Al
Bat
Evocación
beisbolera jarocha y cubana
Por
Jesús Alberto Rubio
Hoy
es un buen día para la evocación y añoranza de Al Bat:
Sí:
quizá usted ha visto cómo he escrito, rescatado historias y añoranzas de un muy
diverso número de peloteros cuyo legado y recuerdo persiste a través del
tiempo.
Su
mayoría, íconos y leyendas representativos de su época envuelta en una riqueza
que no puede pasar inadvertida por las presentes y futuras generaciones amantes
de nuestro pasatiempo rey.
Peloteros
de profunda presencia histórica que evocan momentos inolvidables en su paso por
el beisbol mexicano y otras latitudes.
Deber
moral y profesional como especialista en la materia es y será siempre tenerlos
presentes, recordarlos y brindarles reconocimiento perenne.
Puedo
decirle, hoy en confianza, la dicha y privilegio de haber conocido y tratado a
múltiples peloteros --y otras personalidades de esa estirpe dentro y fuera del
terreno de juego.
Con Enrique Izquierdo.
Le
cuento: cuando mi estancia en la ciudad y puerto de Veracruz en los años 70 y principios
de los 80 como estudiante de Comunicación de la Universidad Veracruzana,
jugador en tres circuitos amateurs de aquel sotavento, reportero de los
periódicos Notiver y editor/jefe de Deportes de El Dictamen, así como conductor
de un segmento deportivo de Radio XHPB en frecuencia FM, tuve oportunidad de
conocer de cerca a cuántos jugadores, ampayers, directivos, promotores, colegas
y gente buena también unida al sentir y espíritu en beisbol.
Beto Ávila
Bien
recuerdo que en 1974 mi primera entrevista --con un pelotero-- fue ni más ni
menos que al cubano Enrique Izquierdo, entonces mánager y receptor de El
Águila de Veracruz, al que había conducido al título en la temporada de 1970
conectando un triple decisivo para la coronación ante los Diablos Rojos de
México.
Días
más tarde, vía telefónica, contactaría con Roberto “Beto” Ávila, quien
en ese año aspiraba a ser presidente municipal de Veracruz.
Verá:
De
Beto Ávila le he contado tantos detalles de mi relación de amistad y
profesional con él y, por supuesto, sobre su notable trayectoria en el beisbol
de México, Cuba y las Ligas Mayores a partir de los entonces llamados Indios,
hoy Guardianes de Cleveland.
Exacto: Ya le he contado que Beto Ávila
siempre me atendió amablemente en los mediados de los años 70 cuando le pedía
alguna entrevista tomándonos un “lecherito” en el Café de La Merced del puerto
de Veracruz donde se pasaba momentos por demás agradables con sus amigos, entre
los que siempre estaba el gran Pedro “Charrascas” Ramírez y otros peloteros y
amigos de su época.
Bien
recuerdo que en las amables charlas nunca lo entrevisté con grabadora ni
libreta; sólo apuntaba por ahí en algún papel datos sobre sus estadísticas-marcas
y la verdad así se sentía más cómodo.
Con Rolando Rodríguez Orozco
A
Beto, debo decirlo, siempre le agradecí que me diera la oportunidad de que
realizara mi servicio social en el Departamento de Difusión y Relaciones
Públicas cuando fue presidente municipal de Veracruz.
Por
las tardes, le diré, cuando había tiempo, cuántas pláticas nos aventábamos en
su oficina, ya sabe, todo alrededor de beisbol, especialmente de su estadía en
Ligas Mayores.
Incluso,
al término del servicio social, al agradecerle su apoyo por darme ese espacio formativo
al lado de la colega y amiga Teresita Sánchez Niño (directora), me dijo muy a
su estilo, “Tú te quedas”, dándome el nombramiento ¡de subdirector!
¡El
gran Beto Ávila!: Sí: el gran veracruzano que también fue diputado local,
presidente de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) y a quien se le ha honrado
poniendo su nombre a los estadios del Águila de Veracruz y Tigres de Quintana
Roo.
En
el año 2004 la LMB, por primera vez en su historia, le rindió homenaje al
ponerle su nombre a la edición en reconocimiento a su notable trayectoria y a
que en 1954 se convirtió en el primer pelotero mexicano y de toda Latinoamérica
en obtener un campeonato de bateo (.341) con Cleveland.
Aquel
año el equipo le dedicó gran espacio e históricas fotografías en su portal de
Internet de las Ligas Mayores, ahora como un noble y póstumo homenaje a lo
grande que significó como uno de sus grandes peloteros de la franquicia.
También,
en su estadio se exhibieron elocuentes fotografías y textos-leyendas que
retrataron con gran elocuencia su paso por el equipo, especialmente en aquel 54
cuando establecieron la marca de aquella época de 111 victorias en campaña y
que con todo y ser grandes favoritos fueron limpiados en el clásico otoñal por
los Gigantes de Nueva York.
Notables
jugadores
En
aquellos años, también como corresponsal para El Imparcial y su revista ASES
bajo la edición de Eduardo Gómez Torres, mi primer Maestro de Periodismo, me di
con gran gusto a la tarea de buscar y entrevistar a más
protagonistas-personalidades del juego de pelota en el sueño jarocho.
Así,
me encontré, charlé y también establecí grata amistad con los cubanos Lino
Donoso, Mario Ariosa, Santos Amaro, el ampáyer y luego directivo de El Águila,
Armando Rodríguez, además de Pablo Machado, propietario de la franquicia, así
como los veracruzanos Rolando Camarero, Ramón Arano, Roberto Ortiz y Pedro
“Charrascas” Ramírez (hoy de 104 años de edad), cada uno con un
historial de oro en los anales del beisbol.
Armando Rodríguez
¿Nombres
de otros ilustres peloteros que conocí en aquella inolvidable época?: Miguel
“Pilo” Gaspar, Ronnie Camacho (en función de mánager); Eleno Cuen, Ron
Washington, Willie Davis, Blas Santana, Roy Foster, Marcelino Solís, Octavio
Salgado, René Chávez, Germán Barranca, Rufino Reyes, José Manuel “La Cochina”
Hernández, los magníficos lanzadores venezolanos Luis Mercedes Sánchez y Ubaldo
Heredia, Fernando Elizondo, Arturo Rey,
José María “Chema” Molina Ramón y Carlos “Calichi” Reyes, Manolo y Juan Alavez, Raymundo Rodríguez, Pepe Cárdenas, el mánager de beisbol Infantil Julio “Torito” Balderas; el
dirigente de la Liga de Sotavento, Carlos González Guerrero, Rafael Palomba,
Daniel Nieto, Bernardo “Cañandonga” Díaz, Othón Carvajal, Alejandro Chávez, el
ampayer Nicasio Sena de Dios, Misael García, Ray Rodríguez, Hernán Uscanga, Ricardo
Zamudio, Alejandro Alvarado, Juan García… y así.
Arturo Rey
Ángel Morales Roldán.
En
igual forma, los colegas Luis Weller, Sergio Morales Ortiz, Luciano
Constantino, Jorge Ortega Couttolenc, Ángel Morales “Moralitos”, Roldán, Miguel
Cortez, José Antonio Chagala Aguirre, los fotógrafos José Cabrera, Jaime Pérez Viveros
y Humberto Salgado Ferreira, Perfecto
Vélez Ortiz (patrocinador desde su casa deportiva La Gran Sociedad); Evelio
Brito y Carlos Sosa Lagunes, directivos del Águila; el ampáyer Nicasio Sena de
Dios y Antonio Páramo, un pintoresco
veracruzano quien es recordado por la forma en que cantaba un ponche
cuando el bateador dejaba pasar el tercer strike: ¡Cántatela tú mismo!, solía
gritar el jarocho para la algarabía del público.
Rolando Camarero y Jorge Ortega
Imposible
dejar de lado los equipos donde vi acción en los circuitos de la Marítima,
Sotavento y Sabatina, como La Gran Sociedad, Leones de Zaragoza, Perro Salado y
Dodgers de Deportivo La Pelota… y así podría seguir, con más detalles y nombres
faltantes, pero el espacio hasta aquí llega y ya será en otra ocasión cuando
continuemos con esta rica evocación.
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