
se ha estudiado la propagación del beisbol.
La informalidad es un proceso
orgánico, como cualquier juego infantil que se pone de moda. Un niño aprende un
juego, se lo empieza a enseñar a sus amigos o compañeros de clase, lo empiezan
a practicar. Otros niños se acercarán a ver el juego, lo aprenderán, quizás
sean invitados a participar, y así empieza a propagarse el juego.
Por esa misma
informalidad, existen muy pocos vestigios de la práctica informal del beisbol
en sus orígenes.
Esta fase informal solía
ser noticia en los periódicos de la época solamente cuando ocasionaban algún
incidente, como romper ventanas, faroles en la calle, o daban un pelotazo a un
transeúnte.
Por ejemplo, una de las
evidencias más antiguas de la práctica del beisbol en Mazatlán la tenemos
gracias a una nota que salió en 1890 en un periódico local donde se reportaba
la "muerte de un muchacho jugando al base ball luego de recibir un
pelotazo".
Dentro de este proceso de
informalidad también están los casos de trabajadores estadounidenses que
llegaban a México a finales del siglo XIX para laborar en las industrias que
comenzaban a despegar como el ferrocarril, las minas, la telefonía, o las obras
de infraestructura.
Por ejemplo, en 1882 se
registra en la prensa el primer partido de que se tenga evidencia en la Ciudad
de México. Se enfrentan empleados de la compañía telefónica, contra los
trabajadores de una de las líneas de ferrocarril. Todos en ese partido eran
estadounidenses.
Era como un símbolo de
comunión entre la colonia americana y de añoranza por su país. Esos partidos
entre estadounidenses eran observados por mexicanos, que aprendían el juego, y
luego formaban sus equipos para desafiar a los estadounidenses sobre el campo.
Es el mismo caso de San Juan,
en Cadereyta, Nuevo León, en 1889. Ese año comenzó la construcción de la vía de
ferrocarril que iría de Monterrey a Tampico. Y en el punto de San Juan se
construyó el campamento principal donde dormían los trabajadores, ingenieros, y
demás, la mayoría, estadounidenses.
El 4 de julio de 1889,
los directivos estadounidenses organizaron un festejo para conmemorar la fiesta
nacional de su país, y convocaron a la gente de Monterrey para que asistiera.
Hubo un partido de beisbol, baile, juegos diversos y demás.
Era el primer partido de
beisbol en Nuevo León. Y año con año, ese festejo se fue repitiendo, siempre
con un equipo de beisbol y cada vez, ante más gente. Los mexicanos que iban a
verlo cada año, aprendieron el juego y formaron sus equipos. Para 1891 ya hay
vestigios de equipos jugando en Monterrey con apellidos hispanos.
La formalidad es el
siguiente proceso de la cadena. Ya una vez que esos niños y jóvenes aprendieron
el juego, y se empiezan a reunir en mayor cantidad, llega el proceso de armar
equipos, ponerle nombre. Los más formales incluso llegaban a redactar una
constitución con reglas de comportamiento, días y horas de entrenamiento,
nombran un organo directivo, etc.
El primer mexicano que he
encontrado en mis investigaciones practicando el beisbol fue Primitivo Cásares,
en 1858. Era yucateco y lo mandaron a estudiar ingeniería a Harvard. Allá
aprende el juego y organiza un equipo, el Lawrence Base Ball Club, con sus
compañeros de ingeniería. Redactan una constitución que todavía se conserva en
los archivos de la universidad, y Cásares funge como presidente.
Esto es muy
significativo, porque en ese entonces, no había una uniformidad en las reglas
del beisbol. Había dos variantes, el juego de Nueva York, y el juego de
Massachusetts, con algunas variantes marcadas en las reglas.
El equipo de Primitivo
Cásares, a pesar de estar ubicado en Massachusetts, juego la variante de Nueva
York, y no la de su área. En su constitución dejar por escrito que solo jugarán
el juego de Nueva York, y por le costaba mucho encontrar equipos rivales.
(http://cuartobat.com/un-estudiante-de-harvard-en-1858-el-primer-beisbolista-mexicano-en-estados-unidos/)
Este es un ejemplo de un
equipo que pasa a la formalidad, redacta sus documentos, y lo hace en una fase
muy desorganizada todavía del beisbol.
Los otros mexicanos que
por esos practicaron el beisbol los conocemos gracias a ese proceso de
formalidad. En el área de California por ahí de 1866, 1867 y 1868 había por lo
menos una decena de jóvenes procedentes de Sonora, Sinaloa y Acapulco que
formaron equipos de beisbol en los colegios donde estudiaban como el Santa
Clara College.
Uno de ellos, por ejemplo, Saturnino Ayón, de Mazatlán, funge
como vicepresidente del club, y se afilian a la National Association, el primer
esfuerzo en Estados Unidos por registrar a los equipos de beisbol que jugaban
bajo las reglas de Nueva York.
Otro ejemplo es Manuel
Escudero un muchacho de Nayarit que es enviado al St. Johns College en Nueva
York y aparece jugando un partido en varios reportes periodísticos de 1868. Fue
compañero de Esteban Bellán que luego se convertiría en el primer
latinoamericano en jugar en el beisbol ya organizado.
Dentro de esta fase, el
equipo mexicano más antiguo del que se tiene registro ya con un nombre, y
jugando partidos de manera formal es el Unión Base Ball Club, de Matamoros,
Tamaulipas.
No conocemos los orígenes
de este club, pero conforme se ha ido investigando se han encontrado reportes
en la prensa local desde 1868, y la mayoría de sus integrantes eran de apellido
hispano. El Unión B.B.C cruzaba la frontera para jugar contra equipos de
Brownsville, Texas.
Los equipos
estadounidenses a los que enfrentaban eran en su mayoría, integrados por
militares establecidos en el Fuerte Brown que estaba situado en esa localidad
texana. Así que, aunque no lo sabemos con certeza, es muy probable que los
mexicanos hayan aprendido el beisbol observando los juegos de los militares
estadounidenses y luego se animaron a formar su equipo para enfrentarlos.
En 1885 ya hay reportes
de equipos formalizados en Piedras Negras, Coahuila, enfrentando a equipos de
Eagle Pass. Equipos formados en Ensenada y en Jalapa, en 1887. Y así se fue
encendiendo la mecha del beisbol mexicano, los equipos se formaban gracias a la
influencia de trabajadores estadounidenses o de jóvenes mexicanos que
regresaban de estudiar en Estados Unidos.
En Hermosillo y en
Guaymas, por ejemplo, las fotografías o indicios más antiguos incluyen
jovencitos que habían estudiado en California.
Y de la formalidad se
pasaba a la organización. Ya una vez que se conformaban los equipos, se
buscaban rivales cada vez más competitivos.
En el siglo XIX los
periódicos de una ciudad llegaban días después a otra. Y así, por el
intercambio de periódicos, se enteraban en la Ciudad de México de que había un
equipo formado en Jalapa y lo retaban para jugar un partido, le pagaban el
traslado en tren, la alimentación y el hospedaje. Se planeaba todo un
acontecimiento social y un baile alrededor del juego.
Conforme se iba sabiendo
de la existencia de otros clubes cercanos, nacía el entusiasmo por volverlo una
competencia regular. Y así nació el beisbol organizado, ya con torneos o ligas
regionales. Para comienzos de los años 1890 ya había en Sonora un torneo
regional donde se entregaba una copa, la Copa Sonora, y donde había equipos de
varias localidades sonorenses.
Lo mismo ocurrió en
Yucatán, donde los equipos de Mérida y Progreso se retaban regularmente.
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