Serie Cien años del béisbol en
Guanajuato.
Jorge A. Cervantes Jáuregui
A Don Alberto de Jesús “Charro” Raya en su onomástico.
Todos los ámbitos del deporte como en la vida, se encuentran llenos de
anécdotas y en ello el béisbol se distingue.
Muchas de esas anécdotas, surgen desde luego por la convivencia que tienen
los peloteros a lo largo de los juegos en las casetas o dugout.
En días pasados, tuve la fortuna de que llegaran a mis manos dos libros que
enriquecen el conocimiento de dicho anecdotario.
Me refiero en primer término, al que lleva por título “El fantástico mundo
del béisbol, cinco décadas de vivencias en el rey de los deportes” editado en
el 2008 por el gobierno del estado de Coahuila, la Radio Concierto de Saltillo
y el Instituto Coahuilense de Cultura.
El autor, el conocido cronista Enrique Kerlegand quién nos comparte mil y
una vivencias ya que en su largo trayecto ha ejercido la crónica de éste
nuestro deporte en diversos diarios y revistas, en la radio y en la televisión.
El otro libro, es el que se ha publicado con motivo de los 90 años de la
Liga Mexicana de Béisbol, que se conmemoraron en el año pasado 2005.
Por cierto que este último libro, en el que aparecen contribuciones de
varios personajes de la crónica, entre ellos el mismo Kerlegand, tiene una
sección en la que se indican los equipos que por estado de nuestro país, han
tomado parte en los torneos oficiales reconocidos desde 1925.
Y al observar en un mapa de la república el caso del estado de Guanajuato,
indica que han participado tres equipos: Los Cachorros de León, los Bravos de
León y el Guanajuato. Es muy interesante este dato, pues con ello, se da pleno
reconocimiento al hecho de que esta novena, heredera como ya lo hemos dicho
muchas veces, del equipo fundado por el “Capi” José García Gutiérrez en 1909,
tuvo el privilegio de participar en el primer torneo de la liga mexicana en
1925.
Aparece su récord, con 5 juegos
ganados y 9 perdidos. Volviendo al libro escrito exclusivamente por Kerlegand,
ahí nos podemos enterar de las razones por las que la cadena Televisa dejó de
transmitir el béisbol de Liga Mexicana a partir de 1981, un desacuerdo por
derechos de transmisión, que al haber un cambio en la gerencia de los Diablos
Rojos cuando Ángel Vázquez vendió el equipo a Roberto Mansur.
El asunto es tal, que a la fecha en los noticieros deportivos de Televisa,
casi nunca se habla de béisbol. Asuntos como cuando en una mala temporada para
los Diablos al mando de “Cananea” Reyes, en el mismo dugout platicaban Ángel
Vázquez como gerente y Wilfredo Calviño, que siendo manager en ese momento se
encontraba sin chamba. Los dos cubanos dice la anécdota “hablaban en voz baja y
Cananea los veía de reojo”.
Luego no se aguantó y con el florido lenguaje que lo caracterizaba les dijo
que sabía que estaban hablando de él. Ángel Vázquez le respondió “Es tu
conciencia, chico, tu conciencia que no te deja tranquilo”.
Al haber entrevistado a tanta gente, se refiere a uno de los muy conocidos
nuestros, Gonzalo Villalobos, formado en “Tuzos” para la Liga Mexicana.
La entrevista se realizó cuando Gonzalo jugaba con Rieleros de
Aguascalientes ya casi al final de su carrera, que concluyó para la Liga
Mexicana cuando la huelga de la ANABE en 1980.
Hace el siguiente comentario: “…injustamente relegado para candidato al
Salón de la Fama, dio 2,214 hits, uno de los mejores en la liga. Es el rey del
triple de por vida con 132, anotó 974 carreras y tiene promedio de 0.278 de por
vida además de otros lauros en el béisbol invernal…”
En otro apartado, se refiere a lo mal que fue llevada la estadística de la
Liga Mexicana por mucho tiempo pues hay mucha información perdida y no
compilada.
El caso de anotadores oficiales que se llevaban la información a su casa.
Un ejemplo lo fue Enrique “el bombero” Castillo, el gran lanzador relevista de
Tigres y otras novenas.
Resulta que sus estadísticas se encuentran referidas a él como lanzador
abridor con números muy buenos de 131 ganados y 94 derrotas, y solamente ¡17
juegos salvados! cuando durante años, Castillo salvó, estima Kerlegand,
alrededor de 250 partidos.
El autor también se quejaba de que Castillo, con tanta estadística exitosa,
tampoco estuviera en ese momento en el Salón de la Fama, cosa que
afortunadamente ocurrió al haber ingresado precisamente en el año en que se
editó el libro, en el 2008. Si le rascamos a nuestro béisbol local, seguramente
se escribirían tomos y tomos de anécdotas.
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